Laicos Misioneros Combonianos

Noticias desde Mozambique

LMC MozambiqueQueridos amigos,
¡Saludos de Carapira!

Con mucha alegría compartimos una foto de nuestro pasado encuentro. Después de algunos impasses nos reunimos para programar algunas actividades para el grupo.

Fue un encuentro fructífero y que nos animó mucho para seguir con fidelidad al Señor de la Mies. ¡El amor es más fuerte y sigue ganando! ¡Gracias a Dios!

Un abrazo amigo,
¡De todos nosotros !

LMC Mozambique

La noche de los deseos

LMC RCA12 de marzo de 2018
Día 388 Restante 712

Saludos a todos, ¿cómo estáis? Espero que bien… esta Navidad y Año Nuevo 2018 fueron un poco extraños, pasados ​​en el calor de la República Centroafricana, vistiendo una camiseta de verano y comiendo bacalao portugués … 🙂

LA NOCHE DE LOS DESEOS

¡Es de noche aquí! ¡Una noche profunda que envuelve todo! UNA NOCHE que no es como todas las otras NOCHES, ¡porque es una NOCHE perenne! ¡Es NOCHE incluso durante el día! Vivimos en esta NOCHE, en un presente infinito, ¡vivimos como si no hubiera mañana!

Nuestras escuelas necesitarían ser reconstruidas porque los ladrillos son devorados literalmente por las termitas y, cuando llueve, se inundan, y durante la NOCHE están habitadas por murciélagos que te revuelven el estómago…
Nuestro hospital no tiene suministros médicos, no hay alimentos para los pacientes, y los que necesitan cirugía deben proporcionar todo, hasta el último centavo …
Nuestras carreteras tienen baches que parecen cráteres debido a los grandes camiones y la lluvia, y la velocidad promedio en la carretera Bangui-Mongoumba es de alrededor de 30 km/h y el viaje dura entre 7 u 8 horas…
Necesitaríamos un puente sobre el río Lobaye o un nuevo ferry porque los camiones grandes y pesados ​​de las multinacionales extranjeras que transportan nuestra madera desde la selva lo han dañado… Necesitaríamos doctores, pediatras, profesores, instructores, profesores universitarios para cuidar de las nuevas generaciones, y en cambio…

…¡vendrán más soldados!

¡Tal vez sea el único que no comprende cómo más soldados pueden ayudarnos a salir de esta oscura y profunda NOCHE en la que vivimos!

El nuevo año nos trajo como regalo una nueva base militar en nuestra diócesis de Mbaiki… llegó el bulldozer, aplastó un área enorme, cavó rápidamente una trinchera, levantó grandes barreras de tierra y he aquí… una hermosa, nueva y segura base militar de la ONU… ¿para protegernos de quién? ¡Lobaye es la única área pacífica en la RCA!

Quizás soy el único que no comprende cómo más soldados, más armas, más vehículos blindados, más recursos para mantenerlos en marcha, pueden ayudarnos a salir de esta noche oscura y paralizante en la que vivimos. Añadiendo el riesgo de que nuestra NOCHE se convierta en una NOCHE aún más oscura. ¡Todos somos como equilibristas caminando por el cable, arriesgándonos a caer de nuevo en nuestros miedos, en lugar de encontrar el coraje para salir de esta NOCHE que parece ser eterna!

No hay dinero para las escuelas, para la atención médica, para los salarios de nuestros maestros, para los hospitales, para reparar nuestras carreteras…

…pero hay dinero para construir una nueva base militar y pagar 900 soldados…

¡Quizás es que no lo entiendo!

Alguien me preguntó qué habríamos DESEADO en la NOCHE de Navidad … y para 2018 …

… un poco de LUZ …

El pueblo que caminaba en TINIEBLAS ha visto una gran LUZ …
… para aquellos que vivieron a la sombra de la muerte, una LUZ ha brillado … (Mt 4:16)

Saludos, un abrazo, un beso, una oración y GRACIAS …
Simone, LMC

Paz, alegría, perdón, misión

Comentario a Jn 20, 19-31: Segundo Domingo de Pascua, 23 de abril del 2017

En este segundo domingo de Pascua, seguimos leyendo el capítulo 20 de Juan, que nos habla de lo que pasó “en el primer día de la semana”, es decir, en el inicio de la “nueva creación”, de la nueva etapa histórica que estamos viviendo como comunidad de discípulos misioneros de Jesús. La presencia de Jesús vivo en medio de la comunidad se repetiría después a los ocho días, para tocar el corazón de Tomás, exactamente como sucede con nosotros cada domingo, cuando cada comunidad cristiana se reúne para celebrar la presencia del Señor.

El evangelio nos dice que Tomás no creyó hasta que puso sus manos en el costado herido de Jesús. Precisamente de ese costado herido de Jesús, de su corazón que se da hasta el final, surge, el Espíritu que permite a la Iglesia seguir viviendo de Jesús. Con el Espíritu la comunidad recibe los siguientes dones: paz, alegría, perdón, misión. Veamos brevemente:

  • “Paz a ustedes”

Jesús usa la fórmula tradicional del saludo entre los judíos, una fórmula que algunas culturas siguen usando hoy de una manera o de otra. En nuestro lenguaje de hoy quizá podríamos decir: “Hola, cómo estás, te deseo todo bien, soy tu amigo, quiero estar en paz contigo”. ¿Les parece poco? A mí me parece muchísimo. Recuerdo cuando el actual Papa Francisco, recién elegido, salió al balcón de la basílica de San Pedro y simplemente dijo: “Buona sera” (Buena tardes). Bastó ese pequeño saludo para que la gente saltara de entusiasmo. No se necesitaba ninguna reflexión “profunda”, ninguna declaración especial; sólo eso: una sencilla palabra de reconocimiento del otro desde una actitud de apertura y amistad.

Pienso en la importancia y belleza de un saludo cordial y cariñoso entre los miembros de una familia, reafirmando día  a día esa cercanía amorosa que nos da vida y alegría; pienso en el saludo respetuoso y positivo entre compañeros de trabajo que hace la vida más llevadera y productiva; pienso en esa mano que nos damos durante la Misa reconociendo en el otro a un hermano, aunque me sea desconocido; pienso en el gesto de comprensión y apoyo hacia el extranjero… Pienso en una paz mundial que necesitamos tanto en tiempos de gran violencia y conflictividad. En todas esta situaciones, Jesús es el primero en decirme: “Hola, paz a ti”.

Es interesante anotar que, saludando, Jesús muestra sus manos y su costado que mantenían las huellas de la tortura que había padecido. Es decir, la paz de Jesús no es una paz “barata”, superficial; es una paz que le está costando mucho, una paz pagada con su propio cuerpo. Nos recuerda que saludar con la paz a nuestra familia, a nuestro entorno laboral, a nuestra comunidad… no siempre es fácil; más bien a veces es difícil. Pero Jesús –y nosotros con él- es un “guerrero” de la paz”, un valiente, que no tiene miedo a sufrir.

  • Alegría: “Los discípulos se alegraron de ver al Señor”.

La llegada de Jesús, con su saludo de paz, produce alegría. Como produce alegría la llegada de un amigo; como hay alegría en una familia o en una comunidad cuando hay aceptación mutua. No se trata de una alegría tonta, que oculta las dificultades, los problemas o hasta los pecados; no es la alegría de quien falsea la realidad o se droga con el vino, la droga, los placeres de cualquier tipo o un orgullo inconsciente e insensato.

Es la alegría de quien se siente respetado y respeta; la alegría de quien se siente valorado y valora; la alegría de quien se sabe amado gratuitamente y ama gratuitamente; la alegría de quien se reconoce como Hijo del Padre. Es la alegría honda de quien ha encontrado un sentido a su vida, una misión a la que entregar sus días y sus años, aunque eso implique lucha y sufrimiento. Es la alegría de quien ha encontrado en Jesús a un amigo fiel, a un maestro fiable, a un Señor que vence el mal con el bien.

  • Perdón: “a quienes perdonen les quedará perdonado”.

 La alegría del discípulo, como decíamos, no es la del inconsciente ni la del “perfecto”, que pretende hacerlo todo bien. Es la alegría de la persona que acepta ser perdonada y sembrar semillas de perdón. Jesús infundió en su Iglesia el Espíritu del perdón, de la misericordia y de la reconciliación. El Papa Francisco ha recuperado para nuestro tiempo este “principio misericordia”. La Iglesia no es el espacio de la Ley o de la condena; la Iglesia de Jesús es el espacio de la misericordia, de la reconciliación, el lugar donde siempre es posible comenzar de nuevo. Sin misericordia, la humanidad se hace “invivible”, “irrespirable”, porque, al final, no somos capaces de vivir de solo ley. Necesitamos la misericordia, la paz, la alegría de la fraternidad.. y eso solo viene realmente como fruto del Espíritu.

  • Misión: “Como el Padre me envió, así les envío yo”.

 La comunidad de discípulos, pacificada, perdonada, convertida en espacio de misericordia, se hace comunidad misionera, enviada al mundo para ser en el mundo precisamente eso: espacio de misericordia, de reconciliación y de paz. ¡Cuánto necesita nuestro mundo este espacio! ¡Cuán necesario es extender por el mundo estas comunidades de discípulos para que humildemente creyentes sean lugares de saludo pacífico, de perdón y de alegría profunda!

P. Antonio Villarino

Bogotá