Hola amigos. 🙂 ¡Espero que todos se encuentren bien!
Estoy en Bangui, ciudad de soldados y militares, donde el bien y el mal se mezclan.
La visita a la capital es siempre una aventura, que comienza al salir y termina a la llegada de Mongoumba.
En la confusión por la búsqueda del marche (mercado) más barato, en las visitas al hospital para ver a los niños que vinieron con nosotros – uno para operarse una hernia inguinal, otro por malnutrición -, pude parar un momento parar para reflexionar sobre lo que mis ojos realmente ven… o ¡tal vez no!
Mientras unos hacían las compras, otros, en este caso yo, me quedé en el coche a cuidar (sí, porque si no es así, pueden robar todo lo que compramos).
En el caminar de las personas que pasan, un niño orienta a un anciano hacia la ventana de nuestro coche, él me hace una señal con la mano para darle dinero. ¡No puedo resistirme y le ofrezco un envoltorio de monedas pequeñas que transportamos siempre en el cenicero del coche! Después de un singila (gracias), ellos se alejan… ¡Pasados unos cinco minutos el mismo niño reaparece con otro viejito también este ciego!
En ese momento pienso ¡Si le doy algo, vuelve con otro viejito...! Me cuestiono de qué forma el envoltorio de las monedas en algo que se parece al anuncio de la Buena Nueva que me trajo aquí. Dice el proverbio “¡es más ciego quien ve y no quiere ver!”
En realidad esto me hizo reflexionar en ¡¡la forma que debemos ver, sentir, escuchar, tocar, experimentar y anunciar…!!
(Si tengo otra oportunidad, seguro que no me falta, voy a darles un abrazo y decir que soy del país de Cristiano Ronaldo)…! todos me conocen así! Incluso me llaman “Cristiano”. (LOL) ¡¡Estoy segura de que me ganaré una sonrisa…!!
Besos a todos
PS: Disculpen mi texto, pero escribir correos electrónicos por teléfono móvil es difícil…
Un gran abrazo en Jesús
Les quiero mucho…
Cristina LMC, Portugal
Mongoumba, RCA