Laicos Misioneros Combonianos

20 aniversario LMC de Brasil

LMC BrasilEs con una inmensa alegría que nosotros, LMC de Brasil celebramos este año 20 años de la ALMC – Asociación Laicos Misioneros Combonianos, organización jurídica sin fines de lucro fundada el 31 de mayo de 1997.
En el año 1995, un grupo de personas provenientes de todas las partes de Brasil comenzó a soñar el proyecto LMC en São José dos Campos / SP. Eran los tiempos del gran acontecimiento misionero ocurrido en Brasil, el COMLA 5, que impulsó a la Iglesia más allá de sus fronteras. A partir de ahí otros encuentros se sucedieron y finalmente en 1997 se iniciaba la primera comunidad LMC de formación y convivencia misionera en la ciudad de Contagem / MG.
Pasados ​​20 años de existencia de la Asociación Laicos Misioneros Combonianos tenemos muchos motivos para celebrar, a la luz de esta historia de desafíos, mucha dedicación, osadía y perseverancia, la vivencia como laicos misioneros al estilo de San Daniel Comboni.

Seguimos nuestra llamada al seguimiento de Jesucristo y estamos insertos en frentes misioneros desafiantes al lado de los más pobres y excluidos de nuestra sociedad, aquí y más allá de nuestras fronteras.

El próximo mes de junio realizaremos nuestra Asamblea Anual de la ALMC en Curitiba / PR, un momento privilegiado de comunión y de compartir nuestra vocación. El día 22 celebraremos la Misa de Acción de Gracias por los 20 años de la ALMC en la Parroquia de Santa Amelia.

Queremos encontrarnos, reflexionar, evaluar, rezar, trazar nuevos planes y continuar el “sueño-desafío” de la Iglesia de Brasil, toda ella misionera y abierta al mundo.

En estos últimos tiempos vivimos señales hermosas en nuestro camino LMC en Brasil, como la formación de los grupos de Espiritualidad Comboniana y discernimiento de Curitiba y más recientemente el de Balsas; nuestra participación en el equipo de Articulación de la Familia Comboniana, con las diferentes actividades pensadas en conjunto en la animación misionera y vocacional; el refuerzo, en breve, de la presencia LMC en Acailândia – Piquiá junto al Proyecto Justicia en los Raíles; los matrimonios y nuevos nacimientos que llegaron a esta Familia LMC; el testimonio especial de algunos miembros en estos tiempos difíciles con pérdida de seres queridos y en la lucha por la recuperación de la salud. En definitiva, el compromiso de cada uno y cada una en los diversos frentes, perseverando en la opción de la defensa de la vida.

Se presentan también desafíos y cuestionamientos sobre cómo debemos seguir respondiendo a nuestra vocación en estos nuevos tiempos. ¿Cuáles son los aspectos esenciales en nuestra identidad? ¿Qué necesitamos cambiar? ¿Cómo ser más eficaces en la animación misionera y en la promoción de nuevas vocaciones? Recordando que la misión se renueva con nuevos misioneros, hombres y mujeres dispuestos a entrar en la dinámica de la iglesia en salida.

Contamos con las oraciones de todos y queremos estar unidos a toda la gran familia comboniana esparcida por el mundo.

A la luz de nuestra realidad, en la gracia de la celebración de los 300 años de la Madre Aparecida, inspirados por San Daniel Comboni en el seguimiento de Jesucristo y unidos en el camino misionero a la Iglesia de Brasil y del mundo, nos disponemos a cuidar y hacer florecer cada día El llamado misionero de la vocación comboniana.

LMC Brasil

Con cariño y amistad, Laicas y Laicos Misioneros Combonianos de Brasil

Con Gratitud y Esperanza

Mensaje Final del Simposio 150 Aniversario del instituto MCCJ

Simposium MCCJ

Los Combonianos, provenientes de nuestras diferentes circunscripciones, nos hemos reunido en Roma junto con otros miembros de la Familia Comboniana para celebrar los 150 años de historia de nuestro Instituto. Para todos nosotros, celebrar significa ante todo recordar nuestros orígenes y la historia que Dios ha estado escribiendo con nosotros y con los pueblos que hemos conocido en nuestro viaje. No es un ejercicio de arqueología, sino un proceso vivo de acción de gracias a Dios, confiando nuestro futuro en sus manos. Recordar es partir de nuevo y actualizar.

Nuestra herencia: de la gratitud a la fidelidad

El nacimiento de nuestro Instituto no ocurrió en un laboratorio. Más bien, es el fruto de un largo proceso de vida y misión. Fue un nacimiento doloroso en un momento de grandes cambios en el mundo. Nacimos en un contexto de pobreza, sin ningún apoyo eclesiástico, político o económico particular. Este acontecimiento, en sí mismo único en la historia del movimiento misionero del siglo XIX, nos concedió una mayor libertad para responder a nuestra especial vocación. Aunque el proceso de encontrar una forma jurídica para nuestra misión no fue sencillo, es claro que Comboni deseaba una familia de misioneros con estas marcas distintivas:

  • Ad vitam, es decir, misioneros no sólo disponibles para ofrecer su tiempo, sino también sus vidas para la misión;
  • Católico, es decir, no limitado por las mentalidades nacionalistas;
  • Enamorados de Dios y de los pueblos, haciendo causa común con los pobres.

El Papa Francisco nos dice que “la alegría de un misionero siempre resplandece en el fondo de una memoria agradecida“. Gratitud significa saber que eres amado y luego – movido por este amor – salir a compartir esta experiencia con los demás. La gratitud no es estática, sino dinámica; Gratitud es movimiento, hacia dentro, hacia fuera y hacia delante; Es un viaje. En esta perspectiva, la reunificación del Instituto, la nueva Regla de Vida y la canonización de San Daniel Comboni se convierten en momentos especiales de nuestra historia y en oportunidades para actualizarnos y continuar su camino con creatividad.

Gratitud significa reconocer en nuestra historia la fidelidad de Dios, reflejada en la generosa fidelidad de innumerables cohermanos, tanto del pasado como del presente; fidelidad al Evangelio, a Comboni, a una misión desafiante, a la oración, a la pobreza evangélica, al pueblo de Dios y a la internacionalidad.

Viajes de Regeneración.

Hoy tenemos herramientas para un mejor estudio y conocimiento de nuestro Fundador y de nuestra historia, y este simposio ha contribuido a este fin. Somos conscientes de que cada vez que en la historia nos hemos reconectado a Comboni y a su carisma hemos dado un paso significativo hacia adelante.

Una “reconfiguración” de nuestro Instituto es necesaria. Nos enfrentamos al desafío de un tipo de misión que está siempre en movimiento, aún lejos de ser cumplida. El envejecimiento de los miembros de nuestro Instituto junto con la disminución de vocaciones en muchas de nuestras circunscripciones, los nuevos paradigmas de misión y nuestro cambio de papel dentro de las Iglesias locales son sólo algunos de los desafíos que añaden ansiedad a nuestra situación actual. Hoy en día la misión busca testigos que vayan más allá de las obras y cuestionen nuestro estilo de vida; También nos exige una donación total.

Creemos que la reconfiguración de nuestro Instituto se desarrolla a través de cuatro caminos: espiritualidad, humildad, fraternidad y ministerialidad.

  1. Espiritualidad. No se trata sólo de redescubrir la belleza de la oración, sino de desarrollar una espiritualidad de la presencia de Dios en la historia de los pueblos y de la vida de cada persona. Los pobres se convierten en nuestros maestros con su fe y esperanza y nos enseñan esta espiritualidad, sin la cual nos arriesgamos a volvernos áridos y perder el sentido de nuestro viaje misionero.
  2. Humildad. Conscientes de nuestras limitaciones y fragilidades, estamos llamados a pasar de ser protagonistas a ser testigos. Hoy no es sólo “hacer misión” lo que cuenta, sino ante todo “ser misión”. Las palabras y las obras ya no son suficientes, ya que hay muchos que pueden hablar y trabajar, incluso mejor que nosotros. El reto que tenemos por delante es dar testimonio con nuestras vidas del tesoro que tenemos en nuestros corazones.
  3. Fraternidad. Muchos de nosotros hemos expresado tanto en las conferencias como en el trabajo de grupo el deseo de que nos amemos más, como hermanos. Necesitamos crecer en la calidad de nuestras relaciones comunitarias. Este problema es tanto más manifiesto en nuestro pobre discernimiento y planificación en común, como en la baja calidad de nuestro compartir fraterno. Algunos de nosotros no se sienten como en casa en nuestras comunidades. Ser hermanos significa dar espacio el uno al otro, incluyendo las relaciones interculturales e intergeneracionales, donde muchas veces exige momentos de reconciliación, también en forma sacramental. Más fraternidad nos ayudaría a vincular misión y consagración y mejoraría nuestro discernimiento comunitario.
  4. Ministerialidad. Los nuevos contextos sociales de hoy nos impulsan a revisar nuestra ministerialidad. Necesitamos estar mejor cualificados en diferentes campos de la evangelización, y mejorar nuestro trabajo en equipo con otros miembros de la Familia Comboniana y de la Iglesia Local. La misión es el punto de referencia para cualquier programa de formación. La ministerialidad por sí sola no es suficiente si no se basa en la pasión de Cristo por la humanidad.

En este aniversario partimos de nuevo, como hermanos, conscientes de los desafíos y las dificultades, pero también llenos de esperanza:

“El misionero nunca pierde el corazón ante las dificultades. Todas las cruces son meritorias, porque trabajamos sólo para Cristo y la misión” (San Daniel Comboni)

“Que el Espíritu haga desbordar la esperanza en vosotros” (Papa Francisco)

Simposium MCCJ

Manifestaciones del Espíritu

Un comentario a Jn 20, 19-23 (Solemnidad de Pentecostés, 4 de junio del 2017)

Celebramos hoy la solemnidad de Pentecostés, en la que hacemos memoria de una experiencia que la Iglesia –y todos nosotros- hace desde los primeros tiempos hasta hoy: que el Espíritu Santo la acompaña siempre, la ilumina, la fortalece, le ayuda a ser fiel y creativa a la vez. Hoy, más que un comentario directo del texto evangélico, les comparto una rápida reflexión sobre algunas manifestaciones del Espíritu.

1.- Ebriedad: El Espíritu rompe los límites de una vida estancada y anodina, dando un entusiasmo casi embriagador; rompe las barreras étnicas o religiosas, acumuladas en siglos para crear una nueva comunión; Supera las limitaciones de la persona, como le promete el profeta a Saúl: “Te invadirá el Espíritu del Señor… y te convertirás en otro hombre”(1 Sam 10,6).

Cuando alguien tiene una experiencia de invasión del Espíritu, la gente pregunta: ¿Y a éste qué le pasó? Cuando una mujer está embarazada, se le nota en la lucidez de su rostro. Cuando uno veía de cerca de la Madre Teresa de Calcuta, uno se decía: ¿Qué tiene de especial? Me pregunto si muchas veces nosotros no nos hemos vuelto demasiado “sobrios”, previsibles, maniatados por la rutina y el escepticismo. Necesitamos que el Espíritu nos emborrache.

2.- Confianza: “No habéis recibido un espíritu que os haga esclavos, bajo el temor” (Rm 8, 14-15). El Ángel le dice a María: “No temas. El Señor está contigo, su Sombra descenderá sobre ti”. San Pablo afirma: “Sé de quien me he fiado”.

3.- Interioridad: El Espíritu nos hace conocer a Dios desde dentro, no como una imposición externa: 1 Cor 2, 10-12. -María guardaba todo en su corazón.
En este tiempo vivimos muy preocupados por la imagen de nosotros mismos, de nuestra comunidad, de nuestra patria. ¿Vivimos desde fuera o desde dentro de nosotros mismos? El ejemplo de Benedicto XVI fue precisamente el de quien tiene una riqueza interior tan grande, que le permite ser libre y sereno en las más grandes dificultades.

4.- Sensibilidad: El Espíritu nos hace sensibles en dos direcciones aparentemente opuestas, pero que son parte de la misma realidad: por un lado, sensibilidad a los bello en todos sus sentidos (la naturaleza, la música, la poesía, un gesto elegante…); y, por otro, sensibilidad al dolor del otro: “vuestras alegrías son las mías y vuestras penas también son las mías” (Comboni en Jartum). El Buen Samaritano se para ante el desventurado y se pone a su servicio (Lc 10, 30.37).

5.- Libertad-Parresía (valentía llena de libertad): Dónde hay Espíritu hay libertad (2 Cor 3, 17-18). San Francisco tuvo el coraje de desnudarse y descalzarse como signo de libertad. Comboni tuvo la audacia de lanzarse a una misión casi imposible… Pero esta audacia no es fruto del voluntarismo, sino del Espíritu que habita en la persona. (Hech 4,13; 5,20, 27-32);

6.- Dinamismo misionero: El Espíritu mueve a los Apóstoles a dejar Jerusalén (Hch 8, 26-39), a la comunidad de Antioquía a escoger a Pablo y Bernabé y enviarlos; a Pablo a romper con las tradiciones y a fundar una Iglesia universalista, más allá de las estrecha cultura judía… Hoy necesitamos un nuevo dinamismo, que nos lance a los nuevos desafíos del mundo de hoy, pero no será fruto de planificaciones, sínodos, encuentros… será fruto del Espíritu.

7.- Diálogo: Cuando estamos movidos por el Espíritu podemos entrar en diálogo profundo, yendo más allá de las apariencias y superficialidades. El Espíritu produce hombres inspirados, capaces de hablar lenguas (Hech 2, 4), es decir, de entenderse, más allá de las diferencias lingüísticas y culturales;

8.- Alegría: La alegría del Evangelio. “Les comunico una buena noticia, les ha nacido un salvador”

9.- Resiliencia, capacidad de resistir: A veces parece que el Reino de Dios no llega. ¿En qué ha quedado la promesa? Para el Señor mil años son como un día (2Pe 3, 3-9).

10.- Gratuidad: Contraposición entre la lógica de los perfumes y del dinero, de la gratuidad frente a eficiencia, como en la contraposición entre la lógica de Judas y la mujer que derrama el bote de perfume en los pies de Jesús (Mc 14, 3-9).

Es el mismo Espíritu de Jesús que habita en su Iglesia. “Todos quedaron llenos del Espíritu Santo”. “Estaré con vosotros hasta el final de los tiempos”.

Cuando pierde el Espíritu, el discípulo divaga (inventa su propia Iglesia) o se convierte en un cadáver, supuestamente fiel, pero muerto, sin vida, sin una palabra iluminadora, sin signos de liberación, sin comunión auténtica, sin misión. La Iglesia, si es habitada por el Espíritu, no tendrá miedo a innovar, a dar respuestas nuevas a problemas y situaciones nuevas. Respuestas que ella no las daría por sí misma, como en el caso del concilio de Jerusalén, pero que, llegado el momento, se siente con autoridad para darlas.
P. Antonio Villarino
Bogotá
….
Sin el Espíritu…con el Espíritu
“Sin el Espíritu Santo,
Dios es lejano,
Cristo permanece en el pasado,
el Evangelio es letra muerta,
la Iglesia una simple organización,
la autoridad un poder,
la misión propaganda,
el culto un arcaísmo
y la moral cristiana una conducta de esclavos.
Pero con Él,
la concordia se hace indisoluble,
el cosmos se rehabilita por la regeneración del Reino,
Cristo resucitado está presente,
el Evangelio se convierte en una fuerza de vida,
la Iglesia realiza la comunión trinitaria,
la autoridad se transforma en servicio,
la misión es un Pentecostés,
la liturgia es memoria y anticipación,
el obrar humano se diviniza.
(Texto del Metropolita Ignacio de Laodicea ante la Tercera Asamblea del Consejo Mundial de las Iglesias en Upsala, 1968).

Semana Santa Misionera en El Salvador

LMC Guatemala…”Santos y capaces, haciendo causa común con los más pobres y necesitados”   (San Daniel Comboni)

La comunidad LMC PCA en Guatemala, compartimos con alegría la experiencia de misión que tuvieron Mercedes Suy y Carolina Lorenzana  en Semana Santa, del 8 al 16 de abril recién pasados.

Estuvieron en la parroquia San Antonio, en Santa Tecla, El Salvador.

Esto fue lo que narraron:

El sábado 8 de abril a las 6 de la mañana salimos desde la ciudad de Guatemala,  hacia El Salvador.    El viaje en autobús duró 6 horas y media.  Llegamos a las 12:30, fueron  a traernos a la estación del bus para llevarnos a la Parroquia de San Antonio donde P. Juan José Hernández, (MCCJ) nos recibió,  y nos alojó.   En la tarde fuimos a conocer la comunidad de  San Rafael.  Allí fue nuestro campo misión.

Ese mismo día comenzó el visiteo que duró toda la semana hasta el jueves.  Visitamos varias familias a quienes les contamos acerca de los LMC, y que llegábamos de Guatemala.  Nos escuchaban muy atentos pero sobre todo nosotras escuchábamos de ellos sus necesidades, problemas y enfermedades.

Después de unos días, también solicitaron nuestra presencia  en otra comunidad llamada San José del Pino.

Participamos en las actividades de la pequeña comunidad compartiendo la Palabra en la Casa de Oración Oratorio, estuvimos en el  rezo del Vía Crucis, de las dos comunidades.

Son personas  a quienes las “ maras” o delincuencia juvenil,  han afectado directamente.  Muchos tienen familiares o amigos desaparecidos o presos.

Son comunidades  que necesitan una misión de persona a persona, donde se les ayude a salir delante de sus muchos problemas dándoles conocimiento para trabajar, ayuda social y una evangelización profunda con seguimiento.

Quizá la misión no ha sido grande, pero tiene un contenido rico de obra misionera.  Los LMC-PCA de Guatemala, seguiremos teniendo experiencias misioneras Ad gentes para mantener el carisma como LMC.

LMC Guatemala

LMC Guatemala

Noticias de la Misión en la República Centroafricana

LMC RCAEspero que estén satisfechos con la visita pastoral del señor Obispo y que ésta dé frutos.

Aquí, el padre Jesús está enfermo. Pero, gracias a Dios, ya está mejor… Todos los demás miembros de la comunidad apostólica estamos en forma y, por eso, damos gracias al Señor, por su gran amor hacia nosotros. El padre Samuel partirá a Etiopía para hacer exámenes médicos y descansar. Ruego al Señor, para que al volver venga muy bien, lleno de salud y energía, para afrontar de nuevo los desafíos de la Misión. Hoy mismo se volvió de nuevo con malaria. Espero que mañana esté mejor, pues tiene el viaje a su país.

Esta vez vine a Bangui para abrir una cuenta a la escuela. Hay una organización que da una ayuda y exige que tengamos una cuenta donde ellos enviarán el dinero.

Traemos con nosotros una pareja de pigmeos con un bebé que nació con una deformación en la nariz para ser operado en el hospital pediátrico donde estuvo la pequeña Merveille. Ya ha sido operado y parece que todo fue bien, ¡Dios permita que sí! Saldrá el viernes, volverá con nosotros a Mongoumba para poder seguirlo bien hasta que no necesite hacerse la cura, porque en el campamento no hay condiciones de higiene ni nadie que sepa hacerlo. Espero que Honoré (así se llama) quede bien… ¡Los padres están muy contentos!

Al lado del Honoré está un bebé que nació sin ano, las heces le salen por la barriga. Será operado mañana… El Señor permita que quede bien, para que más tarde pueda tener una vida normal.

Merveille, gracias a Dios, está creciendo ahora normalmente.

María ya se recuperó un poco de la malaria que tuvo; Sigan rezando por ella.

Yo pido al Señor todos los días, por todos vosotros, que él os llene de su gracia. Rezo a María para que el viaje del Papa a Portugal corra muy bien y que mucha gente se convierta a Jesús.

Siempre unidos por la oración.

Un gran abrazo Misionero para todo el mundo.

Maria Augusta LMC portuguesa en la República Centro Africana