Laicos Misioneros Combonianos

Poco a poco

LMC TGB

Sí, poco a poco, nuestra provincia avanza. Hace algunos años, un laico, para seguir los pasos de Comboni, sólo podía optar por ser religioso. Si no, sólo podía caminar en el grupo llamado Amigos de Comboni. Pero gracias a Dios, desde 2011, después de la primera Asamblea Africana del LMC en Uganda, las cosas han cambiado. La primera reunión celebrada oficialmente como grupo de candidatos al LMC fue en mayo de 2013. Poco a poco, estamos avanzando. El 10 de octubre de 2022, tres (3) candidatos fueron aceptados e hicieron su promesa como LMC. El primer grupo pionero de la provincia (Togo-Ghana-Benin) está en Ghana. Pero como provincia constituida por tres países, no será suficientemente representativo tener dicho grupo en un solo país.

 Por la gracia de Dios, laicos entusiastas de Togo, guiados por la Rev. Hermana Elisabeth, SMC, emprendieron el mismo camino para convertirse en LMC. Más de 20 al principio, siete del grupo de Adidogome, con determinación, mantuvieron sus expectativas y siguieron recibiendo la formación requerida para los candidatos a LMC según nuestra Guía Internacional de Formación. Mensualmente, se reúnen para una formación que la Rev. Hermana se toma muy en serio invitando a personas de referencia. El pasado 15 de octubre, se reunieron en la Casa de las Hermanas Combonianas para recibir una formación sobre el tema “Afectividad y Madurez Humana” impartida por la Rev. Hermana Cecilia de la Congregación de “Les Petites Soeurs de la Sainte Famille“. La Hermana les hizo comprender que la afectividad compromete la totalidad de la vida humana.

Los MCCJ están en los tres países y también los candidatos LMC. Desde hace algunos meses, surgen nuevos candidatos LMC en Benín. Nuestros amigos Lucien y Ulrich, (candidatos a LMC) también han empezado a formarse. Con la ayuda del Hermano Pascal, MCCJ, la formación está en curso en la parroquia de San Francisco de Asís de Fidzrosse. El 8 de octubre, se reunieron de nuevo para recibir una formación del Padre Francisco, MCCJ. El Padre compartió con ellos el “Consejo evangélico de la castidad en la vida de un cristiano“. El Hermano Pascal se ha comprometido a dar una base sólida a nuestros candidatos a LMC. La semana pasada, gracias a la guía de la Hermana Elisabeth, una nueva candidata, Rita Kebi, de Houegbo, se unió a los dos candidatos de Benín. Ella se insertará pronto en el grupo para continuar con Lucien y Ulrich el camino.

En Ghana, tuvimos la gracia de alegrarnos con el Padre Shane, MCCJ, de su 25 aniversario sacerdotal en la parroquia de Santa Teresa del Niño Jesús de Abor. Fue una gran celebración a la que asistieron fieles de los tres países de la provincia. El Obispo Gabriel, SVD (Obispo de la diócesis de Keta-Akatsi), el Obispo Anthony (Obispo emérito de la diócesis), el Padre Timothy, Provincial de MCCJ en la Provincia, religiosos y laicos, todos vinieron a dar gracias a Dios con el Padre Shane por las maravillas y los cuidados que tuvo con los bendecidos del día. Al final de la celebración, aprovechamos para saludar al Provincial e interactuamos con el Hermano Pascal y algunos otros MCCJ. 

Justin Nougnui, coordinador del LMC.

25 años de laicos misioneros combonianos en la misión de Mongoumba, Centroáfrica

LMC RCA

El Día mundial de las misiones fue el marco predilecto para llevar a cabo dicha celebración.

Mons. Jesús Ruiz Molina, misionero comboniano, de nacionalidad española y obispo de la diócesis de Mbaïki, a donde pertenece nuestra misión de Mongoumba, luego de agradecer a los Laicos Misioneros Combonianos (LMC) su labor misionera, a quienes nombró uno por uno -un total de 18 durante todo este tiempo- resaltó algunas de sus características:

Primera: Una misión de laicos con impronta femenina.

Sucede que a la misión de Mongoumba han venido más laicas que laicos. 15 mujeres por 3 varones. Esta misión por parte de los laicos lleva impronta femenina desde su comienzo, pues fue una misionera laica italiana, Marisa Caira, quien abrió esta misión para los laicos, habiéndole dedicado más de 20 años de su vida. Esta presencia femenina contrasta con una iglesia local, como la centroafricana, cuyos movimientos y fraternidades, donde la mayoría son mujeres, son dirigidos por hombres.

Segunda: La internacionalidad.

La misión no es de una sola nacionalidad, sino católica, es decir, universal. Y los LMC han dado testimonio que se puede vivir la fraternidad, aún con las diferencias culturales, bajo la guía de una misma fe. Aquello que nos hace diferentes, lejos de ser un obstáculo, llega a ser una oportunidad para el enriquecimiento mutuo y el crecimiento como misioneros, pues la misión nos impulsa no a encerrarnos, sino a abrirnos a lo novedoso y a asumir los retos que implica vivir con personas de otras nacionalidades.

Tercera: Una misión específica.

Sin dejar de estar abiertos al servicio de todos, los LMC han encontrado algunos campos de acción donde realizar su misión específica: la educación, la salud, y el pueblo Aka o pigmeos. Esto comporta una adecuada preparación en el terreno profesional y una atenta sensibilidad para el trato con un sector de la misión como los Aka, históricamente marginado y discriminado en el contexto nacional.

Mons. Jesús Ruíz, animó a los LMC a no desfallecer frente a las pruebas que continuamente como misioneros nos vemos sometidos. Es por ello que les recordó la experiencia de los discípulos de Emaús para dejarse acompañar por el Señor que con su palabra y la eucaristía nos abre los ojos para reconocerlo vivo y sentirlo que camina entre nosotros. “Si olvidamos la eucaristía, fuente y culmen de nuestro ser cristiano, –señaló Mons. Jesús Ruíz– nuestra misión se reduce a una labor humanitaria o filantrópica, pero no la de los testigos del Resucitado que contagian vida nueva”.

Cristina Souza, LMC, de Portugal, acompañada de las laicas Elia, también de Portugal, Cristina de Brasil y Anna de Polonia, en nombre de los laicos que han llevado a cabo su servicio misionero en Mongoumba, agradeció a todos el apoyo y la confianza recibidos, así como la paciencia para acercarse y entender a la gente de la misión. Hizo mención de los compromisos adquiridos por los laicos en la educación, la salud, caritas y el pueblo Aka que no hubieran sido posible sin el acompañamiento de todos.

El padre delegado de Misioneros Combonianos en Centroáfrica, Víctor Hugo Castillo, reconoció la labor de los LMC para una misión donde no basta un interés personal, sino la fe bien puesta en el Señor Jesús que los ha llamado y enviado. Invitó a la gente a reflexionar sobre el testimonio de los laicos que han dejado su país, su gente y su cultura para insertarse en una realidad muy diferente sorteando no pocas veces las dificultades que esto comporta, así como el de vivir la fraternidad con personas de otras nacionalidades. Animó a los jóvenes de la misión a decidirse a servir como laicos misioneros en otros países, dado que ellos también desde su cultura tienen riquezas por compartir en otras latitudes. Y finalmente alentó a los LMC a no ver este año jubilar como un punto de llegada, sino de partida, para continuar la obra del Señor que no deja de invitar a sus elegidos a darle continuidad.

P. Fernando Cortés Barbosa, Misionero Comboniano

Encuentro LMC europeo en Cracovia

LMC Europa

El pasado 12 y 13 de octubre celebramos en Cracovia la asamblea de representantes de los LMC de Europa. Un encuentro que ha estado postpuesto varias veces por causa de la Covid o de la invasión de Rusia a Ucrania y la crisis de refugiados que ha generado. Finalmente, hemos podido encontrar unos días para compartir.

Ha sido grande la alegría de todos los participantes por poder encontrarnos presencialmente. Después de muchos años trabajando y compartiendo encuentros online la posibilidad del encuentro personal la hemos vivido como un momento de gracia. Es la alegría de la familia que se encuentra, la alegría de soñar juntos, de rezar juntos, de reflexionar juntos…

Ha resultado un encuentro sencillo. Donde nos hemos sentido en casa en todo momento por la maravillosa acogida recibida por los LMC y los MCCJ de Polonia. Aquellos que llegamos antes tuvimos la oportunidad de visitar el Santuario de la Divina Misericordia y encomendar al Sagrado Corazón de Jesús los días a compartir.

Al día siguiente, y con todos ya presentes, hemos comenzado un análisis compartido de la realidad de cada uno de nuestros grupos. Paso a paso, tema a tema, hemos ido compartiendo y profundizando en la riqueza de nuestra vida misionera, en las dificultades que afrontamos en cada país (muchas de ellas comunes a todo el continente) y en los sueños que tenemos.

Una vez que hemos tenido una idea más clara del camino recorrido durante estos años y cómo nos encontramos en cada país llegó el momento de adentrarnos en los temas fundamentales del encuentro.

En primer lugar, tuvimos tiempo para profundizar sobre nuestra vocación LMC y el compromiso de vida que ella implica. Descubrir a qué estamos llamados como misioneros en Europa. Comprender las dificultades y desafíos que nuestro continente nos presenta. Una Europa cada vez más secularizada, donde el peligro del individualismo y la indiferencia se cierne frente a los muchos problemas que deberían ser afrontados de manera solidaria. Un estilo de vida que tantas veces se contrapone a los valores del evangelio y a la búsqueda del bien común.

Pero frente a todas las dificultades encontramos el antídoto a usar, las características ideales del buen misionero que deben ayudarnos a superar todas estas dificultades (aquí debimos emplear nuestra faceta más artística).

Y de ahí ir profundizando y entendiendo que nuestra comunidad LMC es nuestra principal fortaleza, que solos es difícil pero que en comunidad y colocando a Jesús en el centro todo es posible.

Reconocer que estamos implicados en muchos aspectos de la vida, que la vida laical con todos sus aspectos familiares, laborales, de implicación pastoral y social no es sencilla, que debemos aprender a priorizar. Ser conscientes que nuestra vida no está compartimentada en nuestros muchos quehaceres sino unida por una sola vocación que se expresa en los diversos ámbitos donde estamos presentes y compartimos nuestra vida. Que la oración, la formación y el acompañamiento comunitario como LMC son pilares básicos que nos ayudan y fortalecen la fidelidad a nuestra vocación. Somos consciente de las dificultades de muchos de nuestros LMC en vivir su vocación en el día a día, que muchas veces el regreso de la misión en otros países no es sencillo y el encontrar lo que el Señor nos pide cada día es un desafío, pero que desde el discerniente personal y comunitario es posible.

También tuvimos tiempo para reflexionar sobre nuestra responsabilidad con la misión fuera de nuestro continente. Que la diversidad con la que nacimos cada grupo nos trae mucha riqueza que no queremos perder, pero a la vez la esencia de una sola vocación LMC y el compromiso de afrontarla entre todos es fuerte. Nuestros grupos LMC son la expresión local de un solo compromiso global, ser parte del LMC nos hace pertenecer a una gran familia internacional con la que nos sentimos comprometidos al servicio del Reino de Dios. Hacer misión allá donde estamos en cada momento no nos quita el tener presentes las demás responsabilidades que tenemos a nivel global, comenzando con nuestras comunidades internacionales presentes en África o América y todo lo que tiene que ver con nuestra pertenencia a nivel internacional.

Los numerosos acuerdos que tenemos a nivel internacional, los documentos aprobados conjuntamente y las herramientas que hemos creado (como el plan de formación internacional o la guía de comunicación) son herramientas importantes que nos pueden ayudar en nuestro caminar.

Por último, dedicamos un tiempo para visualizar que tipo de servicio se espera del Comité Europeo en los próximos años, dónde centrar las prioridades de trabajo del mismo y de qué manera puede ser instrumento de ayuda para los diferentes grupos en Europa.

Sin duda unos días muy intensos, que como siempre se hacen cortos porque uno disfruta mucho cuando está en familia. Pero no toca ahora hacer tres tiendas sino bajar a la realidad y hacer posible el sueño de Comboni en y desde Europa.

Gracias a todos y todas las que habéis hecho posible estos días (tanto a los que habéis asistido como los que lo habéis preparado con anterioridad) y mucho ánimo para hacer vida nuestra vocación LMC.

Un saludo

Alberto de la Portilla, Coordinador Comité Central LMC.

Triple celebración en Kenia.

LMC Kenia

Fue una triple celebración en Kenia cuando la fiesta de San Daniel Comboni coincidió con la 50ª celebración de la presencia de los MCCJ Combonianos en Kenia, así como la nación keniata celebraba también el “Huduma Day” que, en sentido amplio, significa Día del Servicio.

La celebración tuvo lugar en la Comunidad de Postulantes en las afueras de Nairobi. La celebración comenzó con una charla del P. John Korir, director vocacional. El tema del día era “Arraigados y cimentados en Cristo”, en línea con los escritos de San Daniel Comboni. “Tendremos que trabajar duro, sudar, morir; pero el pensamiento de que uno suda y muere por amor a Cristo y por la salvación de las almas más abandonadas del mundo, es demasiado dulce para que desistamos de esta gran empresa” San Daniel Comboni, desde el principio supo de donde vendría su fuerza, que es Cristo mismo.

Esta celebración marcó el 20 Aniversario de la Canonización de San Daniel Comboni, por San Juan Pablo II que dijo “necesitamos evangelizadores con entusiasmo y traje apostólico de San Daniel Comboni un apóstol de Cristo entre los africanos” esto nos recuerda a ser apóstoles de Cristo entre los que están en la misma realidad y los que están abandonados. Comboni discernió y abandonó a sus padres por los más abandonados de África.

En las celebraciones del Jubileo por la presencia de los MCCJ en Kenia, se compartió una breve historia de cómo los MCCJ llegaron de Uganda a Kenia en 1973, durante el reinado del presidente dictador ugandés Idi Amin. Los Misioneros Combonianos (MCCJ) llegaron a través del noroeste de Kenia en Kacheliba West Pokot, y luego se extendieron a otras áreas como Turkana, Marsabit, Wote, Naivasha y Nairobi. Algunas de las misiones pasaron a manos de la diócesis. Fieles a su carisma de los más desatendidos y abandonados. La presencia de los MCCJ se hace sentir en las zonas donde nadie se atreve a ir a evangelizar, hasta la fecha los MCCJ keniatas son 30, Hermanos – uno en formación de noviciado, Laicos Misioneros Combonianos – 6, Misioneras Seculares Combonianas – 4. Las Hermanas Combonianas llegaron a Kenia antes, en 1963.

Fue un día de fiesta para nosotros también para celebrar el “Huduma Day” donde los ciudadanos se unen para ayudar a sus hermanos y hermanas menos afortunados, y ofrecer servicios a la nación.

San Daniel Comboni dijo que estoy muriendo pero mi obra no morirá, recemos por más vocaciones para nuestros jóvenes y laicos para que puedan ser enviados al ministerio sacerdotal de todo corazón.

Martin Onyango, LMC Kenia

Fiesta Comboniana

Comboni

La Parroquia de San Daniel Comboni, en Guriri, Diócesis de São Mateus, en el estado de Espírito Santo, comenzó la fiesta de San Daniel Comboni el domingo 1 de octubre. La celebración comenzó con la bendición de la imagen del santo patrón que contiene la reliquia de San Daniel Comboni, seguida de una procesión desde la residencia del obispo emérito Aldo Gerna hasta la iglesia parroquial. La imagen de San Daniel Comboni fue tallada en madera especialmente para la primera parroquia comboniana del mundo por el escultor Werner Thaler, de la ciudad de Treze Tílias, en Santa Catarina.

P. Raimundo Rocha

Provincial de los Misioneros Combonianos de Brasil