Laicos Misioneros Combonianos

Llegada de Emma (LMC italiana en Brasil)

Emma llegó a Brasil el 1 de diciembre de 2013. Ha venido por un tiempo de 3 años.

La comunidad de Nuestra Señora Aparecida de Ipê Amarelo la ha recibido con alegría.

En este día 8/12, día de la Inmaculada Concepción, Emma fue presentada y recibida por el pueblo. Aprovechando la visita pastoral de Don Luis, Obispo de nuestra región, Emma habló de la alegría de participar en la vida comunitaria y caminar con Jesús en tierras brasileñas.

Ahora estudia portugués y aprovecha el momento con los niños aquí en la casa de la misión de Santa Terezinha de Ipê Amarelo para mejorar su portugués.

¡Bienvenida Emma!

Por María de Lourdes,

LMC Brasil

Reunión anual LMC Brasil (conclusión)

LMC Brasil 2013Acaba de terminar el segundo día de nuestro encuentro anual LMC.

La mañana comenzó con un delicioso desayuno minero, con bizcocho frito y el tradicional queso minero, y por supuesto un buen café negro.

Por la mañana hemos hablado de la realidad económica y los desafíos planteados por el Comité Central LMC.

También hemos revisado las líneas de acción del bienio 2013-2014 definidas en la última asamblea, destacando las propuestas para el próximo año. Oímos las perspectivas de trabajo de cada uno y finalizamos con las impresiones y conclusiones del encuentro.

Se le dio gran importancia a la riqueza que la presencia de la pareja de laicos misioneros que está presente con los combonianos en Açailândia, Maranhão, por la oportunidad de compartir e intercambiar experiencias, que nos ha unido aún más.

Concluimos la mañana con la celebración de la Eucaristía, recordando a todos los LMC del mundo y los desafíos que tenemos por delante.

¡Permanecemos unidos en la oración y en la misión!

¡Estamos juntos!

LMC Brasil

Reunión anual LMC Brasil

LMC BrasilTerminamos el primer día de la reunión LMC Brasil. 11 personas asistieron, entre ellos Marco y Valentina, pareja de laicos misioneros italianos que están trabajando con los Misioneros Combonianos en Açailândia, Maranhão, y Emma, LMC italiana que llegó el 2 de este mes para unirse a la comunidad de LMC Ipê Amarelo.

Compartimos las experiencias realizadas durante el 2013 de las distintas comunidades y también reflexionamos sobre el tema “Coyuntura comboniana y misionera” partiendo de algunos desafíos planteados por el padre Jorge y el equipo coordinador LMC relacionados con los conceptos de nueva evangelización, conversión, algunas palabras significativas del Papa Francisco y la propuesta de la 51 ª Asamblea General de la CNBB (Conferencia Nacional de Obispos de Brasil).

Al final de la tarde, reproducimos los talleres celebrados en la Asamblea de Maia, lo que nos ha ayudado a empezar a pensar en los próximos pasos como LMC para la reflexión del segundo día.

Concluimos la noche con algunos videos sobre la APAC (sistema penitenciario alternativo), la comunidad internacional de Carapira y la causa indígena.

¡Contamos con las oraciones de todos para la continuidad de nuestro encuentro!

¡Estamos juntos!

LMC Brasil

Adviento 2013: “Deja que brille tu luz”

AdvientoEn este tiempo de Adviento rezamos como comunidades unidas en todo el mundo, que el Espíritu Santo nos inspire a transformar nuestro mundo; nos dé poder para buscar el bien común para todas las personas; y nos dé el espíritu de solidaridad que nos hace uno con todos aquellos que sufren injusticia y viven en la necesidad. Textos adjuntos de la oración para el Adviento 2013 en Inglés (text) y Español (texto 1, texto 2, texto 3 y texto 4).

“Dios me quiere mucho”

dsc04962Queridos amigos y amigas,

Les resumo lo que nos ha ocurrido y lo que estamos viviendo. El  día 6 me caí por un terraplén cuando caminaba y tengo una fisura en una vértebra lumbar. Debo estar en cama al menos 1 mes, hasta que me hagan otra radiografía. Han descartado daños neuronales y de órganos internos.

Gracias a Dios sólo es eso. Desde el primer momento en que me di cuenta de lo que había pasado, me di también cuenta de que el Señor me había cuidado. Caí por una ladera de piedras, arena y vidrios rotos y sólo me hice heridas superficiales. Hasta las lentes las recuperaron intactas.

Muchas veces he caminado por ahí, por acortar, sabiendo que era peligroso, pero tratando de hacer como todos acá. ¿Por qué ahora me he caído?

Ahora estamos pasando cada día con fortaleza. Los niños lo acusan mucho, están muy inquietos, asustados de lo que me podía haber pasado. Y todo el trabajo cae sobre Isabel. La vida nos pone a prueba.

Estamos tratando de profundizar en esta experiencia. Sabemos que sólo en el Señor podremos caminar esta etapa. Esta ocasión dolorosa es oportunidad de sentir ese amor tierno del Señor y contemplar cómo se abren nuevos caminos.

Primero, la acogida maternal de los padres combonianos.  Desde el fondo de la quebrada les llamé por celular, además de a Isabel, y dos de ellos bajaron a prisa por el mismo camino arriesgado que yo. Me dieron agua, fruta, me consolaron, rezaron conmigo. Me sentí familia. En estos primeros días, mientras me fortalezca un poco, los padres nos han acogido en su casa, que están más acondicionada y cerca del hospital. Los niños, con su inquietud, son además una alegría en esta casa habitualmente tan tranquila. Van por ahí dando abrazos y haciendo cosquillas en la barriga a los padres.

Luego, las visitas de los vecinos y amigos, sobre todo los más humildes de Villa Ecológica. El vigilante de la clínica advirtió a Isabel que estaba llegando gente sospechosa preguntando por mí. En los tres días de hospital sentí que no tenía capacidad de recibir más cariño. Las vecinas que me daban con mucho cuidado la sopa mientras Isabel conversaba con los doctores. Las que traían fruta y yogur gastando lo que habían ganado en el día. Las que abrían la Biblia y rezaban por mí, como nosotros hemos hecho en sus casas cuando lo han necesitado.

Y la experiencia de detener las actividades, los proyectos tan hermosos que estábamos llevando a cabo, como la catequesis de adultos, justo a una semana de la celebración de la Confirmación. Confiar que este es un nuevo tiempo del Señor, donde Él nos está dando nuevas enseñanzas que necesitamos para ser más felices. Que Él se encargará de seguir la tarea, que para eso es suya.

Gracias siempre por estar cerca de nosotros, y mucho ánimo con su trabajo misionero.

Gonzalo Violero