Cuando se decide ir a misión se sabe que no se va solo, por eso es necesario dialogar con la familia.
Mariana LMC desde el 2017, ha decidido salir a misión, lo ha demostrado al inscribirse al diplomado sobre Misión que ofrece MILAG (Misioneros Laicos Ad-gentes en México), solicitó entrar a la experiencia de comunidad el siguiente año, está en dialogo con su jefe inmediato para definir el día que dejara su trabajo para concentrarse en su preparación a la misión.
Y lo más importante, nos hemos dado a la tarea de conocer a su familia, en especial a sus papas y dialogar con ellos para hacerles saber que estamos dando acompañamiento a su hija para el paso vocacional que va a realizar. Con felicidad puedo decir que ha sido un encuentro de Fe, Oración, Compartir y Convivir donde he confirmado que Mariana nuestra Hermana en Cristo tiene todo para dar este paso a la misión ya que Dios ocupa el primer lugar en su vida, esto lo experimenta todos los días a ejemplo de sus padres.
Había sido un gran día cuando los Laicos Misioneros Combonianos de Togo Ghana Benin habían sido invitados por el Rev. P. Bonaventure (MCCJ). Se trataba de asistir a un encuentro con la asociación de Amigos de Comboni de Ghana. Este encuentro tuvo lugar en Accra, en la parroquia OLA, el 8 de septiembre de 2024.
Entusiasmado por la asistencia, el sacerdote encargado del grupo había decidido dirigir la oración del Rosario para la apertura de esta importante reunión. La reunión conjunta con la Familia Comboniana ese día fue muy interesante. Estaban representadas dos ramas de la Familia Comboniana con el grupo de los Amigos de Comboni.
Al dar la bienvenida a los miembros para los asuntos del día, el Rev. P. Buenaventura MCCJ, subrayó la importancia de la oración como única base de la vida religiosa. A esto siguió la autopresentación, que fue otro momento de alegría porque la mayoría de los amigos de Comboni se encontraron por primera vez con un Laico Misionero Comboniano (LMC).
Como si hubiera llegado el momento que todos estábamos esperando, cuando el LMC fue invitado para su presentación. Su charla se plasmó en tres subtemas como son: los Laicos Misioneros Combonianos como una de las ramas de la Familia Comboniana, otro fue sobre los criterios para ser miembro, además de los procesos y etapas de formación.
El Misionero Comboniano (MCCJ), Rev. P. Buenaventura no pudo ocultar sus palabras de felicidad y dijo enfáticamente que «este encuentro había sido un éxito». El encuentro llegó a su fin con el intercambio de contactos, la oración de clausura y la bendición, para terminar con una fotografía de grupo. Viva la Familia Comboniana, viva el LMC.
Estamos aquí de nuevo para daros noticias y compartir, con vosotros, este último tiempo. Durante estos meses, desgraciadamente, nos resulta difícil responder a todos vuestros mensajes (que son muchos), debido a acontecimientos imprevistos, pero todo esto forma parte de estar en misión y vivirla plenamente, hasta el último momento de cada día.
La última vez, os contamos la pena de despedirnos del Padre Jaider, el padre comboniano, que partió urgentemente hacia su tierra natal, debido a repetidas enfermedades.
Pues bien, el mismo día, exactamente un mes después de su partida (de nuevo el 5, pero de julio), la comunidad de los Padres Combonianos fue golpeada de nuevo por una terrible noticia. Mientras esperábamos para acoger a un hermano comboniano de vuelta de sus vacaciones en su tierra natal, recibimos la noticia de su muerte durante la noche, el mismo día en que debía reunirse con nosotros.
A día de hoy, la comunidad comboniana sólo está formada por un padre y un estudiante de teología. Han sido meses difíciles, intensos, llenos de obstáculos, pero incluso en este tiempo, la infinita misericordia y bondad de Dios no ha cesado de obrar maravillas y de darnos la fuerza para afrontar este tiempo y seguir mirando hacia un horizonte cada vez más alto junto a estos hermanos y hermanas nuestros. De hecho, ha sido precisamente en este tiempo de fatiga, de fragilidad, cuando el Señor nos ha unido aún más como comunidad con los padres, como familia comboniana, y nunca hemos dejado de sentir que el Señor nos guiaba. Es precisamente en la fragilidad donde al Señor le gusta trabajar, si dejamos siempre todo en sus manos y nos confiamos a su Gracia. Como dice una mujer sabia que camina con nosotros: «construye con los que quieren construir y avanza siempre con la alegría que viene del Señor»; son palabras verdaderas, porque cuanto más dejamos todo en manos del Señor, más construye Él.
En estos nuestros primeros seis meses en Mozambique, no han faltado las dificultades y los obstáculos, y en algunos casos no han sido fáciles de superar, sobre todo los surgidos de las personas más cercanas a nosotros, pero realmente sólo con la ayuda del Señor, con vuestra presencia, con vuestro haceros oír, y con la ayuda de la gente, hemos conseguido mantener siempre viva en nuestros corazones, la alegría, la paz y la esperanza, para seguir abrazando esta maravillosa tierra, rica en belleza pero al mismo tiempo con muchas contradicciones.
Cada día, la gente de Macua nos enseña y nos da la alegría de compartir nuestras vidas con ellos. Durante este tiempo, también hemos vivido momentos inesperados y enriquecedores, como la visita del consejo general de las hermanas combonianas y, a principios de agosto, también la de los padres del consejo general comboniano. Cuánta Gracia hemos recibido, inesperada y enriquecedora…
Dentro de nuestros corazones, se abren sueños más grandes con horizontes más amplios que parten de la escucha de la realidad en la que estamos insertos; todo esto sabemos con certeza que con nuestras solas fuerzas, no podremos lograrlo.
Durante este tiempo, hemos tratado de permanecer siempre un paso por detrás para observar y tratar de entender cuáles son las principales necesidades de esta tierra y hacerles realmente protagonistas de su historia y de su tierra. Esta es nuestra misión: crear relaciones verdaderas y auténticas, tender puentes, crear una red.
Somos extraordinariamente felices a pesar de algunas dificultades y alguna malaria que nos azota ( las dos estamos a 2), pero la alegría, la esperanza, la pasión y el amor que sentimos por esta tierra es un impulso que nos mueve cada día a seguir sembrando y construyendo. También os seguimos dando las gracias a todos y cada uno de vosotros, porque vuestra presencia, cercanía y ayuda son combustible para seguir ilusionándonos y creciendo, para poder construir un futuro mejor junto a estas personas, y para sentirnos todos peregrinos de la esperanza en un mundo mejor, donde todas las personas tengan derecho a vivir una vida digna.
Todos somos misión y nosotras, con todos vosotros, nos sentimos como en familia.
Un abrazo desde el fondo de nuestros corazones. Seguimos rezando por todos vosotros y vosotras también, seguid rezando por nosotras.
Con amor, profundo aprecio y gratitud – Ila y Fede
Por el llamado que hace el Papa Francisco de ser una Iglesia en salida y por el mensaje de Nuestro Señor de ir en dos en dos.
Por medio de estas líneas podemos compartir que nos motivó mucho, como matrimonio hacer la ANIMACIÓN MISIONERA en nuestra Parroquia de Nuestra Señora Guadalupe del Puente, en Irapuato, Gto.
Nuestra experiencia significó compartir con la gente los regalos que Dios nos ha dada, de animar misioneramente como Laicos Misioneros Combonianos (LMC), los frutos de esta experiencia, entre otros destaca el de una niña, que fue a misa por la mañana y se llevó un aguilucho (revista misionera para niños); nuestra sorpresa es que regreso por la tarde por más revistas de aguiluchos, su mamá nos comentó, que la niña le dijo que ya había leído toda la revista y ella quería más, porque le había gustado mucho y le entregamos dos aguiluchos más, la niña se fue muy contenta y emocionada. También varias personas que ya conocían las revistas, y nos preguntaron cada cuando volveríamos a llevar la revista, mostrando su interés en la misión, por eso te invitamos a que siempre compartas los dones que has recibido así ayudaremos a otros a encontrarse con su misión, sigamos trabajando.
Por las Misioneras Seculares Combonianas que del 20 de septiembre al 1 de octubre celebrarán la Asamblea General Extraordinaria para la aprobación de las Constituciones revisadas y actualizadas. Que el Espíritu Santo les acompañe y que San Daniel Comboni interceda para que el acontecimiento sea signo de renovación y nueva vitalidad para su misión en la Iglesia y en el mundo. Oremos.
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