Laicos Misioneros Combonianos

Amor humilde y gratuito

Un comentario a Lc 14, 1.7-14 (XII Domingo ordinario, 28 de agosto de 2016)

En la liturgia letodos somos hijos unicos para diosemos el primer versículo del capítulo 14 de Lucas, saltamos los seis siguientes, que hablan de la curación de un enfermo, y nos detenemos en los versículos 7 al 14, que hablan del buen comportamiento que debe observar un invitado. Parecen normas de buenas relaciones sociales, pero es mucho más. A mí se me ocurren las siguientes reflexiones:

1.- Compartir la comida, gozar de la vida y la amistad

Comer con alguien es un signo claro de amistad y una manera de celebrar la vida, con gratitud y alegría. Jesús compara frecuentemente el Reino de Dios con una comida. Por eso sus seguidores estamos lejos de ser unos seres amargados, tristes y criticones, como parecen ser algunas personas aparentemente religiosas, que todo lo ven mal y no gozan de la vida que Dios nos regaló. Por el contrario, el Padre de Jesús y Padre nuestro es el padre del hijo pròdigo que sabe preparar un banquete incluso para el hijo rebelde. Jesús goza de la vida y nos invita a vivirla como un banquete compartido.

2.- En la comida, los seres humanos solemos manifestar lo que somos

En la comida, como en el juego, aparece claramente lo que somos. Algunos quieren ser siempre los primeros, como si ellos fueran el centro del mundo y los demás personas sin importancia. Otros parecen estar siempre haciendo negocios, sacando provecho inmediato de todo, sin vivir nada gratuitamente, por pura amistad; usan la comida para ganar favores y hacer méritos ante algunas personas de relieve. No es es que se comporten así sólo en las comidas, sino que su comportamiento en la mesa es la revelación de lo que ellos son.

3.- Jesús recomienda dos actitudes, válidas, no sólo a la hora de comer, sino de vivir:

a. La humildad:

“Todo el que se ensalce será humillado, todo el que se humille será ensalzado”. Así como el orgullo es quizá el defecto más feo de una persona, la humildad es la virtud más bella. A este respecto, me gustaría recordar las palabras de santa Teresa de Jesús:

“Una vez estaba yo considerando por qué razón era nuestro Señor tan amigo de esta virtud de la humildad, y púsoseme delante a mi parecer sin considerarlo, sino de presto esto: que es porque Dios es suma Verdad, y la humildad es andar en verdad, que lo es muy grande no tener cosa buena de nosotros, sino la miseria y ser nada; y quien esto no entiende, anda en mentira.”

 (Moradas VI, 10, 7).

b. La gratuidad:

“Cuando des un banquete, invita a los pobres”. La gratuidad es una actitud que nos acerca a Dios, que actúa siempre gratuitamente, sin esperar nada a cambio. En esa gratuidad se mide nuestra capacidad de amor verdadero. A este respecto, les comparto unas preguntas que formula el gran teólogo alemán Karl Rhaner:

– ¿Nos hemos callado alguna vez, a pesar de las ganas de defendernos, de nuestra capacidad para ello y de nuestra razón?

– ¿Hemos perdonado alguna vez, a pesar de no tener por ello ninguna recompensa y cuando el silencioso perdón era aceptado por evidente, aunque nos costase sangre?

– ¿Hemos sido alguna vez buenos para con una persona cuando no respondía ningún eco de agradecimiento ni de comprensión?

Aquí estamos tocando las fibras más profundas del verdadero seguidor de Jesús: un constante y progresivo salir de sí mismo para poder encontrar al otro
. No es algo que se pueda hacer por obligación. Se hace porque el amor de Dios nos ha ganado y ha inundado nuestros corazones, nuestros ojos, nuestras manos, nuestra existencia cotidiana. Y ese amor nos hace ser humildes y gratuitos, alegres en el compartir nuestra vida con otros.

Encuentro europeo de Laicos Misioneros Combonianos

ViseuLa Asamblea Europea de los Laicos Misioneros Combonianos (LMC) se está realizando del 21 al 27 de agosto en Viseu, la casa madre de los Combonianos en Portugal. Participan en la reunión 74 adultos y 22 niños procedentes de Alemania, Austria, España, Italia, Polonia y Portugal. Los Combonianos que trabajan con el LMC en sus respectivos países también están presentes. Dos representantes fueron invitados a participar de las Combonianas y Seculares. Es una semana con un programa detallado de oración, reflexión, intercambio de experiencias y convivencia.

El LMC organiza sus asambleas europeas cada tres años. El último encuentro europeo tuvo lugar en 2013 en Cracovia, Polonia. En esa reunión se destacó algunos temas que fueron considerados de prioridad para profundizar en los grupos e individualmente, a nivel de los LMC en todos los países de Europa. Los asuntos estaban relacionados con la vida del LMC.

Los temas de esta semana son: identidad y vocación, formación, organización y coordinación, la economía y la sostenibilidad, la comunión y la familia comboniana.

El objetivo de todo este trabajo es compartir el camino de cada grupo en cada uno de los temas.

Este intercambio entre las personas de diferentes países ayudará a los miembros del LMC a integrar mejor su vocación misionera.

Los objetivos específicos de la asamblea son:

• Celebrar la vocación LMC, a partir de las características que son comunes a todos los grupos;
• Compartir experiencias hechas por los miembros de los diferentes países con el fin de conocer el estilo de vida de unos y otros;
• Reflexionar sobre el camino ya realizado tanto en Europa como a nivel intercontinental, en el que se evaluará lo que falta para alcanzar la meta;
• Dibujar algunas líneas inspiradoras para ayudar al LMC a caminar mejor a todos los niveles;
• Fortalecer los lazos como Movimiento Europeo LMC y su sentido de pertenencia a la familia comboniana.
“La reunión no sería posible – dijo Paula Ascensão – sin el esfuerzo, la disponibilidad y la dedicación de la comunidad de Viseu. Los Combonianos abrieron sus puertas y mostraron la disponibilidad para acoger la formación de los LMC y las reuniones en sus casas. Cuando preguntamos sobre la posibilidad de organizar la asamblea LMC Europea en Viseu, dieron una respuesta positiva y nos están ayudando a la organización de la misma. Es gracias a ellos que el LMC portugués es capaz de dar la bienvenida a casi 100 LMC de Europa aquí en nuestro país. Estamos muy agradecidos. Y pedimos las oraciones de parte de todos los que nos están siguiendo de lejos, para que esta asamblea europea puede tener éxito y producir mucho fruto”.

Viseu

¿Son muchos los que se salvan?

Un comentario a Lc 12, 21-30 (XXI Domingo ordinario, 21 de agosto 2016)

escogidosDurante la tercera etapa del viaje de Jesús hacia Jerusalén, alguien le hace una pregunta que, al parecer era común en aquella época, como lo sigue siendo ahora en algunos ambientes: ¿Son muchos los que se salvan? La respuesta ordinaria entre los compatriotas de Jesús sería: “Se salvan los judíos que cumplen la ley”. De hecho, incluso algunos decían que los primeros discípulos que venían de la cultura greco-romana, para ser cristianos, tenían que hacerse primero judíos y por eso querían obligarlos a circuncidarse, hasta que San Pablo se opuso rotundamente, diciendo que salva la gracia de Dios y la muerte-resurrección de Jesucristo, no la Ley judía o cualquier otra.

¿Cómo responderíamos nosotros hoy a esa misma pregunta?

Algunos dirían que se salvan solo los católicos o los cristianos; otros que se salvan las personas buenas de cualquier religión; otros que se salvan todos; algunos dirían que la salvación no les importa…

¿Que respondió Jesús?
A mí me parece que podemos interpretar las palabras de Jesús en estos términos: la salvación está abierta a todos -“Dios quiere que todos se salve”, dirá más tarde San Pablo-, de Oriente y de Occidente, judíos o no, cristianos o no. Pero para todos es una cuestión seria, que exige emprender la senda estrecha de la conversión al amor y a la misericordia. Cada uno debe hacer su propio camino; no vale acudir a los méritos de nuestros padres, de nuestra nación o de nuestra comunidad religiosa. Cada uno hace su propio camino.

Necesito ser salvado
La salvación puede entenderse a diversos niveles. Por ejemplo, yo puedo necesitar salvarme,liberarme, de una adición que me esclaviza (drogas, alcohol, sexo…); puedo necesitar salvarme (ser perdonado) de un grave pecado que me humilla y me hunde en el abismo de la culpa; puedo necesitar salvarme de mi orgullo y egoísmo y de otras actitudes que me esclavizan; y, en definitiva, necesito salvarme como persona humana con una historia llena de aciertos y fracasos, pero hambrienta de un amor gratuito y firme que sólo Dios me puede dar, aunque yo no me lo merezca, un amor que se hace eterno y definitivo.

En todos esos casos, la salvación (liberación) tiene mucho de don gratuito, ya que “sólo el amor salva”, como dice Benedicto XVI. Pero al mismo tiempo, la salvación requiere que me la tome en serio, que sepa escoger la “puerta estrecha”, que no me abandone a la comodidad o la indiferencia.

Hay algunas puertas por las que no entran las personas demasiado gordas, porque no caben. De la misma manera, cuando nosotros permitimos que nuestro “yo” se infle y se agrande con una vanidad exagerada o una cómoda flojera, no podemos pasar por la “puerta estrecha” del amor, de la misericordia y de la confianza en Dios. Por eso Jesús nos avisa: la salvación no se hereda ni se obtiene por derecho de pertenencia a un determinado pueblo o comunidad.

La salvación exige una cierta “lucha” espiritual, un saber “desinflarse” para dejar que el amor gratuito de Dios nos llene, nos libere y nos dé una vida que dura hasta la eternidad.

P. Antonio Villarino
Quito

Polonia – Hawassa JMJ

Magda LMCEn Cracovia, Polonia, más de un millón de personas celebraron el Día Mundial de la Juventud, del 25 de julio al 31. Mi pequeño sueño habría sido asistir al evento (en Cracovia). Sin embargo, siguiendo mi gran sueño – el de ir en misión a África, tuve que dejarlo. Sin embargo todavía quería unirme con Polonia y todo el mundo en la celebración de la JMJ en cualquier forma que fuera posible. Así que dándole vueltas se me ocurrió organizar un festival para la juventud en Awassa, coincidiendo con la visita del Papa Francisco y el programa en Polonia. La verdad es que no resultó fácil.
La cooperación supuso un gran reto: algunos llegaban atrasados, a otros le costaba cumplir lo comprometido; las cosas andaban algo desorganizadas y alguno que otro fallaba en sus funciones. Antes de la fiesta, traté de construir un equipo, pero los líderes que se suponía iban a ayudar no siempre aparecían por las reuniones.
Dos personas fueron las que más ayudaron en la mayoría de los temas: Tesfa, un joven muy involucrado en las actividades de la Iglesia y Engida, un trabajador de la parroquia. La verdad es que el primer día quede algo decepcionada. Algunas personas que se suponía iban a preparar algunas partes o se atrasaron o ni siquiera llegaron. Con lo cual a veces hubo que improvisar. Más adelante, las cosas comenzaron a mejorar un poco. A pesar de las dificultades, hemos conseguido mantener nuestro plan original.

Durante el festival, cantamos el himno de la JMJ, rezamos la oración oficial de la JMJ, dimos a conocer a San Juan Pablo II y Santa Faustina Kowalska y tuvimos algunas charlas sobre la misericordia. Celebramos la adoración del Santísimo Sacramento el jueves. El viernes, preparamos el Viacrucis y una celebración de la Reconciliación. Cada día, seguíamos juntos lo que estaba ocurriendo en Polonia, las noticias e incluso algunas retransmisiones en vivo.
El sábado fuimos a la Casa de las Misioneras de la Madre Teresa – un centro para enfermos donde organizamos un paseo juntos. Por la tarde tuvimos un programa artístico que incluyó una pequeña conferencia, una obra de teatro, preparamos algunos cantos, coreografías, poesía y un concurso sobre Polonia.

Todas las partes de la celebración se asociaron con la Divina Misericordia. Tengo que decir que el sábado fue maravilloso.
Tuvimos algunos problemas técnicos el domingo, pero finalmente logramos ver parte de la transmisión en vivo desde Polonia. Cantamos algunos himnos y evaluamos todo el programa. Los participantes parecían estar muy feliz. Aun cuando algunas cosas estuvieron algo descontroladas, incluso con todos los defectos, los enormes retrasos y diferentes problemas, puedo decir que, con la ayuda de Dios, las cosas salieron bastante bien.

Sin duda fue una gran lección de humildad. Mis dificultades con el idioma fue un gran obstáculo y la falta de un equipo bien organizado también fue un gran inconveniente. Algunas personas pusieron mucho de su parte para el evento, especialmente Tesfa que trabajo mucho en el programa. También recibí mucha ayuda de personas que se ofrecieron voluntariamente. Además tengo que decir que toda la gente, como siempre, fue muy amable, comprensiva y un gran apoyo cuando vieron que necesitaba ayuda. Fue un gran privilegio poder ayudar a organizar el festival. Me enseñó mucho sobre el lugar y la cultura. Doy gracias a Dios por esta maravillosa experiencia; Doy las gracias a todos los que ayudaron a que fuera un éxito. ¡No me arrepiento de nada!

Magda LMC
Magda Fiec, LMC Etiopía