Laicos Misioneros Combonianos

Mi experiencia vivida en Chiapas

Isabel¡Hola a todos mis amigos y amigas, a los LMC de México y el mundo, a la Familia Comboniana, colegas y familiares!

Aquí les comparto un resumen de mi experiencia vivida en Chiapas, en esta etapa de mi vida que fue muy especial y diferente y que Dios me ha regalado,  a donde me llevó a realizar una misión durante el periodo de Enero a Agosto de este año 2015.
Estuve viviendo, trabajando y compartiendo la vida comunitaria con mi amiga Rocío, quien también es LMC y juntas estuvimos en Altamirano, una Cabecera Municipal del Estado de Chiapas.

Chiapas es una de las 32 Entidades Federativas de México. Se encuentra en el Sureste del País, en Frontera con Guatemala. Su Capital es Tuxtla Gutierrez, posee varios de los destinos turísticos más importantes de México, principalmente zonas Arqueológicas y Nichos Ecológicos de gran belleza.  Tiene 122 municipios, es uno de los Estados con mayor población indígena en México, ya que un 30 % de su población habla alguna lengua originaria del Continente.  Además del idioma Español, sus lenguas oficiales son: Tzeltal, Tojolabal, Tzoxil, Chol, Zoque, Lacandon, Chuj, Quiché, Kakchikel.  El territorio de Chiapas presenta una morfología muy compleja: la sierra formada por extensas zonas montañosas, grandes valles, llanuras costeras y aluviales, por este motivo presenta gran diversidad climática y biológica. Algunas zonas han sido declaradas “Reservas de la Biósfera” por albergar varias especies animales y vegetales. En Chiapas se desarrollaron importantes Culturas Mesoamericanas durante la Época Precolombina: la Olmeca, la Maya y la Chiapaneca. A lo largo de los siglos XIX y XX en el Estado se reprodujo y fortaleció una amplia desigualdad social. Los abusos contra los pueblos indígenas y las comunidades rurales generaron un conflicto latente hasta el año 1994 cuando estalló el Levantamiento Zapatista encabezado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, conflicto que continua sin resolverse hasta el momento.

En la historia de Altamirano, se narra que este pueblo se fundó en 1806, por pobladores de las Haciendas de San Antonio y San Vicente que pidieron a la Vicaría de Ocosingo, terreno propio para fundar un pueblo nuevo, eligiendo el paraje de Nacashlan, a unos 30 km al sur de Comitán, en las cercanías del Río Tzaconejá, el cual en 1814 ya contaba con 90 familias indígenas, todos ellos de Etnia Tzeltal. Primeramente fue llamado Ashlumal San Carlos.  Ashlumal (pueblo nuevo).  En 1911, sobre este pueblo que había pertenecido al Departamento de Chilón, se erige el Municipio. En 1935 el Gobernador Victorio R. Grajales le cambia el nombre al pueblo San Carlos, por el de Villa Altamirano en homenaje al poeta Ignacio Manuel Altamirano y en 1942 lo elevan a Municipio de segunda clase. En enero de 1994 se convirtió en uno de los pueblos ocupados por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Estuvimos laborando en el Hospital San Carlos, el cual fue construido por el Gobierno de Holanda y es mantenido y financiado en una gran parte por una ONG Holandesa.  En esta unidad de salud, se atiende a toda la gente, en especial a los indígenas, los cuales en su mayoría son tzeltales, pero también llegan tojolabales, Tzoxiles, Zoques y Choles.
La Parroquia de San Carlos, Altamirano cuenta con 85 comunidades, pero se reciben indígenas de comunidades pertenecientes a otros Municipios como son: Ocosingo, Oxchú, Palenque, Yajalón, Chilón… es triste ver como esta pobre gente viaja tanto para recibir atención médica en este hospitalito, que tiene recursos para una atención médica de primer nivel, ya que sólo cuenta con médicos generales y no tiene especialistas de base.  Solamente en algunas fechas del año llegan médicos especialistas voluntarios de México, Estados Unidos, España e Italia los cuales, ayudan a nuestra gente en Campañas Médicas Quirúrgicas de: Ginecología, Urología, Cirugía Plástica y Dermatología. Se cuenta con los programas de Nutrición, Tuberculosis y Salud Mental.
Me impactó también, el darme cuenta de, que en el Estado de Chiapas el Sector Salud es muy deficiente, cuentan con muy pocos hospitales públicos. Es por eso que en este hospital, muchas veces no se puede trasladar a los pacientes graves que necesitan atención especializada de segundo o tercer nivel y que sabemos que aquí se complicarán más o morirán, y en muchos de ellos se pudo haber evitado fatalidades si se contara con buen servicio de salud Estatal.

Y bueno, quiero compartir mi sentir en estas tierras, ya que por un lado ha sido satisfactorio poder trabajar para y por los pobres, pero a la vez he vivido diferentes sentimientos encontrados de tristeza, dolor, impotencia, rabia, incertidumbre, pues me he topado con un contexto muy fuerte y deprimente, nuestros hermanos indígenas aún viven en la miseria, están aislados y excluidos, abandonados y pisoteados por el Gobierno, las Instituciones, por la misma gente que no es indígena y que se nombran mestizos.
Los indígenas viven en comunidades alejadas donde ni siquiera cuentan con los servicios básicos para llevar una vida digna, no cuentan con atención médica rural, casi no hay escuelas y por este motivo un gran porcentaje son analfabetos, no cuentan con recursos económicos para hacer producir sus tierras, sufren y hay gran mortalidad materna, neonatal, infantil y de todas las edades, ya que los está consumiendo el hambre, la desnutrición, las infecciones, la parasitosis, la tuberculosis, el cáncer, el alcoholismo, entre otras…

Es muy doloroso ver como llegan al hospital con sus padecimientos muy avanzados, complicados o terminales, porque no había quien los atendiera en sus comunidades y no tenían dinero para trasladarse a un hospital. Algunos llegan diciéndonos que caminaron horas en la selva y otras más en una pasajera por un camino o por carretera para llegar a nuestro hospital.  Otro de los problemas que tienen es, que a veces dicen que no los quieren atender en los hospitales del IMSS o Salubridad porque no hablan Español y estas Instituciones no tienen personal que funja de traductores. Algo que nos gustó del Hospital San Carlos es que ahí mismo en años anteriores se abrió una escuelita de enfermería donde capacitaron a indígenas como enfermeras y enfermeros y así, ellos mismos son los que traducen a los pacientes. Pues todos los médicos son de fuera y no hablan lengua. Me gustó estar ahí porque me identificaba con el carisma Comboniano también, ya que siempre tenía presente el lema del Plan de Comboni: ” Salvar a África con África”, pues aquí era: “salvar a los indígenas con los propios indígenas”.

IsabelYo llegué en el mes de Enero, y posteriormente en el mes de abril se unió a esta experiencia mi compañera y amiga Rocío, LMC.

Juntas estuvimos laborando en el Hospital San Carlos, ella en administración y recursos humanos, pues su profesión es Administración de Empresas, y yo como Médico General. Ahí, pudimos compartir la vida laboral, así como también la vida comunitaria donde compartíamos rentando una casita en el pueblo. Fue bonito que todos los días nos levantábamos temprano, nos íbamos a caminar y a hacer ejercicio, y regresábamos a casa, hacíamos juntas oración en las Laudes de la mañana consagrando nuestro día y pidiendo por todos;  y después cada una nos íbamos al hospital a hacer nuestra propia tarea laboral. Pudimos compartir, convivir y aprender juntas en esta experiencia misionera.  Compartimos la vida con los indígenas, parte de su cultura, aprendimos a hablar algunas palabritas en Tzeltal como: Jocolawal = Gracias, Cashan = pase, ¿ban ti cux? = ¿dónde le duele?, respire profundo = icha ik!, etc. Disfrutamos el sabor del Pozol que es su bebida popular hecha con maza de maíz y agua, comimos sus ricas gorditas de calabaza, que son rellenas de frijol… fue algo muy especial conocerlos, curarlos, escucharlos, animarlos y motivarlos, darles una palabra de aliento y esperanza, hablarles del amor de Dios, confortarlos espiritualmente especialmente cuando alguno de sus familiares estaba grave o fallecía en el hospital…

Hicimos nuevos amigos, tuvimos buenos compañeros de trabajo y encontramos gente buena en las calles, en los comercios, en la iglesia y hasta en los lugares turísticos a donde tuvimos la dicha de trasladarnos y conocer…  En el último mes, Rocío pudo estar haciendo misión también con los niños, en un barrio de la periferia, donde son indígenas y carecen de muchas cosas, en especial de la educación, Chío pudo ayudarles un poco con sus tareas, a que aprendieran a leer y escribir los que aún no sabían, y hasta dio clases de computación a algunas jóvenes. Yo la acompañé en algunas ocasiones, ya que me la pasaba más en el hospital dando consulta y haciendo guardias de 24 horas y a veces turnos de más carga horaria, en este aspecto era pesado trabajar así, pues eran jornadas muy largas y sobrehumanas poder aguantar mucho tiempo con este ritmo… Pero aunque fue poco tiempo el que estuvimos compartiendo con los niños y sus familias, fue algo muy bonito y reconfortante como misioneras… Creo que para Rocio lo fue aún más intenso, pues fue su propia iniciativa…

Y, como ley de la vida, hubo cosas positivas y negativas en este tiempo de misión, algo de lo más negativo o decepcionante, fue que no pudimos actuar con los enfermos, el personal y la gente, como nos hubiera gustado; tuvimos demasiadas limitaciones y obstáculos, ya que las religiosas Vicentinas (Hermanas de la Caridad) quienes son las que dirigen este hospital, tenían un sistema muy cerrado y les costaba abrirse a los cambios…

Además, no pudimos entrar a las comunidades indígenas, donde queríamos hacer un proyecto con nuestro apostolado y trabajo pastoral misionero, ya que actualmente está fuerte el conflicto zapatista y existen enfrentamientos y divisiones entre los mismos pueblos. No dejan entrar tan fácil a sus pueblos.  Por esta razón, ha sido difícil para el mismo párroco, para las religiosas y demás voluntarios y otras organizaciones que quieren trabajar en estas tierras para ayudar a combatir esta pobreza material y espiritual que existe.  Hasta para la misma evangelización ha sido difícil, pues hay diferentes religiones y sectas que se están infiltrando, es triste ver que hay pueblos donde tienen varias iglesias de diferentes religiones y conocimos algunos donde no tienen ninguna iglesia católica, pero sí de otra religión.

Realmente hace falta que vayan más misioneros, laicos, sacerdotes y religiosas a estas tierras…
Aunque fue poco tiempo el que pudimos estar en Altamirano y que hemos decidido salir por el momento, yo no me quedo convencida de retirarme, renunciar y no regresar jamás a estos pueblos, que están tan pobres y abandonados… ha quedado una gran inquietud en mi interior, pues sé que necesitan ayuda. Es ahí donde la misión llama, es ahí donde vemos los Cristos sufrientes, es ahí donde es preciso misionar y dar la vida, cargando nuestra propia cruz con ellos que llevan una cruz que pesa más y que unidos podemos cargarlas y hacer que pesen menos. Es en estas tierras donde hay que ir a hacer promoción humana, para que se desarrollen y alcancen su propia dignidad de seres humanos. Es necesario que sientan que también ellos son hijos de Dios y merecen ser felices en esta tierra.
Yo creo fielmente que no es imposible y con el corazón en la mano, les digo que podemos encontrar una alternativa y una forma de armar un proyecto misionero… mayormente como laicos podemos actuar investigando y buscando apoyo en alguna Institución o en una ONG nacional o internacional, en la Congregación Comboniana, en la Diócesis, o tal vez en otras opciones, para trabajar en estos pueblos de Chiapas, ya que realmente es uno de los Estados más pobres y necesitados de nuestro país. No estoy contenta con decir fui y trabajé y conocí grandes maravillas de la naturaleza, pues aún me está taladrando en mi mente y en mi corazón todos esos rostros de sufrimiento, amargura, dolor, enfermedad, depresión, impotencia, tristeza, desesperación, sed de Dios y hambre de dignidad humana… Que Dios nos ayude a ayudar, los Laicos tenemos muchas capacidades y potencialidades, tenemos muchas locuras, pero que son buenos deseos y sobre todo, tenemos ese espíritu misionero de caridad, y esa alma retadora, pero que a veces solos no podemos, necesitamos gente y recursos; y una cabeza no piensa igual a muchas, los invito a reflexionar en esto y si como LMC de México y el mundo algún día podemos lanzarnos en acción por los indígenas de Chiapas, hagámoslo. Aunque sé que tenemos otros lugares de misión donde se necesita de los LMC, somos conscientes que a veces no podemos cubrir esas necesidades ya sea por falta de economía o hasta por falta de salud personal, meditemos y luchemos por ir cubriendo esos pueblos que no están tan alejados ni en climas y ambientes tan difíciles, y que sí es más posible poder ir y dar lo mejor de nosotros con todo lo que somos y tenemos.  Oremos a Dios para que siga bendiciendo a todos los indígenas del mundo, a los Afroamericanos y a los Africanos… Que San Daniel Comboni interceda por ellos y por todos sus misioneros.

Saludos a todos de su amiga: ISA. LMC.

Último día del XVIII Capítulo General en Roma

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capitularesAhora es el momento de llevar el Capítulo a la vida del Instituto”, con estas palabras, el Superior General saliente Padre Enrique Sánchez González, que ha presidido la misa del conclusión del XVIII Capítulo general, ha invitado a los delegados a transmitir a todos los hermanos el espíritu y el mensaje de estas semanas vividas en fraternidad. Hoy, el último día del Capítulo, el P. Enrique Sánchez ha leído el decreto formal de clausura del Capítulo después de haber sido aprobado por los capitulares.

A las 11:30 se ha iniciado la celebración eucarística de conclusión del Capítulo. Durante la homilía el P. Enrique ha subrayado tres palabras: coraje, alegría y esperanza. Ha invitado a cada uno a renovar la esperanza en el amor de Dios, fuente de nuestro empeño misionero, para llevar con mayor alegría el anuncio del Evangelio a los más pobres en la periferia del sufrimiento.

La novedad del Capítulo –dijo P. Enrique– es que “el Señor no se ha cansado de nosotros, él todavía está con nosotros… y lo mejor está por venir”.

Al final de la celebración eucarística, el nuevo Superior General P. Tesfaye Tadesse ha agradecido al P. Enrique y su consejo su dedicación y entusiasmo como guía del Instituto en estos últimos seis años. También la Superiora General de las Combonianas, Luzia Premoli, que ha participado en la eucaristía con algunas de sus hermanas, ha expresado gratitud por la colaboración experimentada durante estos cinco años con la dirección de los combonianos.

La celebración en la Capilla principal ha sido seguida con una comida fraterna.

www.comboni.org

El Padre Tesfaye Tadesse ha sido elegido Superior General

TesfayeHa sido elegido Superior General de los Misioneros Combonianos, por casi todos los capitulares, el P. Tesfaye Tadesse Gebresilasie [en el primer plano en la foto], de 46 años. Era Asistente General, responsable de la Formación de Base y de las provincias y delegaciones del África anglófona (excepto Eritrea) y Mozambique. El P. Tesfaye nació el 22 de septiembre de 1969 en Harar (Etiopía). Es el primer africano que toma la responsabilidad de Superior General.

Después de la votación, el Superior General saliente, P. Enrique Sánchez González, ha pedido al P. Tesfaye si aceptaba el encargo. Esta ha sido su respuesta:

“Queridos hermanos, quería decir alguna cosa:

  1. Gracias por la confianza y la misericordia que me habéis demostrado, tanto en la votación como en el diálogo personal con algunos de vosotros. He recibido solidaridad y apoyo: gracias de corazón. Quería agradecer también a los hermanos que han expresado alguna reserva y vacilaciones. Estoy de acuerdo con vosotros. Yo también tengo miedo y dudas. Gracias por vuestro realismo.
  2. Pequeño. Nuestro Instituto, comenzando por S. Daniel Comboni, es grandísimo, es una familia bella de discípulos y de mártires por la misión, por África, que está cerca de los pobres. Nuestro Instituto tiene también sus problemas. Delante de esto, me siento pequeño, un pequeño hermano que ha hecho la experiencia de gran perdón de Dios y de sus hermanos. Me siento pequeño delante de la grandeza del Instituto.
  3. Respeto. Una de las responsabilidades del Capítulo General es dar al Instituto un Consejo General y ahora a elegido al coordinador de este Consejo General. Yo respeto el diálogo, el discernimiento y la votación. Por respeto a aquellos que me han votado y por todo lo que representa esta votación, después de haber rezado, haber contactado a mi director espiritual y otros, sobre todo el ánimo del P. Enrique y de los consejeros generales, yo, por la gloria de Dios y confiando en su ayuda y la del Consejo General, de la Dirección General en Roma y de los superiores de circunscripción, humildemente, pidiendo misericordia, acepto servir como Superior General.”

Después de aceptar, el P. Enrique Sánchez, siguiendo el protocolo de la elección prevista en el estatuto aprobado el 18 de septiembre de 2015, ha dicho:

Habiendo el Reverendo Padre Tesfaye Tadesse Gebresilasie, alcanzado el número de votos suficientes, en el nombre del Capítulo, yo, el P. Enrique Sánchez González, declaro electo al Rev. Padre Tesfaye Tadesse Gebresilasie, Superior General de la Congregación de los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.

Encuentro LMC México

Grupo MexicoHola querida familia misionera Comboniana,

Llegó el mes de la patria y con él nuestro encuentro mensual misionero comboniano. Los LMCs de México, D.F. nos reunimos en la sede del noviciado continental. Después de instalarnos, el Hermano Joel nos invitó a la cena. La cocina ya estaba en movimiento con Bayro preparando el agua de melón, José calentando la sopa, Roger poniendo la mesa y Delio organizando la comida en el “carrito del sabor”. Después de compartir el pan, pasamos a nuestra hora santa a la luz de las velas, entre salmos y oraciones nos descubrimos delante del Señor necesitados de su fuerza, y de su amor para continuar en su servicio.

Después de un buen descanso, nos dispusimos a iniciar el domingo con la oración de los laudes, dirigidos por Juanita, tuvimos el desayuno preparado por las hermanas de la Congregación Oblatas de Santa Martha, y la celebración eucarística que compartimos con la comunidad; y un grupo juvenil que se encontraba realizando un retiro. El Padre Anastasio, MCCJ, durante la homilía nos recordaba que nuestro encuentro con Jesús nos debe llevar a buscar la sanación espiritual antes que el bienestar físico o económico. Nos invitaba a salir de nosotros mismos siguiendo el ejemplo de Jesús; a compartir con el otro, a mostrar nuestro entusiasmo y así, al ayudar a otros, vamos transformando nuestra vida y dando testimonio.

La Hermana Ma. Elena compartió con nosotros el tema de la mujer en el plan de Comboni. Y entre reflexiones y escritos fuimos descubriendo juntos qué pensaba San Daniel de la mujer, como la valora, le exige, la protege, la trata como un igual, la considera una fortaleza para la misión. Uno de los escritos más conmovedores fue una carta dirigida a su madre, Domenica Pace, a la cual habla con mucha ternura.  Finalmente, no podíamos partir sin organizar las actividades del mes de octubre y agradecer a Dios este encuentro, que vivimos con alegría en medio de la Familia Comboniana.

Martha coordinadora LMC de México

Tres “dichos” de Jesús

Comentario a Mc 9, 38-48 (Domingo XXVI T.O., 26 de septiembre del 2015)

jesus

Los evangelios, además de narrar episodios de la vida de Jesús y reproducir las parábolas que contaba, recogen y organizan, cada evangelista a su modo, colecciones de “dichos” que Él seguramente pronunció en distintas ocasiones y  que los primeros discípulos recordaban de memoria, compartían entre sí y transmitían a los nuevos discípulos como un tesoro de sabiduría y una guía práctica para sus vidas. En el texto que leemos en este domingo podemos identificar tres de estos dichos, que yo entiendo de la siguiente manera:

1.- El bien no tiene fronteras religiosas o de otro tipo. El dicho exacto de Jesús es “quien no está contra nosotros está con nosotros” y lo dice porque algunos querían impedir que personas que no pertenecían al grupo de los discípulos actuasen en su nombre. Es como si hoy prendiéramos que un no cristiano no ayudase a los pobres, porque no es cristiano. Cualquier bien, venga de donde venga, es una participación de la bondad de Dios. Debemos reconocerlo, agradecerlo y alegrarnos.

2.- Un vaso de agua puede tener un valor infinito. Jesús dice exactamente: “Quien dé un vaso de agua en mi nombre, no perderá su recompensa”. A veces hace falta poco para alegrar la vida de una persona, para hacer que se sienta respetada, para darle esperanza ante las dificultades. Dar un vaso de agua es signo de acogida, de respeto, de disponibilidad a “echar una mano” si hace falta. El que da un vaso de agua al que lo necesita, está abierto al otro y quien se abre al otro se abre a Dios. ¿Cuál es el “vaso de agua” que yo puedo ofrecer a las personas que encuentro e mi alrededor?

  1. ¡Ojo con ser un tropiezo para los pequeños! Marcos recoge aquí varias sentencias que tienen como elemento común una referencia al “escándalo”. Sabemos que esta palabra significa, en realidad, “tropiezo”, es decir, “zancadilla”, hacer que una persona indefensa caiga. Jesús, que es bondadoso y lleno de ternura, se vuelve serio y duro cuando alguien profana la casa de su Padre (el templo) o cuando alguien quiere hacer tropezar a los pequeños, a los “pobres de Yahvè”, a los que sólo tienen a Dios en quien confiar. Con los “pequeños” de Dios no se juega. Al mismo tiempo, Jesús nos dice algo así como: “No te hagas trampas a ti mismo”; si algo te está haciendo daño, no pactes con el mal, córtalo de raíz, escoge el camino del bien con decisión y claridad.

Como cada domingo, al celebrar la Eucaristía y escuchar estas palabras de Jesús, le decimos: Amén, gracias, quiero que estas palabras iluminen mi vida de hoy y de siempre. Ayúdame a hacer que sean verdad en mí.

P. Antonio Villarino

Roma