Laicos Misioneros Combonianos

¡Ahí viene el Misionero…!

LMC Centroamérica

Comienzo estas humildes líneas primeramente dando gracias a Dios porque ha fijado su mirada en este servidor.

En enero anterior, se realizó la Asamblea de los MCCJ de la Provincia de Centroamérica, donde el Hno. Jesús Pérez, Asesor para Costa Rica de los LMC, conversara con el Párroco de San Luis Petén, Padre Aubert Gamende, de la posibilidad de recibir para la Semana Mayor en la Parroquia algunos integrantes de nuestro grupo, fue ahí donde todo este sueño e ilusión comenzó.

Por diferentes circunstancias solo mi persona partió el 29 de marzo hacía Guatemala, con una maleta llena de mucho miedo, ilusión, esperanza, pero sobre todo con muchas ganas de poder brindan un poco de todo el amor que Dios ha tenido hacía conmigo, el mismo amor con el que me recibieron en Casa Comboni.

Tuve la oportunidad de compartir con los LMC de Guatemala, acompañarlos en su proyecto Chispuditos, conociendo algunos Departamentos del país, comiendo la deliciosa gastronomía (caldo de res, rellenitos de plátano, atoles, etc., etc. y etc. ja ja ja), viviendo la espectacular experiencia de su cultura y gran Fe, el domingo de Ramos en Antigua con las emblemáticas Procesiones, Patrimonio Intangible de la Humanidad.

El lunes Santo emprendo mi viaje hacía San Luis Petén, cabe mencionar que la Parroquia es administrada por los MCCJ, está conformada por más de 140 Aldeas (poblaciones), unas de habla castellana, otras que solamente hablan el dialecto Q’eqchi y otras mixtas, todo este territorio comprende aprox. 3000 km cuadrados y es atendida por 4 Sacerdotes, que luego de 8 horas de viaje, me recibe el Padre Fabrice para llevarme a Casa Parroquial donde al igual que en Casa Comboni, me recibieron como uno más de la casa.

Luego de descansar un poco, me llego a buscar Billy; para llevarme a conocer la Clínica Parroquial, donde se brinda servicio de Atención Primaria a la población Parroquial, no solo del Centro, si no y que por medio de las Campañas de Salud se adentran a poblaciones más alejadas, donde el grupo de los LMC de Petén en algunas ocasiones participan, también visitamos el Asilo de Ancianos con muchas necesidades y que los Hermanos de LMC Petén realizan un trabajo de acompañamiento y asistencia, y tienen varios proyectos por hacer en esta casa de residencia permanente.

El miércoles Santo, pude conocerme y compartir con los LMC Petén, quienes nacieron el mismo día y fecha que nosotros acá en Costa Rica, compartimos, vacilamos, conversamos de las realidades de nuestro grupo, son un grupo muy dinámico, y con ganas de hacer las cosas bien, como se los mencioné a ellos los felicito y saben que humildemente en lo que podamos ayudar ahí estaremos….

Por parte de los Padres, se me asigno y otorgo la oportunidad de colaborar en una de las aldeas, La Tortuga, quien para este efecto me llego a buscar Alma, una mujer entregada en alma vida y corazón al servicio de su comunidad, ella es la Coordinadora de la Aldea, junto con ella organizamos las diferentes celebraciones para los días venideros, comenzando el jueves Santo con la celebración del Lavatorio de los pies y la oración en el Huerto, el viernes por la mañana todas las Aldeas de habla castellana estábamos convocados al Centro Parroquial a vivir como Comunidad el Vía Crucis y la Adoración a la Cruz, nos congregamos casi 1500 personas a una misma oración y sentir. Luego ya en La Tortuga tuvimos nuestra celebración para aquellas personas que por sus quehaceres no lograron ir en la mañana a la parroquia.

El sábado en la mañana visitamos junto a servidoras de la comunidad a varias familias, unas porque están recién llegando a vivirá La tortuga otras ya tenían su tiempo, y aprovechamos para invitarles a que llegaran por la noche a la Gran Fiesta de la Vigilia Pascual, para alegría en su mayoría aceptaron la invitación, también visitamos algunos enfermitos entre ellos don Diego, por el que les pido elevemos una oración, tiene cáncer en los huesos y sufre muchísimo de dolor, don Juan, se les llevo la comunión, ver la alegría que expresaban a recibir a Jesús Eucaristía en su hogar y hacerse uno con Él, en lo personal fue una de las tantas cosas que me sirvieron para tomar la decisión que más abajo les cuento.

En la noche con mucha esperanza realizamos la celebración la Gran Vigilia Pascual, donde niños y niñas acólitos, lectores, coro y todos como comunidad vivimos la gran alegría de la resurrección, esa misma alegría que en lo personal me embarga hasta hoy.

El domingo por la mañana se nos convocó nuevamente al Centro Parroquial para vivir la fiesta de la Resurrección, iniciamos con una hermosa procesión por diferentes carreteras de la comunidad y llegar a un espacio acondicionado al frente del templo donde más de 150 niños hicieron su primera comunión, una forma de terminar nuestra Semana Santa llena de muchísima alegría.

De verdad que desde el mismo momento que fui recibido por el Hermano Humberto en el aeropuerto hasta mi regreso a Costa Rica, me acogieron como uno más, las palabras se me quedan cortas para agradecer a todos y todas las personas que me mostraron su cariño y empatía, por dejarme ver su cultura y aunque seamos de diferentes países, costumbres y cultura, tenemos un mismo amor que nos une y es más grande que cualquier diferencia étnica.

El escuchar …Ahí viene el misionero… resuena en mi cabeza con mucha humildad, pero constantemente…

Desde algún tiempo atrás vengo rogando a Dios que me muestre el camino, le digo como Samuel “Habla que tu siervo escucha…”, este viaje me sirvió muchísimo para reafirmar el anhelo de mi corazón, servirle a Él, como y donde sea su voluntad, por lo que me encomiendo a sus oraciones, este próximo 16 de junio día que celebramos El Sagrado Corazón de Jesús, por gracia de Dios estaré asumiendo mi Compromiso como Laico Misionero Comboniano, con la esperanza de poder ponerme al servicio de la familia Comboniana.

Gracias Guatemala, gracias San Luis, GRACIAS LA TORTUGA, LMC Guatemala, LMC San Luis Petén, MCCJ, no los nombro porque me da miedo que me quede alguien por fuera, pero a todos los llevo en el corazón…

Dios los bendiga abundantemente…

José David Rojas Q

LMC Costa Rica

🌱 Hacia una conversión ecológica misionera

Ecologia

Foro comboniano de América sobre la Ecología Integral.                                              

La Familia Comboniana en América, en continuidad al Pacto Comboniano para la Casa Común y al Encuentro Comboniano sobre Ecología Integral de 2022, propone una jornada de intercambio de trabajos, desafíos, propuestas y estrategias para crear conciencia frente a la emergencia y urgencia planetaria por la grave degradación ambiental, así como las grandes desigualdades que afectan a la humanidad entera, en el Foro online de Ecología Integral, el lunes 22 de mayo, 11h-14h (Brasil).

La reunión será en español, con posibilidad de traducción para quienes lo necesiten.

¡Participe y ayude a correr la voz!

Más información aquí:

👉🏻👉🏻https://comboni.github.io/espls/

En el ordenador puedes moverte de un lado a otro con las flechas del teclado <-   ->.

Mensaje de Pascua del Consejo General MCCJ: “Valentía y esperanza”

Pascua 2023

El primer día de la semana…” (Jn 20,1)

Queridos hermanos,
que os lleguen a todos nuestros buenos deseos de Cristo resucitado.

El capítulo 20 del Evangelio de Juan, al narrar la experiencia de la mañana de Pascua, nos invita a contemplar el itinerario de fe de tres protagonistas: María Magdalena, Pedro y el discípulo amado. Su itinerario de fe es también un itinerario de mirada: va de detenerse ante la evidencia de una tumba vacía (María), a una mirada más atenta a los detalles (Pedro), a una observación acompañada de memoria que implica la mente y el corazón (el otro discípulo).

Son tres miradas que abren el corazón de la comunidad y la hacen protagonista de la escritura de “una historia ‘otra’”, porque han tomado conciencia de que la resurrección se comprende en la medida en que se cree en la Palabra del Evangelio, y se hace del amor el motivo de la propia existencia, para superar los momentos de dolor, desconfianza, desánimo y, sobre todo, de “no esperanza”.

“Donde hay amor, hay mirada”. Citando esta frase de Ricardo de San Víctor, Bernardo Francisco María Gianni, Abad de San Miniato al Monte, durante un curso de Ejercicios Espirituales que predicó al Papa y a la Curia Romana, recordó la necesidad de reconocer “las huellas y pistas que el Señor no se cansa de dejar en su paso por esta historia nuestra, en esta vida nuestra”. Es en ese amor en el que hay que leer la mirada de Jesús sobre todos aquellos con los que se encontraba. Una perspectiva que hoy nos inyecta “una dinámica pascual” que nos hace conscientes de que “el momento histórico es grave”, porque “el aliento universal de fraternidad parece muy debilitado”, mientras que “es precisamente la fuerza de la fraternidad la nueva frontera del cristianismo”.

El camino de fe vivido por la comunidad primitiva en la mañana de Pascua no es sólo un hermoso testimonio, sino también -y sobre todo- una invitación a que sepamos detenernos ante los acontecimientos, las personas y los hermanos de hoy. Nuestro Fundador, San Daniel Comboni, supo “detenerse” ante los acontecimientos de su tiempo, buscando imitar a Cristo, que supo “ver a los pobres y compartir su suerte, consolar a los desgraciados, curar a los enfermos y devolver la vida a los muer-tos; llamar de nuevo a los extraviados y perdonar a los arrepentidos; muriendo en la Cruz, rezar por sus propios crucificadores; y, resucitado en la gloria, enviar a los apóstoles a predicar la salvación al mundo entero” (cf. Escritos, 3223).

Las personas que tienen ojos que “saben mirar” y están dispuestas a “perder el tiempo” por los demás son capaces de crear espacios de relación, darse como don, con vistas a la curación mutua.

Relación, don y sanación, vividos desde la perspectiva del amor-don -con ritmos y sensibilidades diferentes, como sucedió “en aquella primera madrugada”- nos permiten transformar nuestra fe en esperanza valiente, y redimir la historia y la dignidad de tantos hermanos y hermanas sobre los que las sociedades actuales han puesto -y siguen poniendo- “una gran piedra”, porque son rehenes de intereses egoístas, del desprecio y de la indiferencia.

Valentía y esperanza fueron las actitudes recordadas varias veces durante nuestro encuentro con los superiores de circunscripción, que concluyó el 19 de marzo. Somos plenamente conscientes de las situaciones -a menudo fatigosas y exigentes- en las que vivimos y que podrían llevarnos a vivir la vida del Instituto como un acontecimiento conmemorativo y, por tanto, sólo para ser recordado. Por el contrario, debemos tener la valentía de reactivar un circuito humano y fraterno, que nos permita dar una nueva aceleración a la obra de evangelización que llevamos a cabo en las distintas realidades en las que vivimos, cada vez más convencidos de que “un anuncio renovado ofrece a los creyentes -incluso a los tibios o no practicantes- una nueva alegría en la fe y una fecundidad evangelizadora. En realidad, su centro y esencia es siempre el mismo: el Dios que ha manifestado su inmenso amor en Cristo muerto y resucitado. Él hace a sus fieles siempre nuevos y, aunque sean viejos, recobran fuerzas, se revisten de alas como las águilas, corren sin cansarse y caminan sin fatigarse (Is 40,31)” (Evangelii gaudium, 11).

Hacemos llegar nuestros mejores deseos a nuestros hermanos ancianos y enfermos, a las personas afectadas por los terremotos en Turquía, Siria y los tremendos desastres medioambientales en Malawi, parte de Mozambique y Ecuador, y a todos los que sufren los horrores de la guerra en distintas partes del mundo.

Que el Señor Resucitado nos sostenga con su gracia a todos nosotros y a nuestros esfuerzos misioneros, para que, movidos por la fuerza del Espíritu, sigamos siendo fecundos agentes de justicia, paz y fraternidad para la humanidad que nos ha sido confiada.

¡Feliz Pascua de Resurrección!

El Consejo General MCCJ