Laicos Misioneros Combonianos

Sólo el amor redime

Un comentario a Jn 14, 1-12 (Quinto domingo de Pascua, 14 de mayo del 2017)

Leemos hoy una parte del último discurso que, según el evangelio de Juan, pronunció Jesús en la última cena a modo de gran testamento. En este párrafo se nos presenta unas de las cumbres de la enseñanza de Jesús: “El que me ve a mí, ve al Padre”. “Ver” al padre es una de las claves de toda existencia humana. A este respecto les ofrezco los siguientes elementos de reflexión:

1.- Sólo el amor redime (Benedicto XVI)
El Papa Benedicto XVI escribió unas palabras memorables que nos explican la verdad fundamental del Evangelio: En Jesús “vemos”, conocemos el amor del Padre y eso nos “redime”, nos hace tener “vida eterna”. Así dice el Papa emérito:

No es la ciencia la que redime al hombre. El hombre es redimido por el amor. Eso es válido incluso en el ámbito puramente intramundano. Cuando uno experimenta un gran amor en su vida, se trata de un momento de «redención» que da un nuevo sentido a su existencia. Pero muy pronto se da cuenta también de que el amor que se le ha dado, por sí solo, no soluciona el problema de su vida. Es un amor frágil. Puede ser destruido por la muerte. El ser humano necesita un amor incondicionado. Necesita esa certeza que le hace decir: «Ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro» (Rm 8,38-39). Si existe este amor absoluto con su certeza absoluta, entonces –sólo entonces– el hombre es «redimido», suceda lo que suceda en su caso particular. Esto es lo que se ha de entender cuando decimos que Jesucristo nos ha «redimido». Por medio de Él estamos seguros de Dios, de un Dios que no es una lejana «causa primera» del mundo, porque su Hijo unigénito se ha hecho hombre y cada uno puede decir de Él: «Vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí» (Ga 2,20).

2.- Vivir en diálogo amoroso con el Padre
Si uno es redimido por esta experiencia de amor, su vida se vuelve un constante diálogo amoroso con el Padre, lo que transforma su vida y le hace:
-Vivir reconciliado con el mundo, con una mirada bondadosa sobre la naturaleza y los seres humanos, como Francisco de Asís, que hablaba de la “hermana tierra”, el “hermano sol” y hasta la “hermana muerte”;
-Vivir en Iglesia-comunidad, como lugar en el que se pone en común la experiencia de este amor redentor, no por nuestra perfección, sino por el testimonio de ese milagro de amor experimentado y testimoniado ante el mundo;
-Vivir dejando que rebose el amor en nosotros, superando todo egoísmo, todo miedo, toda pereza, todo temor a la muerte;
-Vivir en misericordia, sabiendo que cada ser humano es amado entrañablemente por el Padre, a pesar de sus límites, errores y pecados. Como el Padre, también nosotros nos hacemos misericordiosos, de corazón grande.

3.- Amar desde mi realidad cotidiana
“Ver” al Padre no es salirme de lo que vivo cada día, sino abrirme a su presencia a través de la realidad concreta de mi vida. En ese sentido, les comparto la siguiente oración:

Señor, tú eres espíritu,
pero yo sólo puedo llegar a Ti a través de mi cuerpo.
Tú transciendes el mundo,
pero yo sólo puedo verte en los árboles, las montañas, la luz , el viento, las personas…
Tú superas el tiempo,
pero yo sólo puedo seguirte día a día, semana a semana, mes a mes.
Tú estás más allá de toda conciencia humana,
pero yo sólo puedo entenderte desde mi razón, sentimientos y emociones, desde mi propia conciencia.
Tú eres más que el amor de un padre, una madre o una esposa,
pero yo sólo puedo entenderte como Padre, Madre, Hijo, Hermano, Compañero…
Te “veo” cuando contemplo a Jesús curando, perdonando, enseñando, clavado en la cruz…
Te experimento cuando me siento amado y capaz de amar,
entregando mi tiempo, mi inteligencia,
mis fuerzas físicas, mi disponibilidad.
Sólo así puedo “verte” y gozarte como hijo y misionero tuyo en el mundo.
Amén.

P. Antonio Villarino
Bogotá

El pastor que huele a oveja

Un comentario a Jn 10, 1-10 (Cuarto Domingo de Pascua, 7 de mayo de 2017)
Leemos hoy –cuarto domingo de Pascua- el bien conocido capítulo 10 de Juan, en el que se nos habla del Buen Pastor que, a diferencia de ladrones y bandidos, ha venido para “dar la vida a los hombres y para que la tengan en abundancia”. A este propósito, les ofrezco estas breves reflexiones.

1.- Una experiencia: “Sólo buscamos la vida”
Visitaba yo, hace años, una aldea del sur de Ghana (África occidental), cuando me encontré con un grupo de personas que estaban realizando unos ritos ligados a la religión del vodú, mayoritaria en aquella zona. Les pregunté:

– ¿Por qué y para qué hacen esto? Su respuesta fue sencilla y, a mi juicio, profunda y de valor universal.
– ¡Agbe ko dim míele loo!: “¡Sólo buscamos la vida!”, me dijeron

En efecto, la vida es, no sólo el don fundante que todos hemos recibido, sino también nuestra primordial tarea y misión. Vivir y dar vida es, sin duda alguna, nuestra primera misión y en ella se insertan todas las demás.
Pero vivir, como sabemos, es mucho más que “sobrevivir”, arrastrando una existencia sin sentido. Es, ante todo, desarrollar una identidad personal, única e intransferible, hecha de amor recibido y otorgado, un gastar la propia vida, un “desvivirse”, conscientes de un don recibido y de una meta hacia la que se camina, creando vida…

2.- Como ovejas sin pastor
El evangelio de Mateo nos cuenta que “Jesús recorría todas las ciudades y las aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda enfermedad y dolencia. Y, al ver la muchedumbre, sintió compasión de ella porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor” (Mt 9, 35-37). Me parece que, veinte siglos más tarde, la situación sigue siendo igual. Si nos miramos a nosotros mismos y a nuestro alrededor, podemos afirmar que muchos seres humanos no vivimos la vida en plenitud. Muchas personas, incluidos quizá nosotros mismos, somos “como ovejas sin pastor”, que, como el hijo pródigo, andamos buscando como ser felices, pero no sabemos cómo.

3.- El pastor “bello”, que da vida
En el versículo de Juan que sigue a los que leemos hoy, Jesús se define a sí mismo como el “buen pastor”, según las traducciones bíblicas que manejamos comúnmente. En realidad, según los expertos, la palabra usada por Juan para referirse a Jesús es “khalós”, que significa “bello”; por tanto parece que Juan no se refirió a Jesús como pastor “bueno” sino como pastor “bello”.
De hecho, en español decimos a veces, refiriéndonos a alguien conocido con expresiones como esta: “que bella persona es”. Con ello no queremos decir que dicha persona tiene una especial belleza física, sino que en ella resplandece una belleza totalmente especial, que tiene más que ver con su manera de ser que con su apariencia física.

En todo caso, lo que el evangelista nos transmite es claro: que Jesús, a diferencia de otros líderes o seudo-líderes, que se parecen más a los ladrones y a los bandidos, es el pastor bello-bueno, que es reconocido tanto por el “guardián” (el Padre Dios) como por las “ovejas” (aquellos de nosotros que son amantes de la bondad y la belleza).
En Jesús se manifiesta el mismo Espíritu que procede del Padre y habita en las “ovejas”. Por eso hay un reconocimiento mutuo. Como diría el papa Francisco, el Padre, el Pastor bello y las ovejas tienen el mismo “olor”, comparten el mismo deseo de bondad, de belleza y de amor. Por eso se reconocen mutuamente. Por el contrario, los que no tienen ese “olor”, lo que prefieren la mentira, el orgullo exagerado, el robo, la malicia… esos son “ladrones”, buscan abusar de las “ovejas” y no reconocen ni al Padre ni al Hijo.

La pregunta para nosotros es: ¿A quién preferimos seguir? ¿Nos dejamos guiar y conducir hacia la vida plena por este pastor que huele a oveja o preferimos que nos pastoreen ladrones y bandidos?

P. Antonio Villarino
Bogotá

Noticias de Misión desde República Centroafricana

LMC CentroafricaLa Laica Misionera Comboniana María Augusta Pires, que está en misión en Mongoumba, República Centroafricana, nos envía noticias siempre que pasa por la capital (Bangui), el único lugar donde tiene acceso a Internet. Aquí están las últimas noticias que envió el pasado mes de abril:

Esta vez regresé antes a Bangui después de un mes. Cómo me sentía cansada, me hice el test de malaria y dio positivo. He empezado a hacer tratamiento mientras que los síntomas son todavía pocos, ya que, de este modo, la reacción a las medicinas son menos fuerte, se sufre menos.
Ana tuvo malaria hace dos semanas y se siente cansada, porque ha estado con nosotras una dentista polaca y la acompañó siempre durante casi tres semanas. Fueron muchos dientes extraídos en cada pueblo; para el tratamiento de la caries no hubo posibilidad porque no se puede mover con las máquinas. Gracias a Dios ayudó a muchas personas que estaban sufriendo. Sólo en Bangui se pueden extraer y es muy caro, cada extracción: 10.000 francos (16€). Hubo personas que tuvieron que extraer dos e incluso tres dientes. Pagan una suma simbólica de 500F (menos de un euro).

El P Fernando así como el P Jesús están bien, gracias a Dios. El P Samuel tuvo malaria a principios de marzo y de nuevo la semana pasada. Ahora tiene fiebre tifoidea (Salmonella). Tendrá que tomar uno o dos antibióticos. El Señor le ayude a recuperarse pronto… está un poco desanimado… Por favor, recen por él.

María, una mujer pigmea que tiene cáncer, se sentía un poco mejor. Pero la semana pasada comenzó con una gran diarrea. Le dimos medicamentos para combatirlo, pero no pasaba. Así que empezamos el tratamiento de la malaria con un medicamento inyectable y pronto comenzó a pasar. Adelgazó mucho, ahora necesita comer mejor. Compartimos con ella nuestros alimentos, así es más variada y esperamos que se recupere más rápido. Continuemos rezando a María y su hijo Jesús.

La semana pasada, nacieron dos gemelos cuya madre no da leche y necesita ayuda; en este momento son 9 los bebés que atendemos. Con la gracia de Dios y la generosidad de todos los que comparten para ayudar a los más necesitados, podemos trabajar con alegría y así compartir con todos los que nos rodean.

Hace dos semanas, cuando estaba visitando a los enfermos del hospital, me encontré con una señora que le realizaron una cesárea y que la leche no le quería venir (después de tres días). Me pidieron leche, pero insistí que tenía que hacer todo lo posible para que viniese. Así que le hice una infusión de menta, y el segundo día comenzó a venir un poco; lo repetimos un par de días más, y Patrice empezó a mamar bien, gracias a Dios. Es siempre mejor la leche materna y aquí aún más, porque es demasiado cara y las condiciones de higiene son muy escasas (el cuidado higiénico de los biberones y el agua para preparar la leche). La leche para un bebé durante un año cuesta alrededor de 400€. Muy pocas familias tienen la oportunidad de comprarla.
Durante la Cuaresma, la misa de los miércoles se realiza en el barrio; y los viernes también se hace el via crucis en el mismo barrio. El viernes serán los jóvenes de toda la parroquia los que participarán en la JMJ. El sábado habrá formación y el Domingo de Ramos será una gran fiesta. La semana pasada, los catecúmenos [personas que se preparan para recibir el bautismo] de 3er año tuvieron tres días de retiro y el domingo han recibido el óleo del bautismo; como son muchos se vuelve más fácil hacer los ritos del bautismo por etapas.

Ha llegado nuevo LMC, Simone, que es italiano. Está aquí aprendiendo francés en Bangui y aún no se sabe dónde va a estudiar el Sango [idioma local].

He leído todos los Astrolabios con gran alegría [ella los recibe por e-mail] y reza para que la visita de D. Virgilio, dé mucho fruto en el futuro. Que la visita pastoral corra bien.

Que los corazones de todos sus feligreses acojan con alegría las palabras del señor obispo. Les deseo que mejoren sus vidas como cristianos y sean verdaderos testigos de Cristo.

LMC Centroafrica

Los mejores votos de una Santa Pascua a todos.

Unidos en Cristo por la oración.

Un abrazo misionero del tamaño del mundo.

María Augusta Pires,

Publicado en Diario Astrolabio

Pascua LMC España 2017

“Renuévanos Señor, que el mundo nos necesita”

Bajo este lema, la semana pasada los LMC de España nos reunimos en Comunidad para celebrar la Pascua. Fueron unos días de encuentro y de profundidad en los que tuvimos  la oportunidad de reflexionar y celebrar juntos el gran Misterio de Amor de Dios para la Humanidad y  para renovar en familia nuestro compromiso misionero.

Que nuestra fe en el resucitado nos haga sembradores de vida cada día.

LMC España