Laicos Misioneros Combonianos

1ª fiesta de Navidad en Piquiá de la Conquista, símbolo de lucha y esperanza

Brasil

El 25 de diciembre tuvo lugar la primera celebración de Navidad en el centro comunitario de Piquiá de la Conquista, en Açailândia.  Se reunieron sacerdotes combonianos, misioneros laicos y la comunidad local, formada por los nuevos residentes del barrio. Piquiá de la Conquista es el resultado de más de una década de lucha de los habitantes de Piquiá de Baixo, que se enfrentaban a la insalubridad y a la violación de sus derechos debido a la contaminación industrial. Esta movilización dio lugar a una victoria histórica: el reasentamiento en un espacio digno, donde hoy las familias construyen una nueva vida.

Marcelo Moutinho, psicólogo y LMC brasileño, que participó en la celebración con su esposa Adriana, afirma: «De visita en Maranhão, anhelaba volver a Piquiá de la Conquista una vez concluidas las obras, para presenciar y celebrar juntos esta gran victoria, que se convertirá en una inspiración para los diversos desafíos que los cristianos afrontan en su día a día de misión y de lucha por los derechos humanos». Los LMC en Brasil, a través de las diferentes presencias a lo largo de los muchos años de lucha de Xoáncar, Ilária, Federico, Liliana, Flávio, Gabriel, Anna y otros simpatizantes, junto con la comunidad de los Padres Combonianos de esta parroquia, han participado activamente en varias etapas de esta realización».

Los Laicos Misioneros Combonianos, como parte de la familia comboniana, trabajan en colaboración con las comunidades para evangelizar y construir la justicia social, siendo signos de esperanza y solidaridad en los contextos más desafiantes de la Iglesia, como la causa indígena, los desafíos de las periferias urbanas, la Justicia Restaurativa en el sistema penitenciario (APACs) y la lucha por una vivienda digna.

La celebración fue un momento de profunda espiritualidad y fraternidad, simbolizando el renacimiento de la vida y de la fe. Que el ejemplo de lucha y resiliencia de esta comunidad inspire a más personas a unirse a la misión comboniana de difundir el amor, la justicia y la paz que la Navidad nos invita a vivir. Al fin y al cabo, el verdadero sentido de la Navidad reside en construir juntos un mundo más justo y humano.

Adriana y Marcelo Moutinho, matrimonio brasileño LMC

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Ecos de la Asamblea internacional LMC en Maia

Asamblea Maia 2024

Con un renovado espíritu misionero, concluimos la Asamblea de los Laicos Misioneros Combonianos (LMC) celebrada en Maia, Portugal. Este encuentro ha sido una oportunidad para reflexionar sobre los desafíos que enfrenta nuestra comunidad y para renovar nuestro compromiso con la misión que San Daniel Comboni nos encomendó. Durante estos días, hemos abordado, entre otros temas, los desafíos económicos que como comunidad tenemos, nuestra metodología misionera, la revisión de nuestra estructura de gobierno y nuestra responsabilidad hacia las misiones internacionales.

En un mundo con grandes desigualdades, es crucial gestionar los recursos de manera responsable, garantizando la sostenibilidad de nuestras actividades misioneras. En este sentido, la Asamblea subrayó la necesidad de ser transparentes y rendir cuentas en el uso de los fondos. También se destacó la importancia de diversificar nuestras fuentes de financiamiento y explorar nuevas estrategias que nos permitan mejorar nuestras finanzas para ponerlas al servicio de la misión.

La sostenibilidad económica no solo depende de los recursos externos, sino también de la creatividad y el compromiso de los miembros de los LMC. Nos comprometemos a involucrarnos activamente en la planificación y ejecución de iniciativas que aseguren la estabilidad financiera de nuestra misión a largo plazo.

La misión no debe limitarse a la evangelización, sino que debe ser un proceso integral que promueva el bienestar espiritual y humano. En un mundo cada vez más diverso, debemos trabajar estrechamente con las comunidades locales, empoderándolas para que sean protagonistas de su propio proceso de cambio.

Se hizo hincapié en que nuestra misión debe abordar no solo las necesidades espirituales, sino también las cuestiones sociales, económicas y de justicia. Como Laicos Misioneros Combonianos, nuestro compromiso es ser testigos activos del Evangelio y a partir de nuestro ejemplo de vida, trabajar por la dignidad humana y la justicia social.

La revisión de la estructura de gobierno también fue un tema central. En un contexto globalizado, necesitamos una organización flexible que permita una buena coordinación y que fomente la participación activa de todos los miembros en la toma de decisiones. Se propuso tener un organigrama de pirámide inversa, que contemple a la asamblea general como órgano máximo de dirección, de esa misma forma, a partir de esta asamblea general, se conforman los comités por países, los cuales se unifican continentalmente en un solo comité para que se agrupan en un solo comité central; a este comité central lo acompaña, como consejero un integrante de los MCCJ.

Los LMC debemos ser corresponsables con las misiones internacionales, donde la pobreza y las injusticias sociales son más evidentes. Este compromiso no solo implica apoyo material, sino también espiritual y formativo. La colaboración con otras organizaciones y redes de apoyo es esencial para maximizar el impacto de nuestra misión.

Al concluir esta Asamblea, renovamos nuestro compromiso con la misión de los Laicos Misioneros Combonianos. Nos sentimos más unidos y fortalecidos en nuestra vocación, guiados por el ejemplo de San Daniel Comboni. Continuamos adelante con esperanza, valentía y unos fuertes sentidos de solidaridad y justicia, comprometidos con los más pobres y necesitados.

Como en todos los encuentros por países, nuestra asamblea concluyo con una reunión de integración en la cual, cada país compartió lo mejor de su alegría, con bailes, comidas típicas y bebidas de la región, intercambiamos con alegría parte de nosotros y de lo que nos caracteriza como una sola familia; el más respetuoso, alegre y delicioso cierre de una asamblea que nos une.

Que el Espíritu Santo siga iluminando nuestro camino y que nuestra misión continúe siendo fiel al carisma de San Daniel Comboni.

¡Todos juntos por la misión!

Felipe Mora, LMC Colombia

Regocíjense, el Señor viene pronto…

LMC Costa Rica
LMC Costa Rica

15 de diciembre de 2024

Esa fecha, tercer domingo de Adviento, domingo del Gaudette, domingo de la Alegría, Domingo Internacional del Laico Misionero Comboniano, las lecturas de este domingo nos invitan a regocijarnos, a estar atentos pero alegres porque ya se acerca el Señor, nuestro salvador.

Con esa misma alegría en Costa Rica nos congregamos en la Parroquia Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, en Barrio Cuba, San José, con una gran ilusión, los LMC seguimos creciendo a nivel internacional y acá no es la excepción, ya que nuestro candidato Jorge Arturo Zamora Víquez, vecino de Pérez Zeledón, zona sur del país, tomo su compromiso, convirtiéndose en el segundo Laico Misionero Comboniano en Costa Rica.

En esta celebración, presidió el Padre Ignacio Marin, Misionero Comboniano, que junto a la Asamblea ahí congregada escucharon la lectura de compromiso del ahora LMC Jorge, también aprovechando la oportunidad el LMC José David Rojas realizó su renovación de Compromiso, posteriormente ambos y junto al Padre Ignacio procedieron a firmar en el Altar lo leído como signo de sellar este compromiso con Dios mismo. Sigamos orando para que el dueño de Mies siga enviando obreros a sus campos dispuestos a entregar todo para poner su servicio, entrega, amor, valentía, esfuerzo en y para la Misión Ad Gentes.

LMC Costa Rica

Como signos del compromiso el Hermano Jesús, Misionero Comboniano y Asesor de los MCCJ en Costa Rica para los LMC, le entrego a Jorge, un anillo como alianza con Dios, una Cruz como signo del cristiano y un rosario para que la oración no falte en su vida. Una vez terminada la eucaristía nos dirigimos al Seminario Mártires de Uganda, en Sagrada Familia, San José, que es el centro de nuestras reuniones y formaciones, para compartir un almuerzo con algunos amigos de la Misión.

Por lo pronto seguimos trabajando, formándonos, sirviendo para cuándo nos encontremos con los y entre los más pobres, podamos contagiar esa misma alegría que nos invita el tercer domingo de Adviento, y que nuestro testimonio sirva de ejemplo para acercar muchas almas a los pies de la cruz de ese Dios de misericordia y amor.

LMC Costa Rica

LMC Costa Rica.