Laicos Misioneros Combonianos

Visitantes desde Roma

LMC Guatemala

LMC GuatemalaUn saludo fraterno desde Guatemala!

Los Laicos Misioneros Combonianos, Provincia de Centro América, de Guatemala, nos sentimos felices por los pasos hacia adelante que Jesús nos ha iluminado para dar y crecer en el amor y el servicio misionero al estilo Comboniano.

A principios del mes de enero, los MCCJ de la Provincia de Centro América, tuvieron su asamblea anual.  Este año, fue especial, ya que contaron con la presencia del Superior General, padre Tesfaye Tadesse, y del padre Alcides Costa, Asistente General.

Dentro de su agenda, incluyeron un momento con nosotros, los Laicos Misioneros Combonianos Provincia de Centro América, (LMC-PCA).

El miércoles 9 de enero, para ser más exactos, acudimos a la invitación  que el padre Victor Hugo Castillo, Superior Provincial, y el Hno. Humberto Rua, asesor nuestro, (quienes también estuvieron presentes en la reunión), nos hicieron días antes.

Asistimos nueve miembros LMC, tuvimos la oportunidad de platicar con ellos, contarles un poco del camino que hemos recorrido en los últimos cuatro años, en cuanto a formación, experiencias de misión, experiencias de animación misionera, así mismo los proyectos a futuro.  Ellos escucharon atentamente, dieron espacio suficiente para que quien quisiera expresar algo lo hiciera.  Al final, padre Tesfaye, dijo que agradecía la respuesta que dimos a Jesús, así como la disposición para anunciar el Reino al estilo de Daniel Comboni.  Nos animó a seguir adelante y dijo que contamos con su apoyo.

Nosotros, LMC-PCA, agradecemos a los MCCJ del consejo provincial de Centro América,  quienes nos han apoyado estos cuatro años, en todo sentido.  En nuestra formación, en la asesoría, en incluirnos en la programación sexenal, realizada hace dos años, y en su disponibilidad para ayudarnos en cualquier momento.

Gracias al padre Tesfaye, y al padre Alcides, por el tiempo que dedicaron para escucharnos.  Nos sentimos motivados para continuar en esta locura de amor por Cristo, en esta pasión por la misión.

Lily Portillo, Guatemala

LMC Guatemala

..Santos y capaces haciendo causa común con los más pobres y necesitados.

San Daniel Comboni

Feliz año nuevo desde Brasil

LMC Brasil

LMC BrasilEstamos aquí ya hace 1 mes y medio para la Gloria de Dios. Nuestro agradecimiento hacia TODOS los que conocemos y por consiguiente a quienes forman parte de nuestra vida y parte de este proyecto-vida a quienes continuamente ponemos siempre en las manos de nuestro Señor.

Gracias a Dios nos hemos ido adaptando en la comunidad brasileña, especialmente en Ipê Amarelo. Ante todo creo que lo que nunca deja de sorprendernos es que Dios ya estaba aquí, es decir, la iniciativa siempre es de Dios y ninguna persona nunca está fuera de Dios, como una vez más en nuestra vidas lo podemos constatar estando hoy aquí, tan lejos de nuestro lugar terrenal donde nacimos y hemos vivido, pero donde también está el otro: mi hermano, nuestro hermano.

En este tiempo hemos celebrado con mucha alegría los 60 años de vida de Lourdes Viera. Una LMC incansable cofundadora de los LMC en Brasil hace ya más de 20 años.

Para nosotros como familia es una gran bendición tenerla, ella es nuestra Vovó, es especial para nuestros hijos. Nos ha ido introduciendo con mucha energía pero también con toda la caridad del mundo en esta comunidad y en la vida misionera en general.

También celebramos la Navidad (Natal en portugués) con mucha alegría y entusiasmo pues es nuestra primera navidad fuera de casa y lejos de nuestras familias. Nuestros hijos gracias a Dios la pasaron con mucha naturalidad y alegría. Como don de Dios, el hecho que estemos juntos ha sido nuestra mayor fortaleza.

Gracias a Dios, la familia de Laicos Misioneros Combonianos de Alejo y Tere de Ramirez, que ha sido de mucha inspiración para nosotros desde hace muchos años, decidieron pasar la Navidad aquí en casa. Es cierto que no los conocíamos hasta ahora, pues lo único que sabíamos de ellos era una foto que vimos hace 4 años. Ellos también tienen más de 20 años de ser parte de esta gran familia de LMC y si bien es cierto que no han podido salir de su tierra, han hecho esa salida que Dios nos pide hacer todos los días; Salir de ellos mismos hacia los demás y para ellos entre sí como familia, como muchísimos otros no han podido (o querido). Son un hermoso matrimonio con 3 hijas, que han trabajado en la formación espiritual de muchos LMC y que son ejemplo a seguir como familia cristiana.

LMC Brasil

Gracias a Dios se llegó el año nuevo, en donde tuvimos la oportunidad, que en lo personal nos gusta mucho, y es la de pasar en casa solos como familia. Tuvimos nuestro tiempo para platicar acerca de todas las bendiciones recibidas por nuestro buen Padre Dios en todo este año que cerramos. Y el momento más esperado; el de podernos bendecir entre todos, cada uno de nosotros entre sí para seguir reconociéndonos mutuamente como la familia con la que Dios nos ha bendecido y nos seguirá bendiciendo. Y se preguntarán ?Los niños estarán conscientes de lo que sucede y lo que están haciendo? Como muchas cosas en la vida, no lo sabemos a ciencia exacta, sin embargo, estamos juntos, y desde Lucia, la más pequeña, hasta Esteban, el más consciente, cada uno de ellos es valioso, importante, digno, querido, amado y así se sienten, así nos sentimos con ellos: Nuestro hermoso tesoro!

Ya lo decía nuestro párroco (aquí en Brasil) el Padre Agustinho el último domingo del año, en que nuestra buena Madre y Maestra la Iglesia, celebra la Sagrada Familia: “la familia es el mejor hospital, el mejor terapeuta, la mejor escuela, el lugar donde se vive el amor, el lugar que todos tenemos”.

Les deseamos a todos un Bendecido Inicio de Año del hombre y una bendecida vida, nos depositamos en las manos de Dios y en sus oraciones. Nos despedimos con la bendición que nuestro Padre a través de la Iglesia nos regala año con año para iniciar siempre de nuevo: ¡Yahvé te bendiga y te guarde! ¡Yahvé haga resplandecer su rostro sobre ti y te mire con buenos ojos! ¡Yahvé vuelva hacia ti su rostro y te dé la paz! (Num. 6, 24-26)

Familia Camey, LMC en Brasil.

Nuestra llegada a Brasil

Familia LMC a Brasil

Familia LMC a Brasil¡Nuestro corazón hinchado de amor, se llena hasta desbordar de felicidad!

El jueves 22 salimos de Guatemala, muy entusiasmados, con mucha alegría y esperanza,  Nos despedimos con nostalgia de nuestra familia y amigos y emprendimos el viaje tan esperado de venida a Brasil, un tanto cansado por el largo trayecto, pero los niños felices de subirse al avión.  También con sentimientos encontrados más con una dicha de poder venir.

Al llegar nos recibió Lourdes, con mucha alegría y nosotros nos sentimos muy felices de verla, asombrados por el panorama e inquietos por llegar a casa. Subimos a un bus y luego los MCCJ nos recogieron en la central de buses para traernos a casa, toda una odisea, ¡3 vehículos para tantos! Al llegar nos sentimos como en casa.  Yo meditaba que pudo haber sido mucho lo que dejamos en Guatemala, pero aquí estábamos recibiendo el doble de todo.  Sencillamente el Señor no se queda con nada.

Descansamos unos días del viaje y nos preparamos para la misa del domingo, Hermosa celebración que llenó nuestros corazones de un gozo que no se puede describir, ese día, día de Cristo Rey del Universo, nos recordó nuestras pequeñas experiencias de misión en San Luis Peten, donde el Señor nos conquistó de una manera profunda y donde logramos descubrir nuestro deseo de ser Laicos Misioneros Combonianos, ya que las veces que fuimos, culminábamos nuestro tiempo de misión con el domingo de Cristo Rey; ¡qué alegría saber que El Señor todo lo piensa para conquistar los corazones!  Es ahí en la intimidad donde nace el fuego del amor y hace brotar una fuerza que no se puede callar, es el purísimo amor que penetra hasta los huesos y te hace salir de donde estás.  En esa hermosa eucaristía nos recibieron muy bien, los niños hicieron un baile que representaba a Brasil, nos sentimos bienvenidos por toda la comunidad en donde la providencia y generosidad de las personas no se quedaron atrás.

Al terminar la eucaristía regresamos a la casa para el almuerzo, Lourdes tenía un banquete preparado, compartimos con Alejo, Tere y su familia con quienes compartimos muchos anhelos y deseos de ser misioneros desde nuestra realidad, ser familia. También compartimos con Neuza una vecina del barrio, reímos y nos empezamos a conocer, ¡que cercana se siente la gente! Es muy impresionante la apertura de los brasileños y más en este pequeño rincón de Brasil.

Ya estamos aquí desde hace una semana y la verdad la hemos sentido muy corta, entre largos viajes para cambiar el dinero, conocer el barrio y hacer compras de casi 3 horas, ha sido toda una experiencia. Mucha gente se acerca a hablarnos porque los niños llaman mucho la atención y también nuestro pobre portugués, que va mejorando con los días. Lourdes ha sido nuestra fuerza y alegría, nos lleva de aquí a allá, enseñándonos, explicándonos y mostrándonos todo, resolviendo nuestras dudas y amando a nuestros hijos ¡ya es oficialmente la abuela brasileña: Vovó! Sin realmente conocerla nos ha abierto las puertas de su casa y de su corazón, es reconfortante saber que los LMC somos todos uno, uno en Cristo, uno en el amor.

Familia LMC a BrasilCon muchas ansias tuvimos nuestra primera formación con Alejo, ¡dichosos los ojos y oídos que escuchan la palabra del Señor!, fue un oasis en medio del barullo, una pausa que reconfortó el alma, cantamos cantos misioneros- ¡y como vibra el alma cuando cantas el llamado que Dios te ha hecho! – y escudriñamos la palabra, Gen 12,1-4 Sal de tu tierra, deja a tu padre, a tu madre, a tu familia, tu país y anda a la tierra que yo te mostraré…  yo haré de ti una fuente de bendición… Otra vez el Señor se hace presente en lo pequeño, en lo grande, en lo sencillo, en lo personal. Esta lectura- que fue el tema principal de un retiro impartido por el MCCJ P. Victor Hugo Castillo- nos recordó el instante que definió nuestro discernimiento hace casi 3 años, cuando decidimos dejar todo y ser LMC, ese momento en que nos dispusimos como familia a la misión y hoy, en este día que iniciamos, el Señor nos vuelve a decir: “te conozco, te amo y estas aquí porque es mi voluntad”

¡Cuán grande es el amor de Dios! No tenemos medida, nuestra mente es tan pequeña que solo podemos dejarnos amar.

Hoy tenemos el corazón hinchado de amor y queremos compartir con todos esos detalles que Él ha tenido con nosotros.  No se puede negar a Dios y ¿cómo podemos ser tan ciegos ante sus expresiones dulces de amor?, solo viviéndolo se puede conocer y solo entregándose se puede sentir.

Nuestra esperanza esta puesta en Él, y porque nos sentimos muy amados estamos aquí. Esperamos que nuestra vida pueda ser ánimo y esperanza para la desolación, purificación para nuestras almas y luz para tantos que no conocen el verdadero amor.

Oren por nosotros, para que seamos instrumentos útiles de Dios.

Saludos desde Ipê Amarelo, Brasil

Ana Cris de Camey

Llegada de la familia LMC de Guatemala al Brasil

LMC Brasil

LMC BrasilOsados por la fe y por la misión

Con mucha alegría la comunidad Nuestra Señora Aparecida, en el pueblo de Ipê Amarelo, en Contagem, Estado de Minas Gerais, recibe a la familia que atravesó kilómetros y kilómetros para llegar a Brasil y juntos con el pueblo brasileño proclamar el evangelio y dar testimonio de que Jesucristo vive y reina.
La curiosidad es muy grande, quedaron admirados tanto por el coraje de quien los recibe y sobre todo de ellos que llegan con los cuatro hijos.
¡Muchas preguntas por ambas partes! ¡Qué hermoso!, ¿cómo descubrieron Ipê Amarelo?, ¿entienden portugués?, ¿cuántos días se quedarán? El carisma comboniano y la sonrisa de los niños y de los padres van dando respuestas sin que nadie necesite traducir, el corazón y los miran hablan, la fe, el coraje, el amor traducen parte de este misterio misionero. Ya en el aeropuerto, todos cansados, ¡ya les brillaba la mirada! Hicimos un largo camino en autobús hasta Contagem, donde nos esperaban los padres de Combonianos y un señor joven de la comunidad.

LMC BrasilTres coches, que osadía, jugábamos por el camino que era un carrusel, sólo nos faltaba bocinar como locos por la carretera hasta llegar a la casa de misión. El rostro cargado con la expresión del cansancio, pero con la sonrisa que esbozaba la alegría de la llegada.
¡Llevan dos días sólo en tierras brasileñas y parece que desde hace años están por aquí!
El valor de arriesgar les envuelve y aquí están. Ya en esta semana iniciaremos las clases inculturación, portugués y todo lo que la misión pide, descubriendo poco a poco las costumbres del pueblo minero.
Sean bienvenidos y juntos seguiremos los pasos de Jesús misionero en tierras de Minas.
Que San Daniel Comboni sea un fuerte intercesor.
Amén

LMC Brasil
Lourdes, LMC Brasil

Llegó el día……..día del envío

LMC Guatemala

LMC GuatemalaAyer, domingo 4 de noviembre, en las instalaciones de Casa Comboni, ciudad de Guatemala,  vivimos el día tan esperado…..después de tiempo de preparación, animación misionera, ventas, fiesta, bulla, gozo, servicio, dificultades, cansancio, trámites legales, después de tantas inquietudes, inseguridades, pero también confianza, amor, oración, entrega……..los LMC de Guatemala,  vivimos un grandioso día, para toda la comunidad, pero especialmente, por supuesto, para Alejandro, Ana Cris, Esteban, Isabel, Agustín y Lucia.

Voy a citar palabras de la homilía hermosa que escuchamos de parte del Provincial de Centro América, P. Víctor Hugo Castillo, quien Inició el mensaje de esta manera:

Toda obra de Dios nace desde lo pequeño. Así como un niño primero es pequeño e indefenso…poco a poco crece. 
Así ha sido el camino de los Laicos Misioneros Combonianos de Guatemala”. 

“La misión  transforma: La manera de pensar, la manera de vivir nuestra fe. La manera de acercarnos a los demás. 
La decisión de partir es una decisión  que se forja en el tiempo”.

Dios realiza milagros todos los días, y no parte de la perfección, ni de lo grandioso, parte de lo sencillo, lo pequeño, es su estilo de amor.  Nosotros en Guatemala, somos pocos, sencillos, con dificultades económicas, pero aún así, cuando Dios quiere llevar a cabo su obra…….y nosotros ponemos nuestra disposición, simplemente…..como sin saber……como sin poder…..sólo confiando….dejándose llevar…..poco a poco, descubriendo el plan de Dios…..caminando juntos….tropezando y levantándonos……así, llegamos como comunidad a este día.

La Primera Lectura que Alejandro y Ana Cris eligieron nos habló de este proceso, para nosotros como comunidad, y especialmente para ellos como matrimonio:
Jeremías 1:4-9

“El Señor me dijo: “Antes de formarte en el vientre de tu madre te conocí; antes que salieras del seno te consagré; como profeta de las gentes te constituí”.  Yo dije: “¡Ah, Señor Dios, mira que yo no sé hablar; soy joven!”.  Pero el Señor me respondió: “No digas: ¡soy joven!, porque adonde yo te envíe, irás; y todo lo que yo te ordene, dirás.
No tengas miedo de ellos, porque yo estoy contigo para protegerte, dice el Señor”.  El Señor extendió su mano, tocó mi boca y me dijo: “Yo pongo mis palabras en tu boca”.

Continúo con palabras de la homilía:

 “Somos llamados para algo grande.  Para recibir bendición. Somos bendición para  los demás. Hacer misión es hacer de la vida un riesgo. La vida vale la pena vivirla cuando tenemos proyectos.  Un proyecto se construye constantemente. Crece mientras nosotros también crecemos. 
En el proyecto de vida hay confianza… Sacrificio”

LMC GuatemalaEstas palabras, resumen el camino recorrido, y el camino por recorrer.  Es maravilloso vivirlo en comunidad.  Todos con el mismo sentir, el mismo deseo, de que la misión Adgentes se lleve a cabo, de que el carisma y la identidad comboniana crezca y sea el medio para anunciar a Jesús muerto y resucitado a todas las naciones, como dice la escritura.  Unos, no saldremos de nuestras fronteras, por circunstancias diversas, pero sí colaboramos para que quienes estén con la posibilidad, lo hagan.  Reflexiono, y agradezco el hecho de ser una comunidad generosa, sin egoísmo, sin envidia, somos familia y queremos lo mejor para cada uno de nuestros hermanos.  Alejandro y Ana Cris, han sido valientes al disponerse generosamente a partir…..los amamos….los admiramos y nos sentimos orgullosos de ellos.  Mientras ellos estén allá en donde Dios los ha enviado, nosotros aquí trabajaremos fuerte y confiados para que nada les falte.

“Aquella  misión doméstica, la que nos hace mirarnos sólo al ombligo. No es una misión que crece. La única manera de crecer es a través de la experiencia. 
El camino hacia la misión conlleva un proceso: sentirse llamado. Rezar. Dialogar Discernir. Pedir Consejo, todo para ponerse en camino…..para partir.

Llevamos este tesoro de la misión  en vasijas de barro. Tengamos presente el hecho de que no hay misión sin cruz”.   Agregó a su mensaje P. Víctor Hugo.

Fortalecidos por el amor, deseamos crecer, abrirnos, tanto a  nuevos miembros, como a espacios distintos…hoy será Brasil, mañana, Dios ya lo sabe, y ya destinó a quienes irán.  Nosotros oramos por discernimiento, por luz por seguir caminando.  Sin conformidad cómoda, todo lo contrario, en movimiento, con dinamismo, mientras hay vida, hay misión, hay proyectos, hay trabajo, hay sentido, hay razón para vivir.  ¿Qué más se puede pedir al cielo? Todo está allí desbordándose, así es el amor de Dios.

María, ejemplo de servicio:

“Sólo cuando se acoge el llamado se es capaz de ir en una actitud de servicio”. 

Dijo P. Víctor Hugo acerca del Evangelio, María se puso en camino, sin pensar, solo quiso servir a su prima Isabel.  Salió….de sí misma, de su casa, de su pueblo….para ir y servir.   A eso estamos llamados todos los bautizados, y este carisma hermoso, el comboniano que une a un montón de “locos”, locos por el amor recibido y experimentado.  Locos por que todos se enteren y lo experimenten…locos por la pasión de la misión.  Locos por Jesucristo.  Esta locura nos hace ir y servir, pocos lo comprenden, varios lo critican,  pero Dios conoce el corazón del misionero y regala los medios para vivir su vocación particular.

“La misión es una locura, cuántas veces escuchamos: ¿para qué te vas tan lejos?, ¿acaso no hay aquí tanto por hacer?  Sí, es la respuesta, solo que mi vocación me llama a ir más allá.  Y la vocación, no se explica, no se comprende, sencillamente allí está como don de Dios”. 

Dichosos nosotros Combonianos por esa herencia de nuestro fundador, San Daniel Comboni.  No se explica, casados, solteros, jóvenes, menos jóvenes, pero esta vocación vivida como regalo, en donde sea que estemos, como sea que seamos, es lo que da sentido a nuestra vida, sentido al regalo de nuestro bautismo.   Sigue el tema del amor infinito de Dios, que no se mide en generosidad.

Para terminar, P. Víctor hizo una exhortación a todos los presentes:

“La misión también es de los laicos. El Papa Francisco insiste en que los laicos somos un gigante dormido que hay que despertar!” 

El Corazón de Jesús y de María, son la causa de nuestra alegría

San Daniel Comboni, ruega por nosotros

LMC Guatemala

Lily Portillo