Laicos Misioneros Combonianos

María Augusta nos escribe desde Mongoumba (República Centroafricana)

Maria Augusta LMCEstimados LMC, amigos, familia…
Anna y yo estamos bien, gracias a Dios. Los padres andan con alguna malaria que otra, esperemos que con el tratamiento médico se repongan pronto.
El P Jesús ha estado en España, los primeros quince días acompañando al cardenal y el imán de Bangui que estaban recibiendo el premio a la Fraternidad ofrecido por la revista Comboniana “Mundo Negro” y también aprovecha para hacer animación misionera y sensibilizar sobre la realidad que estamos viviendo aquí. También ha pasado un tiempo con su familia.
La pequeña Merveille regresó el día 13 de este mes después de dos meses de hospitalización. Me impresionó porque regresó de nuevo al peso que tenía con cuatro meses 3,5 kg y ya pesaba casi 5… ¡Sufrió mucho! También le encontraron tuberculosis y la están tratando. Espero que recupere rápidamente el peso perdido. Que el Señor haga lo que es mejor para ella.
La estancia de la LMC Irene fue muy buena, ella quiere regresar a compartir su vida con este pueblo por más tiempo. Aprendí muchas cosas prácticas con ella en temas de salud, con medicamentos y productos de la naturaleza. Me gustó estar con ella, creo que es un verdadera comboniana. El 2 de enero, cuando tenía que regresar la barcaza se rompió en medio del río y se fue río abajo con cuatro coches, parando a dos kilómetros. Sólo después de tres días volvió a su lugar y pudimos recuperar el coche. Irene tenía el avión el día 3 así que tuvo que venir por ella un padre de Mbaiki; consiguió pasar el río en canoa. Esa noche durmió en Mbaiki y muy temprano en mimo día 3 partió para Bangui, consiguiendo así viajar a Kinshasa. ¡Fue una gran aventura!
Del 23 de enero al 15 de febrero estuvieron con nosotros el padre y la hermana de Anna, que vinieron a visitarla. La comunicación era difícil porque sólo hablan polaco. Mediante gestos y con la traducción de Anna nos hicimos entender. Qué bueno sería que hubiese una lengua que todo el mundo hablase…
En el mes de enero hemos enviado a Mbaiki a 5 jóvenes de la parroquia para tener formación y luego enseñar a los niños de 3-5 años (pre-primaria). Si va bien, abriremos tres clases en tres aldeas.
Ayer traje de Mbaiki 3 parejas, responsables de las capillas, con sus 8 hijos más pequeños, lo dejan todo… ¡El Señor les recompensará!
Estamos ayudando a una mujer pigmea que tiene cáncer de mama. La llevamos a Bangui, permaneció en el hospital durante dos meses, le hicieron muchas pruebas y finalmente la trajeron a Mongoumba peor de lo que fue. Todos los días viene a comer con los estudiantes pigmeos que vienen a la escuela. También aprovechamos para curarle el pecho. Le damos un té que ella dice que le está ayudando. Sólo un milagro puede salvarla, recen por ella, por favor. ¡Que María interceda por ella, junto con su hijo Jesús!
Durante dos meses no he salido de Mongoumba. Viajar me cansa mucho porque las carreteras están en muy mal estado, llenas de baches.
Les deseo a todos los laicos y la familia una buena Cuaresma y una santa conversión.

Maria Augusta LMC
Siempre unidos en la oración.
Un abrazo Misionero.
María Augusta. LMC en Mongoumba.

¡Con Espíritu Navideño celebramos juntos otro fin de semana grande como LMC de Portugal!

LMC PortugalLos días 9, 10 y 11 de diciembre se llevó a cabo en Santarém, otra reunión de los Laicos Misioneros Combonianos de Portugal.

¡Con Espíritu Navideño celebramos juntos otro fin de semana grande como LMC de Portugal!

Cada encuentro comienza con una bienvenida, cálidos abrazos, con las risas y carcajadas propias de quien se reencuentra con alegría y espera ponerse al día conversando con cada miembro de esta “familia” que está creciendo en número, en el compartir y amistad.

El sábado por la mañana, después de la oración y el desayuno, comenzamos con la exposición de Rufina García sobre el tema de discusión “Los refugiados en el mundo y en Portugal”. Después de presentarnos esta realidad tan actual, nos compartió su trabajo en la Caritas de Portalegre, a modo de testimonio, de lo mucho que hay que hacer por los refugiados que huyen de una guerra, sin nada, con la esperanza de sobrevivir y encontrar paz. Siguiendo el carisma de San Daniel Comboni, y recordando el desafío que queda del encuentro europeo de los LMC, hay que estar atentos a esta crisis y actuar en consecuencia.

LMC PortugalA continuación, se nos pidió ponernos en el lugar de un refugiado de uno de los diversos continentes, y construir un árbol de Navidad con nuestros deseos/sueños. Sólo aprendiendo a ponernos en el lugar del “otro” podemos empezar a sentir un poco de su dolor y despertarnos al problema de los refugiados.

A continuación recibimos el testimonio de un par de refugiados paquistaníes, Nadia y Milam. Nos contaron algunas de las muchas dificultades que atravesaron y atraviesan. Nadia llegó hace cerca de un año, gracias al esfuerzo y compromiso de Cáritas, pero no habla portugués, ya que no ha sido posible hacer uso del derecho a la enseñanza de idiomas. Milam, en este momento en paro y conductor de profesión, llegó a Portugal hace cuatro años, después de seis largos meses de viaje. Su mayor deseo es adquirir el carnet de conducir en Portugal para poder obtener un trabajo.

El sábado por la tarde tuvimos diversas actividades sensibilizándonos de las diferencias de poder económico entre los diferentes continentes. ¡Estas desigualdades son abismales! Por último, fuimos invitados a ir al encuentro del “amor” con un período de tiempo para la reflexión y la oración individual.

LMC PortugalPor la noche tuvimos un rato de convivencia en unión con otros laicos no presentes, como Marisa, con la que hablamos largamente a través de Skype. Con espíritu Navideño hicimos el intercambio de pequeños regalos y buenos deseos.

El domingo se nos unieron varios familiares y amigos para la celebración de la Eucaristía. Después pudimos escuchar el testimonio de la LMC Elia, recientemente llegada de la República Centroafricana, donde estuvo cinco años de misión.

LMC PortugalEl tema fue: “Navidad en la Misión”. El compartir de Elia, con su sencillez y autenticidad, fue maravillosa y enriquecedora, sobre todo para nosotros los candidatos que no hemos tenido experiencias de misión. Otros laicos se unieron para compartir otras experiencias breves de sus Navidades vividas en la misión, en la pobreza, pero con el verdadero significado de la Navidad, sin el materialismo, el consumismo o las distracciones de los que en los países occidentales es imposible escapar. Era visible en cada uno de nosotros, un gran deseo de continuar haciendo este camino de formación y de compartir. A ejemplo de María, madre de Jesús, coloquemos toda nuestra confianza en el Señor.
¡Os deseamos continuación de un buen Adviento a todos! ¡Acojamos a Jesús que vendrá, quién sabe, en la persona de un refugiado!

Por: Gloria Rocha

De paso por Bangui

Ania LMCLlegamos a Bangui para buscar a Irene, LMC procedente de Kinshasa, ella es del grupo de Congo, y estará aproximadamente un mes con nosotros. ¡Es muy simpática! Dios permita que podamos para darle un buen testimonio misionero y que sea, para ella, una experiencia inolvidable también.
Hemos traído con nosotras una de las huérfanas que ayudamos con la leche materna, la pequeña Mervelle, que nació con 1,850 Kg. Ahora tiene cinco meses. Estaba creciendo normalmente, pesando ya cerca de cinco kilos. El día 2 apareció con 900g menos, la abuela dijo que tenía diarrea. La enviamos a la UNT y fue hospitalizada Estaba desnutrida, tenía fiebre todos los días… El director del hospital, junto con otro técnico médico, Tenda, la observaron y pensaron que podía ser meningitis. Este miércoles decidieron transferirla a Bangui.
El viernes, llegamos a Emergency, una ONG italiana que trabaja en Bangui en el área pediátrica del hospital, llegamos hacia el mediodía y nos fuimos a las cuatro. Con pruebas de un lado para otro, con radiografía en los pulmones, y finalmente Maravilla se quedó hospitalizada en cuidados intensivos por neumonía, síntomas de meningitis, anemia y malaria. Inmediatamente comenzaron a darle oxígeno. Con gran dificultad pudieron obtener la sangre para el análisis… Que el Señor le ayude a recuperarse rápidamente, si esa es su voluntad! Que Él la guarde. ¡Gracias a Dios, hoy, domingo, estaba un poco mejor, según el enfermero!
El 8 de diciembre tuvimos la clausura del Año de la Misericordia, con la participación de personas de todas partes de la parroquia. Fue una Eucaristía larga, tres horas, pero todo el mundo estaba contento. A las seis de la mañana rezamos el rosario juntos, acompañado de muchas canciones, con la imagen de María en procesión por todas las comunidades Mongoumba. ¡Los rostros de la gente brillaban de alegría y devoción a la Madre del Cielo!
El Jubileo de las familias resultó muy bueno. Hubo catequesis para padres e hijos. Fue bueno ver en la Eucaristía a los padres junto con todos los niños (normalmente están todos separados). Después de la misa cada matrimonio fue a buscar a una pareja que no ha recibido el sacramento del matrimonio, quedando con la responsabilidad de catequizarlos, de manera que pronto ellos también reciben el Sacramento.
¡También queremos compartir con todos que tenemos nuevo coche! Gracias a la generosidad de los Combonianos de seis provincias, que compartieron con nosotros lo que les ofrecen a ellos sus bienhechores. Agradecemos a Dios por haberles dado la virtud de ayudarnos, de ser solidarios, de amar.
No se olviden de rezar por nosotras. Nosotras rezaremos por todos ustedes también.
LES DESEAMOS A TODOS UNA SANTA NAVIDAD Y UN BUEN 2017 PLENO DE PAZ, ALEGRIA Y MUCHO AMOR.
Besos de las LMC Anna y Maria Augusta (Mongoumba, RCA)

“La grandeza de la misión no está en lo que hacemos sino en Aquel que nos envía”

LMC Portugal“La grandeza de la misión no está en lo que hacemos sino en Aquel que nos envía”
 Padre Ivo, Misionero Comboniano

En Viseu, en los días del 18 al 20 de noviembre, se llevó a cabo el tercer encuentro de formación, que tuvo como tema “La misión hoy: ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Para qué? La Iglesia en acción”. La LMC, Susana Vilas Boas fue la encargada de la formación de este fin de semana.

Susana comenzó la primera parte de la formación interpelándonos con esta frase del Padre Ivo, que después sirvió de lema para todo el encuentro. Frase que nos transmite que somos enviados por el Padre, que está siempre con nosotros y que es Él en quien ponemos toda nuestra confianza.
LMC PortugalA mí, particularmente, me dio la certeza de que no estoy caminando sola, que Él me ayuda y siempre estará conmigo no importa el camino que siga.

La vocación de LMC, como cualquier otra vocación cristiana, no se limita a un “yo”, sino que implica un “nosotros”, y es muy bonito descubrirlo y sentirlo.

El encuentro se dividió en dos grandes subtemas: los Hechos de los Apóstoles y el Directorio de los LMC.

Me gustó mucho el acercamiento al libro de los Hechos. Vimos, con Susana, toda la estructura del libro, algunos de los acontecimientos más importantes, aspectos históricos y luego en un pequeño grupo de trabajo pudimos profundizar en algunos de los eventos descritos por Lucas.

El sábado por la tarde después de compartir el trabajo de los grupos, empezamos el segundo tema, un buen momento para aclarar algunas dudas y algunos aspectos cruciales en el camino de formación como LMC.

Ya en la noche, lo pasamos bien juntos, con un juego de mímica sobre los Hechos de los Apóstoles, con momentos de convivencia, conversaciones,… y bromas.

El domingo por la mañana, fue fantástico poder escuchar a Marcia Costa, que nos contó cómo y cuándo se unió a los LMC, la reacción de su familia cuando decidió irse a la República Centroafricana, lo que vivió y lo que encontró, fue bueno también escuchar a Susana y aprender un poco más de cerca la realidad de que enfrentaron, los desafíos. Un hermoso testimonio también del matrimonio Ana y Arthur Valente, que después de la jubilación dedicaron sus vidas al servicio en la misión.

Muy bueno… Magnífico darse cuenta de que no existe una edad específica, estamos todo a tiempo de hacer el bien, de hacer diferencia.

LMC Portugal

Por Sofia Coelho

“¡La misión no se hace sin amor!”

LMC PortugalElia María Cabrita Gomes nació el 29 de enero de 1955 y es natural de Paderne (Albufeira). Es enfermera, ya jubilada. En 2006 tuvo su primer contacto con el continente africano en un proyecto de siete meses con la Asistencia Médica Internacional (AMI) en la República Democrática del Congo. En 2011 se fue con los Laicos Misioneros Combonianos (LMC) durante dos años a la República Centroafricana. Terminó quedándose cinco años en esta misión.
Cuando sólo tenía 16 años de edad se presentó la oportunidad de hacer una experiencia de dos meses en Angola que ella considerada como “el click para cumplir un sueño.” Por desgracia, su padre no estaba de acuerdo y no salió. Mientras está estudiando enfermería seguía pensando en salir, pero en 1976 al terminar su formación comienza a trabajar en el Hospital de Faro, donde permaneció hasta la fecha de su retiro, se casó y tiene una hija. En 2006, finalmente, tiene su primera experiencia cuando parte por siete meses para la República Democrática del Congo con la AMI. “Fue una experiencia de sólo siete meses que me sirvió de estímulo y aumentó mi deseo de volver a África, de salir de mis comodidades e ir al encuentro de otros pueblos”, compartir.

Empezó como voluntaria en el Hogar de la Parroquia de Paderne, su parroquia natal, y descubrió los LMC por la revista Além-mar que encuentró en sus primeros días de trabajo. “Hice la formación con los LMC (2008 – 2010), conocí a Comboni, su lema” Salvar África con África” tenía todo el sentido para mí, así como salir, salir a los más pobres y abandonados, contribuir a la mejora de la calidad de la vida y el desarrollo humano”, nos dice.

¡Fue por dos años y permaneció cinco!
En febrero de 2011 llegó a Bangui (capital de la República Centroafricana – RCA, a Mongoumba, por un período de dos años, “sin expectativas, preparada para a aceptar y dar lo que la misión me pidiese”. Terminó quedándose cinco años “con experiencias de vida muy intensas. Los primeros momentos fueron de aprendizaje: ver y oír, aprender a estar, aceptar y respetar, en fin, dar los primeros pasos en una cultura y costumbres tan diferentes de los nuestros “, nos dice. Acerca de su destino en Mongoumba nos comenta que es la sede de uno de los diez municipios del distrito Mbaiki: “es un pueblo de unos 8.000 habitantes, situada a 190 km de Bangui, en plena selva ecuatorial, haciendo frontera con la República Democrática del Congo y Congo Brazzaville. El municipio de Mongoumba tiene una población de 25.000 personas de diferentes grupos étnicos contando entre ellos los pigmeos Aka. Los pigmeos son discriminados por el resto de la población que los utilizan como mano de obra barata, son los más desfavorecidos de la sociedad, que viven en diferentes campamentos dispersos en la selva, casi todos viven en casas de hoja, son pocos los que hacen casas de barro y ladrillo, se alimentan de lo que recogen en la selva. Sus bienes se reducen a lo que pueden llevar cuando cambian de campamento y se adentran en la selva, para las temporadas de pesca, recolección de miel, orugas… productos que venden o cambian por sal, telas para cubrirse y pequeños adornos. Rara vez tienen dinero y lo poco que tienen no es suficiente para pagar la atención médica.

La prioridad de la misión de Mongoumba es la evangelización de los pigmeos y la mayor parte de nuestras actividades están dirigidas a la mejora de las condiciones de vida de las personas y su integración social. En una pastoral de proximidad y trabajando en la sensibilización y promoción de la salud me permitió visitar muchos campamentos, visitar a los enfermos, desparasitar niños y en los dos primeros años, con la colaboración del ejército francés, hicimos varias campañas de tratamiento del pian (enfermedad contagiosas e incapacitante). Hice muchos kilómetros a pie en la selva… En una dura realidad que no se puede cambiar, sólo retocar con un poco de creatividad y esperar que las semillas sembradas den frutos. Después de varios años de trabajo, donde la Misión sirvió como puente entre el pueblo y el centro de salud pública, el resultado empieza a ser visible y gratificante, los pigmeos siguen siendo los últimos en ser atendidos en las consultas, pero son atendidos y cuando necesitan ser hospitalizados lo hacen en la misma sala que el resto de la población. Durante cinco años, una de mis actividades vigilar a los pigmeos hospitalizados, para que no sean olvidados, ¡porque es muy fácil olvidar el tratamiento o dar la inyección a los que no tiene voz! Ayudándome en este trabajo siempre conté con la valiosa colaboración de los dos trabajadores de la salud que trabajan en el centro de rehabilitación física de la Misión. Gran parte de nuestro trabajo es despertar conciencias porque todo el mundo es persona en Sango “Zo Zo kwe” y como tales deben ser tratados y respetados”.

Nos dice que después del golpe de estado en de marzo de 2013 “el país se sumergió en el caos viviendo bajo el imperio de las armas durante tres años. La pobreza y el sufrimiento de la población alcanzaron niveles nunca antes imaginables. A pesar de las muchas organizaciones no gubernamentales en el campo, la misión católica es casi la única institución que sigue, de manera constante, trabajando para defender y promover la dignidad de este pueblo tan sufrido, desarrollando actividades en las áreas de educación, salud, promoción humana, pastoral, justicia y paz… En los últimos dos años, mi gran dedicación fue la detección y el tratamiento de los niños desnutridos, la sensibilización y educación de los padres sobre la higiene y la nutrición. Un trabajo agotador tanto física como psicológicamente, pero con la recompensa de cada niño que se recuperó y volvió a sonreír. Tuve la posibilidad de trabajar con un buen equipo, gente de la localidad, disponible e interesada”.

Partir sin ninguna expectativa, regresar llena de sueños
Finaliza diciendo que a pesar de haber llegado en 2011 sin expectativas, vuelve en 2016 con el sueño de algún día regresar a la misión en RCA y encontrar “casas que no sean arrasadas por la lluvia, con techos que no sean llevados por el viento; niños sanos y bien alimentados que tienen libros y van a la escuela; carreteras sin agujeros (incluso los caminos de tierra) y medios de transporte que aproximen las aldeas, pueblos y ciudades; pigmeos que conocen sus deberes y son capaces de luchar por sus derechos; una nueva legislación en que las “brujas” no van al tribunal, sino las que las denuncian y atacan; centros de salud y hospitales que trabajen con médicos y enfermeras con formación, donde se hacen operaciones, análisis y pruebas, donde hay nombre y la causa de la enfermedad, dejando de existir enfermedades místicas; sueño que voy a encontrar un país donde los pilares de la educación, los maestros, van a la escuela y tienen más que el sexto o noveno grado; y, porque “Dios ama a su pueblo”, tengo fe en que el odio que todavía existe conducirá a una paz duradera en un clima de amor y tolerancia. Es un sueño y una esperanza de que la riqueza del país no sólo va a parar a los bolsillos de algunos, sino que sirvan para mejorar la calidad de vida para todos.

¡La misión no se hace sin amor! Me gusta el país y me gusta la gente, un pueblo que sufre, pero continúa riendo, canta y baila. ¡Es mi pueblo! Los más pequeños son los que guardo con más cariño en mi corazón, recordar a los niños, sus sonrisas puras y sinceras serán calor en las noches frías de invierno”.
Texto de Catherine Anthony, FEC – Fundación Fe y Cooperación