Laicos Misioneros Combonianos

El duelo y la curación

CandelLas tradiciones sobre el duelo por la muerte de un ser querido son,  aquí en Etiopía,  muy diferentes a nuestra cultura occidental. Los funerales son aquí ocasiones importantes  que involucran a toda la comunidad. Una carpa blanca junto a una casa o en la calle es una señal de duelo. Cuando una persona muere, los familiares y amigos se reúnen en la casa del difunto para consolar a la familia. La carpa de duelo se mantendrá durante más de una semana y durante ese tiempo la familia nunca está sola. Amigos y familiares (incluyendo parientes lejanos y conocidos) van  cada día para acompañarlos y ofrecer sus condolencias, pero sobre todo para sentarse en silencio con la familia. A un funeral típico pueden asistir miles de personas.

Las familias suele ser miembros de unos grupos comunitario locales llamado Idir. Son grupos de auto-ayuda para cubrir los gastos funerarios y los miembros se reúnen mensualmente para tomar decisiones sobre los fondos. A criterio de los miembros del comité, los fondos también pueden ser utilizados para créditos o ayudas en tiempos de dificultades. Un Idir típico puede estar formado por 50 familias. Todos los meses cada familia de la Idir contribuye aproximadamente con 15 birr (1 $) al fondo, y si alguien en su familia muere, se le dará una suma de dinero para ayudar con los costes del entierro y funeral. Mientras que la familia está de duelo, la Idir también se movilizará rápidamente para tomar decisiones por ellos y proporcionarles la carpa de duelo, grandes ollas para cocinar, utensilios, sillas, bancos y mesas. La razón de ser del Idir es proporcionar un tiempo digno y adecuado de luto para la familia y para ello liberan a la familia de todo el peso de la organización del funeral (tanto de los gastos como de la logística).

Al visitar a la familia para darles el pésame, es curioso que muchas veces no se dicen nada. La gente va y viene, sin decir nada, o sin siquiera saludar directamente a los miembros de la familia en duelo. A veces en la vida las palabras son insuficientes y los etíopes se atienen a esta verdad cuando se trata del duelo. Lo importante es estar presente. Algunas veces, toda mi oficina (Mark) ha cerrado para poder ir  todo el personal a dar el pésame. Todo el grupo (con las mujeres llevando pañuelos negros sobre sus cabezas) entrábamos en el recinto o casa y nos sentábamos en silencio en bancos de madera largos, sentándose más cerca de la familia de luto las personas mayores o los invitados más importantes. Nos sentábamos en silencio durante una media hora con un pedazo de pan o cebada tostada que nos servían. Luego, después de un tiempo razonable, el P. Sixto, director de nuestra oficina y el más anciano (con el pelo blanco) se ponía de pie y decía unas palabras y una oración por los difuntos y la familia. Tras eso todo el personal salíamos en silencio, sin decir una palabra.

Cuarenta días después de la muerte hay otra gran celebración para marcar el final del período de duelo principal. Lo normal en esos primeros cuarenta días es que los familiares de los fallecidos lleven diferentes prendas de vestir (sobre todo negro) y peinados (las viudas a menudo se cortan el cabello). Muchas veces algunos parientes van a dormir a la casa de la familia del difunto durante los 40 días para asegurarse de que no están solos. Se suele hacer un pequeño altar conmemorativo con una foto de la persona fallecida y una vela encendida. Para los 40 días normalmente se celebra una eucaristía en la Iglesia (para los ortodoxos y católicos), seguido de una comida en casa de la familia. La carpa blanca se levanta de nuevo y los miembros de la Idir vienen a ayudar en la cocina y con los preparativos. En octubre, el padre de uno de nuestros mejores amigos murió mientras yo (Maggie) estaba trabajando en el sur y no me enteré hasta unos días después del funeral. Al regresar del Sur, tenía muchas ganas de asistir a la celebración de los 40 días para dar mi apoyo a ella y a su familia.

Nuestro amigo vive en Awassa, pero su familia es de la pequeña ciudad de Kebre Mengist a unas 10 horas de viaje. Me alojé en su casa aquí en Awassa la noche antes de nuestra partida, así que pudimos coger el autobús de las 4 a.m. juntos. Llegamos dos días antes de la celebración para ayudar con los preparativos. Fuimos andando desde la estación de autobuses y estábamos en medio de una conversación normal, cuando al entrar en el patio de la casa familiar todo el mundo rompió a llorar y gemir. Esta fue la manera de liberar la tristeza que todavía sentían. Esperamos hasta que uno de los ancianos, un tío, simplemente dijo: ‘basta’ y nos movimos.

Al día siguiente al amanecer, compraron un buey y lo sacrificaron.  Las mujeres comenzaron a llegar en gran número con cestas de cebollas, ajos, tomates y zanahorias atadas a la espalda. Se sentaron a la sombra de los árboles, pelando y cortando las verduras, clasificándolas en coloridas cestas, conversando mientras trabajaban. Prepararon guisos y injera para el almuerzo de los próximos días. Me uní a ellas y me dejaron remover un guiso en una enorme olla de 200L. El trabajo fue interrumpido por las ceremonias del café durante todo el día. El incienso flotaba en el aire. La gente se sentaba y se quedaba.

Agradecieron que quisiera estar allí con ellos, y hasta me dieron un lugar de honor para dormir en una cama (¡…con mi amigo y su tía!). Otros ocho parientes dormían alrededor de nosotros en colchonetas y colchones en el suelo. La misa en la Iglesia ortodoxa a la mañana siguiente fue sencilla y emotiva. Cientos de personas vinieron después para compartir el almuerzo juntos. Nosotros apenas salimos de la habitación de dormir en todo el día. Nos sentamos, la gente venía, se quedaba, contaban historias y compartían recuerdos. Hubo mucha más conversaciones que en los días inmediatamente después de la muerte, lo que revela que los 40 días de luto intenso, dejando todos los sentimientos y lágrimas, ha traído una curación a la que de otra manera no habrían llegado sin este viaje.

– Maggie

Maggie, Mark and Emebet Banga, Comboni Lay Missionaries, Awassa, Ethiopia

Saludos desde Londres

LondonNos gustaría compartir nuestra vida comunitaria en Londres con ustedes. Nuestra primera impresión es muy positiva. La comunidad es muy abierta y los padres muy serviciales y agradables. Por supuesto, para ellos es un poco extraña la situación de tener cuatro chicas jóvenes que viven con ellos. Pero ellos se acostumbraron a vivir con nosotras y nosotras con ellos.

Lo más importante para nosotras es aprender Inglés en la Escuela de Inglés de Stanton, pero no sólo. Ha llegado el momento de nuestra comunidad, donde aprender a vivir juntas y aprender las unas de las otras. Naturalmente tenemos nuestro propio horario que incluye nuestras actividades, por ejemplo, reuniones sobre Uganda, reuniones sobre temas importantes e interesantes para nosotras. También tenemos reuniones con los padres acerca de diferentes cuestiones teológicas, la Cuaresma… También tratamos de tener un día de la comunidad. Es un momento para nosotras, para la oración en común, para la adoración y para relajarnos 🙂

El 15 de marzo celebramos el cumpleaños de San Daniel Comboni. Fue una gran fiesta para la familia, para los padres, hermanas y laicos que viven en Londres. ¡Un gran día! Pudimos sentirnos como una gran familia. Las hermanas Combonianas nos invitaron a cenar. Así, el domingo pasado pudimos conocer todas las hermanas que viven en Londres. Su comunidad se compone de 14 hermanas, por lo que es realmente grande. Compartieron sus experiencias de misión con nosotras y nos dieron muchos consejos útiles.

Llevamos aquí sólo 3 semanas, así que no podemos decir mucho más. Es un pequeño intercambio general para informarles de que todo va bien. Aunque es un tiempo muy ocupado, estamos muy contentas de estar aquí.

Saludos y abrazos de nuestra comunidad

[Mozambique] Animación misionera con jóvenes de la parroquia de Carapira

03-Animacao ChegadaEl 16 de marzo de este año hubo una reunión de jóvenes de la región de Mutoro, una de las 3 zonas de la parroquia, en el que participaron 96 jóvenes entre coordinadores y animadores de la Infancia Misionera y jóvenes de 40 comunidades y 10 zonas de esta región. En esta reunión los LMC y candidatos en formación participaron en un momento de animación misionera con los jóvenes. La reunión se inició a las 13 horas con la presentación de los participantes, donde los laicos en formación hablaron de su historia en el grupo.

Así pues, Mozambique cuenta con 3 LMC extranjeros y 4 laicos misioneros mozambiqueños en formación. Los Laicos Misioneros Combonianos compartieron la historia de San Daniel Comboni, que era un hijo de familia pobre y nacionalidad italiana, también compartieron que la familia comboniana se compone de sacerdotes, hermanos, hermanas, laicos y seculares.

Durante la conversación un joven preguntó qué era ser secular. Seculares significa ser laica misionera consagrada, que vive su vocación dentro de su familia sin la unión marital.

También se habló de algunos requisitos para ser Laico Misionero Comboniano.

El encuentro de animación misionera terminó con un canto << Regocijaos en el Señor siempre>>.

Flavio, LMC y Zeferino, formando de los Laicos Misioneros Combonianos

[Portugal] Ecos de la reunión de marzo 2014

El 8 y 9 de marzo, se celebró una reunión de formación de los LMC, en la casa de Coimbra. El tema fue “Los documentos de la Iglesia”. La formación fue llevada por la LMC Susana Vilas Boas, sorprendente como siempre. También estuvo con nosotros el P Manuel Lopes.

A pesar de la complejidad y riqueza del tema, la creatividad de las presentaciones hizo que la formación fuera un momento agradable en torno a los textos fundamentales de la Iglesia, motivando el deseo de saber. Reconocemos la importancia de los documentos para vivir la fe y la misión en comunión, como miembros de la Iglesia de Cristo.

El programa incluyó la presentación de los documentos más relevantes para la Misión seguidos por la lectura y discusión en grupo para después compartir todos juntos. Transcribo algunos fragmentos de los textos seleccionados:

  • La humanidad puede tener esperanza y debe tener esperanza: el Evangelio vivo y personal, Jesucristo en persona, es la “noticia” nueva y portadora de alegría que la Iglesia anuncia cada día y de la que es testigo cada día. (Christi fideles Laici)
  • El enviado entra en la vida y misión de Aquel que “se despojó de sí mismo tomando condición de siervo”. Por lo tanto, deben estar preparados e ser fieles toda la vida en la una vocación, a renunciar a uno mismo y a todas tus cosas, y hacerse todo para todos. (Ad Gentes)
  • Con el mensaje del Evangelio, la Iglesia ofrece una fuerza liberadora y creadora de desarrollo, precisamente porque lleva a la conversión del corazón y de la mente, hace reconocer la dignidad de cada persona, fomenta la solidaridad, al compromiso y al servicio por los demás, inserta al hombre en el proyecto de Dios que es construir el Reino de Paz y Justicia, ya en esta vida. (Redemptoris Missio).
  • A cada discípulo de Cristo le incumbe el encargo de propagar la fe, de acuerdo con su propia medida. (Lumen Gentium)

El intercambio fue sintetizado por cada uno, en una palabra, que compartimos en la Oración de la Tarde: compromiso, comunidad, comunión /comunidad, voluntad, corresponsabilidad, humildad, generosidad, misión.

El domingo por la mañana, leímos el mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma. Inquietante y desafiante: “Porque la razón de todo esto es el amor divino: un amor que es gracia, generosidad, deseo de cercanía, que no duda en darse a sí mismo y sacrificarse por sus amadas criaturas. (…) No olvidemos que la verdadera pobreza duele”.

Los momentos de oración marcaron el ritmo de la reunión y dieron sentido y fuerza a nuestros propósitos de comunión y misión en la Iglesia.

En el encuentro no faltó la alegría, el compartir, la música, el sol y las flores…

Por todo esto, ¡agradecemos la bondad de Dios!

Por Patricia

Votos perpetuos de la Hermana Lilia (comboniana en Carapira)

El equipo misionero de Carapira celebró una gran fiesta el 15 de marzo, celebrando el nacimiento de San Daniel Comboni y las vidas que se siguen consagrando. En este día fue la hermana Lilia Karina Navarrete Solís, quien hizo su profesión perpetua, con el lema “Yo te consagré y te constituí profeta de las naciones” (Jer. 1,5). Conocida como la hermana Lily, es de nacionalidad mexicana y trabaja como directora del Centro de Salud de Carapira. Todo se desarrolló en un ambiente familiar con la presencia de funcionarios del Centro de Salud, líderes parroquiales, religiosos y religiosas de la Diócesis de Nacala y Nampula, entre otros invitados. Después de la celebración presidida por el Obispo de la Diócesis de Nacala, Don Germano, compartimos el almuerzo. Los LMC nos unimos al equipo de trabajo que ayudó a ambientar el sitio, servir la comida, lavar los platos, poner en orden todo de nuevo en su lugar y dando apoyo en todo lo posible. La hermana Teresina, aparte de la responsable de la organización, también fue la madrina de la profesión.

Esto siempre es un momento oportuno para la animación misionera. Así, el grupo de laicos preparó un panel titulado “Daniel Comboni inspira”, que contó con las imágenes y textos breves sobre las cuatro ramas de la familia comboniana: Misioneros Combonianos, Misioneras Combonianas, Misioneras Seculares Combonianas y Laicos Misioneros Combonianos.

¡Recemos por la hermana Lilia y todas las vocaciones!

¡Estamos juntos!

LMC Carapira