Laicos Misioneros Combonianos

“Comparta la alegría del Evangelio” – Retiro anual de los Amigos de Comboni en Etiopía

Comboni friendsAddis Abeba, 30 de julio de 2017

“Comparta la alegría del Evangelio” – Retiro anual de los Amigos de Comboni en Etiopía

“Nadie está excluido del gozo traído por el Señor”

“¡Oh Dios, tus caminos son santos!

Tú eres el Dios que hace maravillas”

(Sal 77: 13a.14a)

Los días 21 y 23 de julio de 2017, celebramos en el postulantado Comboniano de Addis Abeba nuestro retiro anual como Amigos de Comboni de Etiopía. Yo estaba realmente deseando esta oportunidad de orar, adorar, programar y fortalecer nuestra amistad.

Este es siempre un momento especial para mí: salir de la oficina y alejarme del bullicio. Yo dije: “Señor, tus caminos son santos”. A principios de este año, fui a un retiro de silencio durante una semana. ¿Qué mejor, pensé, que una semana de silencio para un introvertido? Así que fue un poco de decepcionante cuando me enteré de que el retiro de amigos de Comboni no sería en completo silencio. Pero Dios me siguió sorprendiendo y me hizo reír.

¡Comparte la alegría del Evangelio!        

Quedé muy contento con el retiro de los Amigos de Comboni. Durante la reunión del fin de semana nos sentimos como una familia. Oramos juntos, comimos juntos, trabajamos juntos. Preparando comidas, lavando platos, jugando, hablando… ¡Hacer todo juntos fue muy divertido! El sábado por la tarde salimos a realizar juegos bíblicos en la calle y me gustó mucho esa idea de compartir la Alegría del Evangelio con otros.

“Con esto todos sabrán que sois mis discípulos, si os amáis unos a otros”. Continuamos nuestras actividades de retiro en la Casa de las hermanas de la Madre Teresa, donde nuestro grupo se involucró este año con un voluntariado mensual. Era la primera vez que visitaba el recinto y cuando una de las hermanas nos guiaba a través de diferentes departamentos del centro me vino a la mente una idea: cada cristiano y cada comunidad estamos llamados a ser un instrumento de Dios para la liberación y la promoción de los pobres, y para que puedan ser parte plena de la sociedad. Esto requiere que estemos atentos al grito de los pobres y que acudamos en su ayuda. La alegría del Evangelio llena los corazones y las vidas de todos los que se encuentran con Jesús. Aquellos que aceptan su oferta de salvación son liberados del pecado, del dolor, del vacío interior y de la soledad. Con Cristo la alegría nace constantemente de nuevo.

El Papa Benedicto XVI escribió: “La fe es un don que se nos da para ser compartido”. Mi oración y esperanza es que cada miembro de los Amigos de Comboni en Etiopía esté dispuesto y comprometido a poner esas palabras en práctica. La tarea de cada uno de nosotros es vivir lo que creemos. Esta es la forma más importante de difundir y fortalecer nuestra fe.

Durante el retiro, los Misioneros Combonianos trabajaron duro para compartir la alegría del Evangelio “en hechos y en palabras”. Les agradecemos lo que hicieron por nosotros y oramos por ellos, especialmente por el padre Juan, responsable de los laicos misioneros combonianos en Etiopía, p. Sisto, Superior de la Provincia de Etiopía y los Laicos Misioneros Combonianos polacos que trabajaban en Etiopía, quienes reactivaron el grupo de Amigos de Comboni en Etiopía. “Su buena obra será mostrada a toda la humanidad” – queridos misioneros laicos, nos regocijamos de que nuestro Padre Celestial haya hecho esto posible, y agradecemos a nuestro Padre Celestial por su trabajo.

Tesfalidet Lelisho

Cierre y apertura

LMC Africa

LMC AfricaHoy trabajaremos las conclusiones de nuestro encuentro con pasos concretos y en caminando juntos como Laicos Misioneros Combonianos que trabajamos en este hermoso continente Africano.

Todos tenemos diferentes realidades dentro de nuestras comunidades.

Para algunos ha sido fácil colaborar dentro de nuestras comunidades, otros han encontrado desafíos. Hay comunidades que se comunican bien y entienden las expectativas de nuestra familia y la comunidad Comboniana, otros han tenido que encajar todo esto y buscar salidas.

Concluimos ahora el encuentro. El Espíritu Santo nos ha abierto los ojos y los corazones de todos nosotros. Somos más fuertes juntos, como familia comboniana.

Nuestro tiempo en Anchilo nos ha ayudado a descubrir un continente de gente trabajando para ayudar a expandir el reino de Dios.

Nos ha mostrado nuestras fortalezas y nuestras debilidades.

Hemos presentado resoluciones para que nuestros caminos sean más claros para todos nosotros.

Estas resoluciones nos ayudarán a comprender con más profundidad nuestra vocación, nuestras responsabilidades y el camino a seguir en el espíritu de San Daniel Comboni.

LMC África

Frutos

LMC AfricaNuestro encuentro ha traído al grupo las realidades de nuestra vocación misionera.

Hemos dialogado sobre temas como la comunicación, vocación, economía, formación y muchos otros. A través de estas discusiones hemos evaluado nuestro caminar y analizado dónde hemos cumplido nuestras metas, las áreas en que necesitamos mejorar y los desafíos que enfrentamos al hacerlo.

Al igual que San Daniel Comboni, todos hemos encontrado algunas dificultades para anunciar el Reino de Dios. En el carisma de nuestro fundador e intercesor, encontramos la fuerza para continuar en nuestra misión y hallar el camino para hacerlo. Como la palmera que lleva fruto de cocos, no es fácil compartir el dulce sabor de la salvación, pero encontramos la fuerza para escalar, a través de nuestra fe y nuestra comunidad.

LMC Africa

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El “buen negocio” del Reino

Un comentario a Mt 13, 44-52 (XVII Domingo ordinario, 30 de julio 2017)

Concluimos la lectura de las siete parábolas que Mateo reproduce en el capítulo 13, explicando cómo funciona el Reino de Dios. Hoy nos tocan tres muy breves parábolas: el tesoro, la perla y la red. Son casi como tres modernos “twits”, frases muy breves, pero contundentes y llenas de significado.

Yo me detengo brevemente las dos primeras, que son muy parecidas y tienen un mismo significado; hablan de “un tesoro escondido” y de “una perla de gran valor”, algo por lo que merece la pena venderlo todo. El Reino de Dios (su amor, su verdad, su justicia y misericordia) es más valioso que todo lo demás.

Estas parábolas me recuerdan el testimonio de San Pablo, que en la carta a los filipenses dice lo siguiente:

“Lo que entonces (antes de mi conversión) consideraba una ganancia, ahora lo considero pérdida por amor a Cristo…Es más, pienso incluso que nada vale la pena si se compara con el conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él he sacrificado todas las cosas, y todas las tengo por basura con tal de ganar a Cristo” (Flp 3, 7-8).

En la historia de la Iglesia hay muchas personas que lo han dejado todo por seguir a Cristo; personas que han renunciado a riquezas, honores y hasta sabiduría humana, porque todo eso le parecía poco importante ante el hecho de ser discípulo de Jesús de Nazaret y de consagrarse a su Reino.

Pienso, por ejemplo, en Ignacio de Loyola que abandonó su carrera militar y sus deseos de gloria para dedicarse totalmente a la causa del Reino de Dios; o en Daniel Comboni, que renunció a una prometedora carrera eclesiástica en Europa, para dedicarse, cuerpo y alma, a la misión africana en nombre de Jesucristo; o la Madre Teresa de Calcuta, que dejó su colegio de niñas bien para irse, en nombre de Jesús, a atender a los moribundos de Calcuta…

Pienso en los misioneros y misioneras que abandonan su tierra y su familia para “comprar” la alegría de una vida dedicada al servicio del Evangelio y de los más pobres y abandonados.

A ninguno de ellos les costó dejar sus “riquezas” y comodidades, sino que les pareció un buen negocio. Han cambiado una riqueza efímera y unos honores humanos por la alegría de vivir como discípulos de Jesús y obreros de su Reino de amor y de paz, de justicia y de verdad.

Hoy es un día para preguntarme: ¿Me contento con alguna perlita de poco valor (mi autoestima, mi confort, mi comodidad, mis pecadillos) o busco la perla del Reino de Dios? ¿Sé dejar lo que sea para vivir como discípulo de Jesús? ¿Estoy haciendo un buen negocio con mi vida o me contento con valores menos importantes?

P. Antonio Villarino
Bogotá

Unidad

LMC AnchiloNuestro tema para el día fue la unidad.

El Señor nos ha traído a todos de diferentes tierras, con lenguas y culturas diferentes, reuniéndonos en el Espíritu Santo.

Nosotros mismos, nuestro trabajo y nuestras comunidades somos como un rompecabezas. Una pieza aislada tiene poco significado, pero juntos podemos crear algo hermoso
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