Laicos Misioneros Combonianos

Entre velas ecológicas, aniversarios y muchas actividades

LMC Guatemala

Junio fue un mes lleno de bendiciones para los LMC de Guatemala, por la Gracia de Dios y bajo la intercesión de San Daniel Comboni, con diversas iniciativas que marcaron nuestra labor misionera.

El 7 de junio llevamos a cabo nuestra actividad misionera en la Comunidad de León El Manzanillo. Durante nuestra visita, además de convivir con los miembros de la comunidad, ofrecimos una charla sobre el Espíritu Santo y Pentecostés. Como parte de la jornada, realizamos un taller de elaboración de velas ecológicas y quienes participaron quedaron muy entusiasmados y satisfechos con la experiencia.

Esa misma fecha, celebramos el 8º aniversario del Programa Chispuditos. Este proyecto nutricional ha estado enfocado en los niños de las aldeas La Salvadora I y II, en el Municipio de Santa Catarina Pinula, así como en sus madres, llevándoles la Palabra y promoviendo su desarrollo como líderes. Cabe resaltar que el año pasado el programa fue entregado a la comunidad; desde entonces, las madres han estado liderando el programa.

El domingo 8 de junio participamos en la Expo Vocacional organizada por la Vicaría del Centro: Nuestra Señora de la Asunción, llevada a cabo en el gimnasio del Colegio Don Bosco. Este evento permitió compartir con jóvenes interesados en las diferentes congregaciones presentes. Además de los stands informativos, hubo momentos de alabanza, adoración eucarística y Santa Misa. Fue una oportunidad valiosa para transmitir y vivir el carisma propio de la Familia Comboniana junto a los asistentes.

Una semana más tarde, el domingo 15 de junio, realizamos nuestra convivencia mensual en comunidad, iniciando con la celebración de la Santa Eucaristía, seguida de un desayuno compartido. Durante la convivencia, reflexionamos sobre el Carisma Comboniano y trabajamos en un tema especial sobre los elementos clave que fortalecen la autoestima. Abordamos aspectos como el autocontrol, las metas personales, las habilidades de comunicación y la percepción de la imagen corporal. Como grata sorpresa, tuvimos la visita de una pareja de esposos interesada en conocer más sobre nuestra comunidad.

En cada actividad del mes, reafirmamos nuestro compromiso de servir y acompañar a las comunidades, siempre impulsados por nuestra fe y misión evangelizadora.

LMC Guatemala

Reunión Internacional de Economía LMC

Tesoreros LMC

El pasado sábado 21 de junio nos reunimos online para celebrar el primer encuentro internacional de economía tras nuestra asamblea internacional del pasado mes de diciembre.

La asamblea solicitó que se celebrara una reunión global a mediados de cada año para evaluar conjuntamente la marcha de las cuestiones económicas en cada país y en cada una de nuestras comunidades internacionales.

Estuvieron presentes representantes de 13 países y 2 comunidades internacionales, entre tesoreros, coordinadores y miembros del equipo de coordinación. Debido al reto que supone el idioma, contamos con el apoyo de dos traductores voluntarios, Ana Cris, LMC de Guatemala, y su hijo Esteban.

Fue un momento importante de información y aclaraciones, en el que se presentaron propuestas para los próximos pasos conjuntos. Una de ellas fue la realización de otros dos encuentros online este año, en tres grupos más pequeños, según el idioma, para que podamos facilitar una mayor interacción entre los participantes y la construcción de instrumentos prácticos que faciliten nuestra búsqueda de la autonomía económica.

¡Agradecemos el esfuerzo y la participación de todos!

¡Hasta nuestro próximo encuentro!

Flávio, tesorero del Comité Central

Nuestra comunidad ecuatoriana en crecimiento

LMC Ecuador

A mediados del año 2021, junto al P. Joseph Ng´ang´a de Kenia, quien fue nuestro acompañante Comboniano, se hizo la convocatoria a personas conocidas dentro de la misión y a otras que compartían nuestro carisma para que siguieran la formación y ser parte de nuestra comunidad de Laicos. 

Siendo así que, después de seguir la formación y el acompañamiento, nuestro aspirante Carlos Enrique Zamora Medina, el domingo 01 de junio de 2025, fue aceptado como Laico Misionero Comboniano.

Durante los días cercanos a la ceremonia se vivió una atmósfera de nervios y tensión por la organización y desarrollo del programa a realizarse, y que en buena hora recibió el apoyo y colaboración de varias personas que pusieron su granito de arena para poder cumplir con lo planeado. 

La misa se desarrolló a las 10h00, junto a la comunidad de la Parroquia “Nuestra Señora de Fátima” de El Empalme, Provincia del Guayas, además de los familiares de Carlos Zamora e invitados, estuvieron presentes en esta celebración, quienes compartieron atentos a cada momento de la misa impartida por el P. Seraphin Kakwata, nuestro actual referente Comboniano, quien mantuvo a las personas muy atentas al momento de la firma del compromiso como Laico Misionero Comboniano.  Fue un momento muy especial, que también fue compartido con los laicos misioneros que colaboran en la Integración Pastoral que se desarrolla en la P. Verbo Divino de Guayaquil.

Después en una reunión de compartir, en las palabras dadas por Carlos Zamora, él expresó que en su vida ha pasado por muchos obstáculos por motivos de salud, los que ha podido sobrepasar por el esfuerzo y las oraciones de su señora madre; y, a pesar de esta situación siempre mostró el deseo de ser misionero y hacer algo por la Iglesia y por Dios, hizo de la frase “La vida es dar tiempo” su luz para descubrir cuál era el tiempo de Dios, retomando la formación a los sacramentos y sus estudios de colegio, universitarios y pastorales, que había dejado para después.

A pesar de todo, dijo, que aún no estaba seguro de lo que le espera en un futuro, pero que ha sido para él una bendición de Dios este proceso y sobre todo una buena decisión a seguir el llamado de Jesús para su vida pastoral y laical, y que junto a su comunidad ha podido consolidar este anhelo por la misión comboniana.

Con este momento tan importante para nuestra comunidad misionera laical, nos sentimos muy alegres y animados a seguir el carisma de nuestro Fundador apoyados en una de sus frases “La providencia guio mi mente y mi corazón” y a seguir confiando en que los momentos son de Dios y él nos ayudará a consolidar nuestra comunidad.

Saludos en Cristo.

Abg. Susana Ortega Delgado, LMC

Razones para la Esperanza (Tras las huellas del Resucitado VI)

Resucitado
Resucitado

A lo largo de este tiempo Pascual hemos ido descubriendo la presencia de Jesús Resucitado en medio de nuestra vida. Como discípulos misioneros queremos seguir sus huellas, ser portadores de la Buena Noticia, confiados en que él siempre nos acompaña en nuestra tarea evangelizadora.

Estamos atravesando momentos difíciles en el mundo. Los nuevos liderazgos políticos en muchos países extreman el discurso por su propio beneficio. Parece que se esfuerzan en acusar a los otros separar posturas, para crear dos bandos buscando el beneficio de unos a costa de los otros, y si hay un cambio se busca una postura revanchista.

La violencia y en su caso extremo la guerra, parece la única solución a proponer para solucionar nuestras diferencias. Hay que prepararse para la guerra pues estamos abocados a encontrar en ella nuestra última solución.

No nos resignamos: ¡Otro mundo es posible!

También nosotros en los LMC tenemos nuestras grandes preocupaciones en cómo mantener a nuestros compañeros y compañeras que dejaron todo para dar su vida en la misión; de manera particular las dificultades que encontramos en conseguir que nuevas personas (jóvenes y no tan jóvenes) se unan a este servicio misionero. Encontrar nuevas personas que quien completar nuestras comunidades en misión y continuemos así a compartir nuestra vida con los pueblos a los que el Señor nos ha llamado a servir…

Pero cuando nos vemos rodeados por muchas dificultades aparece Dios y nos recuerda su alianza con nosotros. Como Iglesia vivimos una larga Cuaresma pidiendo poder convertirnos y superar nuestras debilidades. Y gracias a Dios nos encontramos con Él en la celebración del Triduo Pascual. En esos días acompañamos a Jesús en la última cena donde nos enseña la importancia del servicio. Estuvimos con Él en la noche de Getsemaní para entender la dureza de esos momentos, que a veces nos recuerda a algunos de los nuestros, y agradecemos la determinación de Jesús en confirmar su SÍ al Padre.

A partir de ahí acompañamos a Jesús en los momentos más duros, consecuencia de su vida. Hay muchos que no pudieron soportar sus palabras y sus hechos, debían acabar con Él. Vemos a Jesús que toma la Cruz, la cruz que se repite en tantas mujeres, tantos hombres, niños y niñas de nuestro mundo que siguen sufriendo injusticia, tantas realidades duras de las que el Señor no huye, sino que da un paso adelante. Comprendemos que Dios ha decidido ir hasta el final con nosotros, que no nos abandona en ningún momento.

Y con alegría y gozo celebramos la resurrección de Jesús de entre los muertos. La muerte, el mal, no tiene la última palabra. Dios resucita a Jesús y nos comunica que Él es el Camino, la Verdad y la Vida.

Ahora andamos un poco como los discípulos de Emaús, sin creerlo del todo, sin saber reconocer del todo…

Pero vemos como la luz se impone a las tinieblas, vemos que ese es el camino a seguir. De nuevo caemos a los pies de Jesús Resucitado, le pedimos perdón y le damos GRACIAS.

Y de repente todas nuestras dificultades empiezan a cambiar de color. No somos nosotros, es Él. Cada uno tiene que poner su granito, pero lo que toca es entender el plan de Dios y dar la respuesta que Jesús dio con su vida.

La respuesta que podemos dar como seres humanos es frágil y en seguida surgen los miedos, pero cuando comprendemos en manos de quien estamos todo cambia.

Sabemos que somos frágiles y el entusiasmo de la Pascua tiende a ser sofocado por las preocupaciones del día a día, pero al Pascua nos ayuda a ver la vida con perspectiva. Y la comunidad nos ayuda a permanecer fieles.

En lo particular y como LMC volvemos a reconocer que la misión es de Dios. Que ilusos pensar que depende de nuestras fuerzas. Solo estamos para servirla. Él se encarga, toca confiar. Confiar con ESPERANZA. Con una esperanza que no es sino espera fundada en lo que hemos vivido y estamos celebrando estos días. Nuestra Esperanza está fundada en la Resurrección de Jesús. No importa lo cuesta arriba que a veces se ponga el camino, sabemos que Él nos acompaña y está con nosotros.

Y confiamos plenamente en las últimas palabras del Evangelio de Mateo:

Poneos, pues, en camino, haced discípulos a todos los pueblos y bautizadlos para consagrarlos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, enseñándoles a poner por obra todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.

Mt 28, 19-20

Alberto de la Portilla, LMC