Este pasado fin de semana tuvimos el tercer y último seminario web sobre ministerialidad de la familia comboniana.
Durante los dos primeros estuvimos recibiendo como participantes numerosas propuestas y retos. También nos fue presentado el gran trabajo de recogida de información sobre todos los proyectos que como Familia comboniana se realizan por el mundo en los diferentes países y continentes.
Es mucha la riqueza del servicio que se lleva adelante.
En este último encuentro tuvimos bastante tiempo para conversar.
El viernes, además de recoger el camino recorrido, pudimos compartir en pequeños grupos el trabajo concreto que cada uno desarrolla y profundizar sobre él. Fue un momento muy bonito para conocer de primera mano el servicio directo de los participantes del grupo y la importancia del mismo. Es cierto que es solo un botón de muestra de todo lo que se hace como familia comboniana pero conseguimos descubrir la pasión con la que se realiza y la interrelación entre un servicio y otro.
El sábado continuamos en esta línea analizando el impacto que estos servicios están teniendo en las diferentes comunidades e incluso intentamos ampliar la visión sobre nuestro trabajo, la necesidad el trabajo en red con el resto de la familia comboniana así con otros grupos dentro y fuera dela iglesia y ser consciente de cómo los aspectos macro estructurales influencian a las comunidades concretas y hace cada vez más necesario este trabajo en red.
Terminamos compartiendo ideas de cómo continuar la colaboración como familia comboniana como ha sido durante estos encuentros.
Agradecemos a la comisión sobre la ministerialidad de la familia comboniana que ha hecho posible estos encuentros y al gran trabajo de sistematización de todo lo compartido en estos años que nos ofrece mucho material de análisis para mejorar nuestro servicio misionero.
La idea de seguir colaborando por sectores se repitió mucho, de manera que aquellos que compartimos el mismo tipo de servicios podamos colabora e intercambiar experiencias.
Por otro lado, hablamos de la importancia de poder encontrarnos regularmente como familia. Del encuentro nace el conocimiento mutuo y pueden ir surgiendo nuevas ideas de colaboración. Quizás el poder tener un encuentro anual en cada país sea una idea a plantearnos. Un lugar donde conocernos en mayor profundidad, compartir los servicios que vamos realizando y dar respuesta como familia a los desafíos de la misión desde el lugar donde nos encontramos. A partir de ahí surgirán iniciativas que también pueden ser llevadas a cabo tanto a nivel continental como internacional.
Que el carisma de Comboni nos inspire en esta colaboración para un mejor servicio misionero
Alberto de la Portilla. Comité Central LMC