Laicos Misioneros Combonianos

Asamblea LMC en Portugal

LMC PortugalEn el fin de semana final del 15 y 16 de octubre de 2016 los Laicos Misioneros Combonianos (LMC) de Portugal se reunieron en Viseu para la Asamblea Nacional y el segundo encuentro de formación sobre el tema: “La palabra como (con) vocación” dirigido por la Misionera Secular Comboniana Paula Clara.

En la Asamblea LMC tuvimos la oportunidad de reflexionar sobre el camino recorrido este año y ver cuántas maravillas el Señor ha obrado en nosotros. Recordamos la llegada de Marcia desde Mozambique y Élia desde la República Centroafricana. Recordamos la salida de María Augusta a República Centroafricana y de Marisa que está aprendiendo el idioma en el Reino Unido. Por aquí, ha habido muchos hitos en el camino. Hicimos hincapié sobre todo en la organización de la Asamblea LMC Europea en la que todos nos comprometimos y responsabilizamos, en la que todos trabajábamos mucho sin dejar ningún detalle al azar. También dedicamos tiempo a evaluar y posteriormente elegir los diferentes ministerios de los que como LMC somos responsables, como el equipo de coordinación, el equipo de formación, economía y muchas otras tareas necesarias para que el movimiento LMC siga adelante.

LMC PortugalTodo esto refleja lo que el Papa Pablo VI escribe en la Constitución dogmática Luz de las Naciones (7) “así como todos los miembros del cuerpo humano, a pesar de ser muchos, no son sino un solo cuerpo, así también los fieles en Cristo (cf. 1 Cor. 12:12). También en la edificación del cuerpo de Cristo existe una diversidad de miembros y funciones. Es el mismo Espíritu que distribuye sus diferentes dones, según su riqueza y las necesidades de los ministerios para utilidad de la iglesia“. Somos personas diferentes con diferentes ministerios y responsabilidades. Caminamos juntos aquí y fuera de nuestras fronteras, orando y entregándonos en nombre de Dios siguiendo el carisma comboniano.

LMC PortugalEl encuentro de formación no pudo estar más acertado con la asamblea. Mientras que algunos reflexionan sobre la vocación, otros reflexionan sobre lo que su vocación llevó a concretizar. En este camino, hay momentos, en que no basta con caminar juntos, sentimos la necesidad de abandonarnos a la providencia divina comprometiéndonos. Por eso el domingo, familiares y amigos se unieron a la familia LMC para el compromiso de Neuza, Rufina y Paula.

El camino se hace caminando en una comunidad cuyo núcleo es Cristo. Y después de una jornada de formación y discernimiento quisimos orar con la vida lo que rezamos diariamente en el Padre Nuestro “Hágase tu voluntad”. Elegimos seguir nuestro camino de felicidad, incluso sabiendo de antemano que vamos a sufrir, reír, llorar, amar, caer, levantarnos, desorientarnos y reencontrarnos. Aquí nos sentimos en casa, los abrazos se prolongan, las carcajadas resuenan en la sala y, a menudo rezamos con lágrimas y silencio porque las palabras no son suficientes para expresar el amor de Dios. Aquí descubrimos que no hay distancias que nos impiden estar juntos. Aquí, como San Agustín hacemos del Amor la mayor oración. Juntos somos las mil vidas para la misión que San Daniel Comboni soñó. Somos el sueño de Comboni y nos atrevemos a seguir sus huellas permitiendo que hayan muchos más de mil vidas para la misión.

LMC Portugal

Paula Sousa, LMC Portugal

Ni mediocres ni arrogantes, testigos de misericordia

Un comentario a Lc 18, 9-14 (XXX Domingo ordinario, 23 de octubre de 2016)

fariseo-y-publicano

Seguimos con las clases de Jesús sobre la oración. El domingo pasado los protagonistas eran una viuda indefensa y un juez injusto. Jesús nos recordaba que, a diferencia de aquel juez injusto, Dios es un juez justo que se pone de parte del pobre, cuyo grito “atraviesa las nubes” y cuya perseverancia termina dando frutos.

Hoy los protagonistas son un fariseo, pagado de sí mismo, que se cree justo hasta el punto de “despreciar a los demás”, y un publicano, consciente de sus pecados, que “no se atreve a levantar sus ojos al cielo”, tan avergonzado está de sus pecados. Jesús dice que el segundo salió del templo justificado, mientras que el primero salió peor de lo que había entrado.

A mí me parece que la lección de Jesús vale, no sólo para la oración, sino para toda la vida. De hecho, el modo de orar revela nuestro modo de ser. El modo de orar del fariseo revela su arrogancia inconsciente que no le lleva para nada a mejorar sino a empeorar, mientras que el publicano, consciente de su realidad, encuentra misericordia y la capacidad de emprender una nueva vida.

Para ayudar en la meditación, propongo las siguientes reflexiones:

1.- Jesús no nos quiere mediocres, sino “perfectos como el Padre”. A veces parece que confundimos la misericordia y la humildad con la mediocridad o la superficialidad. No. Jesús convoca a sus discípulos a una vida exigente, de obediencia y amor al Padre, de generosidad para con los hermanos. El discípulo de Jesús no se deja llevar por las aguas de la comodidad, la banalidad o la superficialidad, sino que busca crecer continuamente y pasar por la vida “haciendo el bien”, como su Maestro.

2.- Pero la tentación que suele ir con este tipo de opción (que es en sí buena) es la de juzgar a los demás, considerar que “ellos” han permanecido en un nivel inferior de vida y que incluso son culpables por ello. La tentación es señalar con el dedo y decir: “esos no van a Misa”, “esos no ayudan a los pobres”, “esos son adúlteros…”. Parece que para sentirnos bien tenemos que rebajar a los demás. ¡Que fea tentación! Procuremos hacer el bien, sin por eso sentirnos jueces de nadie. Lo que Jesús nos pide no es que no sepamos discernir el bien del mal, sino que no condenemos. Muchas veces nos toca juzgar, discernir, distinguir entre el bien y el mal… pero sin olvidar que sólo Dios puede juzgar.

3.- Por otra parte, no olvidemos de “mirarnos al espejo”. Jesús enseña que el discípulo, aunque busque la perfección espiritual, no debe olvidar su realidad de pecado: “¿Cómo es que ves la mota en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que hay en el tuyo?” (Lc 6, 41). El conocimiento de sí mismo, si uno no es hipócrita, le lleva a la comprensión de los demás: “Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo y entonces verás bien para sacar la mota del ojo de tu hermano” (Lc 6,42).

Jesús nos invita a mirarnos constantemente a nosotros mismos y descubrir las vigas que llevamos en nuestros ojos. Quizá sólo en la medida en que veamos nuestros propios errores seamos de ayuda para los demás. Es fácil ver los errores de los otros, descubrir en qué no funcionan las cosas. Pero es más difícil descubrir los propios fallos y ponerles remedio. Esa experiencia nos debe hacer misericordiosos con los fallos de los demás. No es que dejen de ser fallos, es que uno también tiene los suyos y eso le hace ser comprensivo, humilde para pedir perdón y dejarse perdonar.

De hecho, una de las cosas más difíciles, a mi juicio, es la de dejarse perdonar. Reconocer que no somos perfectos, que pecamos, y que necesitamos la benevolencia de los demás y, por supuesto, de Dios. La experiencia de la misericordia nos hace testigos de la misericordia.

Precisamente hoy es el Día Mundial de las Misiones (DOMUND), que este año tiene por lema “Iglesia misionera, testigo de la misericordia”. El misionero no es un ciego arrogante, falsamente orgulloso de sí mismo, sino un pecador que ha experimentado misericordia y da testimonio de ello.

P. Antonio Villarino
Quito

Nuevo equipo coordinador de los LMC en Polonia

LMC PoloniaEntre 30 de septiembre y 2 de octubre tuvo lugar el inicio del nuevo ciclo formativo para los jóvenes quienes quieren ser Laicos Misioneros Combonianos (LMC), en Polonia. Reunidos 17 jóvenes, provenientes de diversos lugares del país, acompañados por el nuevo responsable de los LMC en Polonia, el hermano Tomek Basiński y por el padre Maciej Miąsik, siguieron el discernimiento de su vocación.

El último día del encuentro tuvo lugar el nombramiento oficial del nuevo grupo coordinador. Kinga Piwecka (a la izquierda en la foto) fue escogida como la nueva coordinadora y Krysia Tarnawska (a la derecha) sigue en el puesto de ecónoma. Agradecemos, de corazón, a Michał Kędzior por su servicio que realizó hasta este momento con mucha dedicación, capacidad y voluntad.

LMC Polonia

La oración del humilde atraviesa las nubes

Un comentario a Lc 18, 1-8 ( XXIX Domingo ordinario, 16 de octubre de 20 de 2016)

De la mano de Lucasviuda, seguimos acompañando a Jesús en su camino hacia Jerusalén y seguimos recibiendo sus enseñanzas, con el objetivo de irnos transformando en verdaderos discípulos que quieren aprender de él y parecerse a él en pensamientos, palabras y acciones.

Lucas insiste en que uno de los rasgos de la vida de Jesús era su actitud orante, es decir, su constante y confiado diálogo con el Padre. En ese diálogo había escucha y silencio acogedor y respetuoso, alabanza gozosa, gratitud y también súplica perseverante.

De esto último es de lo que nos habla la parábola que leemos hoy sobre aquella viuda a la que un juez inicuo no quería escuchar, pero que al final se deja vencer por la sana “tozudez” y perseverancia
de la pobre viuda.
La actitud de esta viuda es muy propia de las personas que viven en una gran necesidad y que no tienen otro recurso que el grito y la súplica perseverante, como hemos visto el domingo pasado con los diez leprosos.

l grito de los leprosos y la tozudez de la viuda me recuerdan lo que dice el libro del Eclesiástico:


“El Señor es juez,

y para él el prestigio de las personas no cuenta.
No hace acepción de personas en perjuicio del pobre,
y escucha la oración del oprimido.
No desdeña la súplica del huérfano,
ni el lamento de la viuda.
¿No corren por su mejilla las lágrimas de la viuda
y su clamor contra el que las provocó?

La oración del humilde atraviesa las nubes
y su plegaria sube hasta las nubes,
Hasta que no llega a su término, él no se consuela.
No desiste hasta que el Altísimo lo atiende (Ecl 35, 12-21).

En esa misma línea se mueve el salmista cuando ora:

Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
No permitirá que resbale tu pie,
u guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel (Salmo 120).

Pienso que no hay que darle más vueltas. Si vivo la vida con un espíritu de auto-suficiencia orgullosa, estas palabras me parecerán ridículas. Pero si experimento algún tipo de pobreza y siento la necesidad de pedir ardientemente alguna gracia, la Biblia entera, Jesús mismo ( y mi propia experiencia) me dicen que mi grito perfora las “nubes” y que Dios no será sordo a mi súplica.

Dame, Señor, el espíritu de la viuda injustamente tratada, de Ana, la mujer de quien se reían todos por su esterilidad, de María y del mismo Jesús, para que, consciente de mi pobreza, sepa alzar mi corazón hacia Ti y confiar en tu amor y misericordia.
P. Antonio Villarino
Quito

Meskel

EtiopiaLa Fiesta de la Santa Cruz (llamada ‘Meskel’) es una de las mayores celebraciones en Etiopía. Se celebra especialmente en la región Gurage donde tuvimos la oportunidad de pasar unos días y ver las celebraciones por nosotras mismas. Nuestro amigo Desalegn nos invitó, con lo que pudimos compartir la vida en su pueblo. Dormimos en una cabaña tradicional que compartimos con los parientes de Desalegn.
Durante las celebraciones de Meskel, familias enteras llegan a los pueblos para pasar este tiempo tan especial juntos. El sacrificio de un toro es una de las tradiciones más importantes donde todo el mundo está involucrado. Después de las oraciones se proclama: los hombres del pueblo de Desalegn han sacrificado el animal cortando su garganta. Entonces todo el mundo ayuda con la carne y la prepara para ser comida cruda durante la fiesta. La carne cruda es un manjar muy popular en Etiopía, sobre todo cuando es fresca.
Ese mismo día, las mujeres preparan una especialidad tradicional llamada kitfo – corte de carne cruda en trozos muy pequeños que se sirve con mantequilla y especias muy caliente. Nadie nos preguntó si queríamos – nos dieron a todos una porción por lo que no pudimos rechazarla. A Magda, mi tocaya, le gusta bastante, pero para mí fue un gran reto comer carne cruda. Comí sólo un poco.

Según la tradición, Santa Helena, que quería encontrar la Santa Cruz para Etiopiasalvarla de profanación, la descubrió siguiendo el humo de un fuego. En memoria de este evento, la gente de toda Etiopía encienden hogueras en la víspera de Meskel. En la región Gurage, las personas de todo el pueblo se reúnen en un gran espacio abierto y luego encienden juntos la hoguera.

Tras los discursos de uno o más líderes, la gente se desea un Feliz Año Nuevo. De hecho, es el comienzo del Año Nuevo según el calendario local. A continuación empiezan a bailar una danza tradicional Gurage en círculo. Después de algún tiempo se van a casa y cada familia enciende una hoguera en frente de su casa. Muchas personas se mueven de una hoguera a otra.
Nos dimos cuenta que cuando un número de personas se reúnen en una hoguera en particular, muchos de los vecinos se unen a ellos. Luego todos juntos van de un lugar a otro bailando y cantando la misma canción tradicional. Esto duró hasta altas horas de la noche.

Al día siguiente fuimos a una iglesia para la misa. Después, otra gran hoguera se encendió. Hubo baile y canciones. Las canciones religiosas fueron las primeras en ser cantadas y luego la misma canción tradicional Gurage como en la víspera de Meskel.

Muchas personas visitan a sus familiares y amigos en el Día de Meskel. Nosotros también fuimos con Desalegn para visitar a sus parientes. En todas partes nos recibieron con comida y bebida, comenzando con el café y varios aperitivos y terminando con kitfo.

EtiopiaEn resumen, puedo decir que fui testigo de las tradiciones Gurage asociadas con la fiesta de la Santa Cruz. Es un momento muy especial de la familia de esta tribu. Al igual que en Polonia que pasamos la Navidad con nuestros parientes cercanos y amigos, compartiendo comidas especiales juntos, comiendo comidas típicas de Navidad. La gente Gurage pasan la mayor parte del tiempo sentados, hablando y comiendo juntos. Por supuesto, también hay diferencias. Por ejemplo, las personas Gurage no utilizan mesas para las comidas y no pasan horas viendo la televisión.
Durante nuestra breve visita, tuvimos una visión privilegiada de una familia Gurage. Nos permitieron entrar en su vida, sentir la atmósfera del lugar, conocer la forma en que saludar a los demás, compartir sus comidas, beber café y hablar unos con otros. Vimos de cerca cómo trabajan, descansan, celebran y viven su vida cotidiana. Fue una experiencia muy interesante y enriquecedora. Agradecemos sinceramente a Desalegn, a sus familiares y a las personas Gurage por este gran honor.

Magda Fiec, LMC Awassa (Etiopía)