Según lo acordado en nuestra última reunión en Abor, este 13 de junio, nos reunimos en Dadome, una subestación de Mafi-Kumase. Esta vez, el tema de reflexión fue “la Fe de Comboni”.
Comboni se dice que tiene muchas “fes”. Tiene fe en Dios, en su vocación, en la Iglesia, en su Institución. Pero por encima de todo está su fe en Dios, en la que el resto se basa. Él tuvo una duda en el momento de dejar a sus padres. Pero, confirmado por su director espiritual acerca de la veracidad y claridad de su vocación, fue derecho hacia adelante. En su afán de evangelizar África, se dirigió al Papa Pío IX e incluso corrigió una concepción equivocada sobre los africanos. Su fe en la Iglesia lo empujó para decir: “Todo lo que desagrada a la Iglesia me desagrada a mí“. Él declaró: “He vendido mi voluntad… Soy totalmente obediente a la Iglesia” A pesar de estar tan comprometido con la misión en África, estaba dispuesto a dejarlo si la Iglesia lo ordenaba. Comboni recibió su fuerza de la oración. Él dijo: “Sin la oración, morimos“. Su tiempo de oración también se dedicó a la mortificación. Comboni tiene una comprensión pragmática de la fe, porque pensaba que “la fe es un antídoto contra la esclavitud.”
Después de esta discusión, nos fuimos a pensar en algunas cuestiones. La primera es acerca de nuestra presencia en la Junta Directiva de “En la casa de mi Padre” (IMFH), una institución comboniana que testimonia la Buena Nueva a los más pobres y vulnerables. La segunda es la creación de un Centro de Formación en la misma Institución. Hemos pospuesto cualquier decisión sobre estas dos cuestiones para nuestra próxima reunión el día 11 de julio en Abor.
Justin Nougnui, coordinador.