Este es un artículo sobre mi clase de arte, aunque no exactamente. Esto es una historia sobre amigos que he encontrado aquí en Awassa, una pareja verdaderamente especial, Argow y Rachel, y a través de ellos los maravillosos niños con quien nos hemos encontrado y a los que me uno para realizar proyectos de arte una vez por semana. Ellos son una pareja etíope-americana que se conocieron en una escuela bíblica en Hungría y que sintieron que Dios les llamaba a establecerse en Etiopia como misioneros. Argox procede del Estado Regional de Naciones, Nacionalidades y Pueblos del Sur (SNNPRS según sus siglas en inglés), el área de Etiopia con mayor diversidad étnica con 35 tribus. La capital del SNNPRS es Awassa la ciudad en la que vivimos. Después de aprender algunas costumbres negativas de una tribu, los Hamar, en el extremo suroeste de la región, el se sintió llamado a comprometerse. Los Hamar tienen muchas supersticiones y por su causa sobrevivir el día a día es difícil, cualquier cosa que piensen que pueda ser negativa para la gente no será tolerada. Por esta razón hay muchas maneras en las que una persona puede quedar maldita, y cuando alguien queda maldito es asesinado o expulsado de la tribu. Desafortunadamente la mayoría de ellos son bebés o niños. Las razones por las que son malditos pueden ser muchas, por ejemplo: nacer fuera del matrimonio, ser gemelos, que le salgan los dientes de arriba antes que los de abajo, no asistir a uno de los muchos ritos de iniciación sea cual fuere la razón. Estas prácticas culturales de los Hamar no han sido abiertamente contestadas, ni siquiera por el gobierno, y hay grupos locales de derechos humanos que estiman que el 20% de sus niños son asesinados o abandonados.
Hace 5 años, Argow supo de sus colaboradores Hamar que había en un poblado un grupo de nueve mujeres no casadas que estaban embarazadas, y que por haber sido concebidos fuera del matrimonio, esos niños iban a ser asesinados. Argow quiso intentar salvar a esos bebés así que lleno su coche de biberones, pijamas de bebes, pañales y mantas e hizo el viaje de 15 horas para intentar llegar al poblado poco después que nacieran. Cuando llegó los nueve bebes ya habían sido asesinados, llegó demasiado tarde. El volvió a casa destrozado en un silencioso y vacio coche.
Tras esta experiencia Argow se sintió más profundamente comprometido para trabajar con el pueblo Hamar, y así fue que él y Rachel fundaron el orfanato Hogar Infantil Ebenezer Grace (EG) hace 4 años. Ellos ahora acogen a 36 niños desde recién nacidos hasta los 12 años de edad. Los niños proceden de todo el SNNPRS, no sólo de Hamar. Ellos sienten una particular llamada de ayudar a esos pequeños. La mitad de los niños de mi clase de arte son Hamar malditos por alguna de las razones comentadas antes. Algunos niños fueron rescatados justo antes de su muerte por solidarios de Hamar que se oponen a esas tradiciones. Algunos de sus padres intentaron esconder a sus hijos malditos y salvarlos sin separarse de ellos, pero el modo más razonable de hacerlo era enviarlos al EG. Durante los últimos 4 años, Argow y Rachel han intentado mantener buenas relaciones con los líderes de la tribu Hamar. En un movimiento audaz hace varios meses, ellos llevaron a un grupo de 6 preciosas y “malditas” niñas de vuelta a sus poblados a visitar a sus familias y sus comunidades. Las llevaron para una corta visita pero algunos de los familiares rogaron para que se quedaran durante varios días. Puede ser que encuentros de este tipo ayuden al proceso para que los Hamar se enfrenten a sus tradiciones y con el tiempo las cambien.
Los otros chicos de mi clase han llegado al EG debido a una gran variedad de circunstancias que dejan a los niños huérfanos: padre muertos de SIDA, viudas demasiado pobres para mantenerlos, abandonados al nacer, y condiciones sanitarias que hacen que la vida de las zonas rurales sea difícil. Uno de mis estudiantes está enfermo del corazón y está casi ciego. De otra no tenemos información de su pasado, ella fue encontrada recorriendo las calles de una ciudad cercana, con su pelo y su ropa infectados de piojos. Si le preguntas por su historia, no hay respuesta, ella es sordomuda. Suponen que tendrá unos 12 años. Se la dio un nombre, un cumpleaños, ropa nueva y esperanza en un futuro más brillante. Así son mis estudiantes, cada uno con su propia historia y cada uno especial y maravilloso.
Avanzando hasta hoy vemos que cada niño florece a pesar de las limitaciones del cuidado institucional. Han encontrado amor y amistad con sus “hermanos” del EG y con el personal que les atiende. Argow y Rachel les consideran parte de su propia familia (ellos tienen 5 niños biológicos) y están muy dedicados a su cuidado y les ofrecen todas las oportunidades que pueden. He observado que la línea entre los hijos de Argow y Rachel y los niños del EG es bastante borrosa de un modo bonito. Argow y Rachel están haciendo un compromiso a largo plazo para acompañar a sus niños hasta que sean adultos, un compromiso que sólo puede hacer uno con una profunda fe en la providencia y la fidelidad de Dios. Los niños aprenden a conocer a Jesús y a conocer el amor de Dios por ellos y por cada persona. Está la esperanza de que algunos de los niños Hamar retornen como cristianos adultos a servir a su propio pueblo, siendo ellos mismos ejemplo vivo de la dignidad de cada ser humano.
La primera vez que me encontré con Argow me pregunto que qué podía hacer yo por esos niños, y al siguiente martes estaba ya enseñándoles arte. Todos ellos van a la escuela, incluso a una escuela para sordos. Ellos hacen deporte, ayudan a los más pequeños, desenredan el pelo unos de otros, celebran fiestas de cumpleaños, y se divierten tonteando como cualquier otro niño. Ellos desarrollan sus propios intereses y gustos y se están convirtiendo en buenos jóvenes. Para mi delicia a todos les gusta el arte. Tengo un grupo entusiasta de 12 (8 niñas y 4 niños) de 5 a 12 años. Cuando juntas niños motivados, cartulina amarilla, un poco de pegamento, un botón, un trozo de fieltro, un poco de pintura brillante, y unas pocas ideas… ¡voilá! obtienes una obra maestra.
Cuando miro a mis estudiantes mientras están tranquilos trabajando agradezco que sus vidas se hayan salvado. Estos chicos son tan únicos como los materiales que usamos para crear nuestras obras maestras. Cada uno es una obra maestra de la creación de Dios.