Tres meses ha durado nuestra experiencia en Londres, dentro de este proceso de formación intensiva antes de salir a misión, donde hemos trabajado para mejorar nuestro nivel de inglés, y donde hemos podido conocernos mejor entre nosotras y caminar como Comunidad.
Era la última etapa antes de viajar a África, Gulu (Uganda) y ha sido un tiempo vivido intensamente, para confirmar nuestra vocación y para afianzarnos en este camino. Desde que aterrizamos en marzo, Monika, Ewa, Asia y yo hemos compartido alegrías, cumpleaños, paseos por la “city”, visitas culturales, oraciones, momentos de duda, algunos momentos de tristeza, pero muchos de conversación y de risas.
También hemos compartido nuestra ilusión, nuestra experiencia de Dios y nuestro deseo de vivir en este mundo con un corazón atento y generoso. Nos hemos empezado a descubrir las unas a las otras rezando juntas, escuchándonos, preguntándonos, observándonos y todas tenemos ganas de seguir haciéndolo en tierras africanas.
Nos hemos sentido acogidas y cuidadas por la Comunidad de Padres Combonianos que nos han ayudado con el idioma y a manejarnos por esta increíble ciudad, haciendo que estos meses hayan pasado rápido y sin ninguna dificultad.
Entre las clases de inglés, nuestras reuniones y otras actividades con gente de la escuela nos hemos dado cuenta de que era el momento de empezar a despedirnos.
Acaba la formación específica, pero sabemos que la formación continuará siempre allá donde estemos… aprender cada día y dejar transformarnos por Dios despacito. Seguir abriéndonos al Evangelio y a la acción evangelizadora de los demás.
Con una sonrisa en los labios dejamos este país, otra experiencia en el corazón, y con la maleta en las manos ya estamos preparadas para el próximo destino…
Carmen Aranda