Después de vivir con vosotras la preparación para partir a misión, era muy emocionante pensar en llegar a la tierra que ahora es vuestro hogar. Parto para el reencuentro de Perú, mi primera misión hace 9 años, y a reavivar la llama de mi vocación.
Aitana, LMC España
Los días van siguiendo en la misión de Villa Ecológica y mientras caminamos por entre las gentes que nos acogen hace ya largos meses deseamos aumentar nuestra comunidad y de alguna forma compartir nuestra vidas y nuestra experiencia de un Jesús misionero. La llegada de alguien a la misión es motivo de ilusión para nosotras, poder compartir lo que somos ahora transformadas por la misión y poder vivir eso con alguien que nos vio nacer en cuanto comunidad. Todas las conversaciones, todo lo que compartimos hasta ahora en palabras y reflexiones nuestras, ahora se vuelven de carne y hueso a través de los rostros que acogen la llegada de Aitana.
Andrea y Paola, LMC Portuguesas
El reencuentro se hizo real en un cálido abrazo en el qué fundimos las tres. De nuevo juntas. Paso a paso vamos ahora poniéndonos al día. En verdad pasó un año desde nuestra experiencia comunitaria en Granada, aquella que fue una experiencia profunda en el comienzo de nuestro camino, y parece que no ha pasado el tiempo. Seguimos caminos distintos pero siempre con la misión en el corazón, enraizadas en ese querer hacer de nuestras vidas mil vidas para la misión. Éste que fue un grito de Comboni sigue siendo la llamada que nos hace dejar la playa rumbo al mar.
Los primeros días transcurren entre presentaciones y bienvenidas, inculturándose poco a poco a las gentes y a la historia de un país. Desde conocer el mercado local hasta participar de las actividades en la cuna y con el grupo de los mayores pasando por visitar a las familias. Desde participar en la eucaristía hasta compartir oración con la comunidad MCCJ pasando por nuestra oración comunitaria. Juntas seguimos descubriéndonos y descubriendo la misión de nuestras vidas.
Comunidad LMC Ayllu, Perú
Aitana, Andrea y Paola