Laicos Misioneros Combonianos

Vacíate ante el Señor

Belinda, LMC Kenia, nos comparte sus reflexiones tras los ejercicios espirituales que ha realizado en su camino de preparación a la misión.

Vacíate de todas tus responsabilidades, pensamientos y cargas que puedan perturbarte, crea espacio en ti para concentrarte en las cosas de Dios (lectura de la palabra, oración).

Escucha atentamente al Espíritu Santo (su guía, enseñanza y dirección)

Permite que el Señor tenga el control de todo, entrégate plenamente a Él.

Deja que tu espíritu y tu alma tomen conciencia de que te pones en presencia de Dios de una manera especial.

Permite que el Espíritu Santo te acerque al Padre.

Ábrete a recibir sus gracias, no descubras las cosas por ti mismo, deja que el Espíritu Santo ore a través de ti.

Sé paciente, permanece tranquilo y sabe que Él es Dios y hace las cosas bellas a su tiempo.

Sé obediente a su voluntad para que te conceda sus gracias. Como Cristo fue obediente a la voluntad de nuestro Padre celestial hasta la muerte y fue glorificado.

Deja que el Espíritu Santo te sumerja en el amor de Cristo y te muestre sus misericordias sin límites, Su perdón, Su poder y majestad y Su reino que es por los siglos de los siglos. Salmos 103

El Buen Pastor – Juan 10:1-42

El Señor desea tener una relación íntima con todos sus hijos. Me recordó que Él es el buen pastor, aquellos que forman parte de su rebaño le conocen y pueden distinguir entre su voz y la voz del enemigo (falsas enseñanzas, doctrinas y compromiso).

Cristo es el buen pastor, Él da su vida por nuestra salvación, Él no permitirá que nos descarriemos, sino que lleva a los que están perdidos de vuelta a Dios nuestro Padre.

Él conoce nuestra naturaleza pecaminosa y nos llama al arrepentimiento para ser renovados y devueltos a Su rebaño.

El cielo se regocija cada vez que nos reconciliamos con Cristo a través del arrepentimiento. Lucas 15:1-7

Cristo La Vid Verdadera-Juan 15:1-17

Como misioneros laicos nuestra fuente de vida es Cristo. Él alimenta nuestros espíritus y somos capaces de dar buenos frutos entre aquellos a quienes Él nos envía a servir.

Si nos olvidamos de Aquel que nos envió, lo abandonamos y nos alejamos de Él, no tenemos vida y nunca podremos dar buenos frutos, ningún esfuerzo o recurso que demos a los demás sin Cristo es vacío.

Juan 15:5 “Yo soy la vid, vosotros los sarmientos, el que permanece en mí y yo en él, dará mucho fruto, porque sin mí nada podéis hacer”.

Cristo nos recuerda que los que le aman de verdad son obedientes y guardan sus mandamientos.

Él nos ama entrañablemente, nos instruye para que permanezcamos en Su amor.

Amaos los unos a los otros porque es en el amor donde podemos servir a los demás.

Cristo es el que nos elige, Él nos envía a difundir su amor a su pueblo y en el amor todo lo que pidamos en su nombre se nos dará

Servirnos los unos a los otros -Juan 13 :1-15

Con humildad Cristo siendo el hijo de Dios lavó los pies de sus discípulos, Él nos enseñó que nadie es mayor o menor que el otro, debemos servirnos los unos a los otros.

Filipenses 2:2-3

No hagan nada por orgullo o celos, sean uno en amor, mente y corazón con humildad de Cristo valoren a los demás por encima de ustedes mismos.

Cristo nos ha perdonado, nosotros debemos hacer lo mismo con los demás.

Sé siempre agradecido.

En compañía de Dios no hay miedo.

Como Laicos Misioneros Combonianos estamos llamados a servir al pueblo de Dios, Aquel que nos llamó es el que nos envía y es el que va delante de nosotros y es el que va con nosotros, cuando fijamos nuestros ojos en él, no perdemos el rumbo.

Colosenses 3:11 Cristo es todo y en todo

Por su persecución, muerte y resurrección.

En Él tenemos fuerza para afrontar la muerte, las tentaciones, la persecución y todos los sinsabores que la vida en la misión pueda ofrecernos porque Él siempre estará con nosotros.

Isaías 43:1

No temas porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre, tú eres mío.

Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo.

En los ríos no serás arrastrado.

Cuando pases por el fuego, no te quemarás las llamas no te consumirán.

TOMA SEÑOR

Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad. Todo lo que tengo y llamo mío, Tú me lo has dado todo. A ti, Señor, te lo devuelvo. Todo es tuyo; haz con ello lo que quieras. Dame sólo tu amor y tu gracia, que me bastan. Amén

Belinda Awino, LMC Kenia

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