Queridos amigos y amigas,
Salí de Portugal el 6 de marzo de 2019 y llegué a Etiopía el 6 de marzo de 2011. Soy más joven.
Gracias a todos y todas por las manifestaciones de cariño y de amistad. En mis oraciones me pongo en el corazón de Dios porque Él, que nos ama a todos y cada uno de nosotros en particular, sabe lo que es mejor para cada uno de nosotros.
Por eso estoy aquí en Etiopía. Porque Él, que me ama, sabe lo que es mejor para mí. No sé hasta cuándo. Sólo sé que estoy y cada día es una aventura nueva, un deseo sincero de vivir la misión hacia donde me envió.
¡Estoy bien! ¡Mejor que eso, estoy feliz! Me encuentro en la casa provincial de los MCCJ de Etiopía, en Addis Abeba. Esta será mi casa durante los próximos meses, mientras estoy aprendiendo el amárico.
El amárico es una lengua difícil. Pero, gracias a Dios, hasta ahora, aún no caí en la tentación del desánimo. Me fortalece el deseo de estar cerca de las personas, de hablar con ellas, de hacer comunión. Y, sin saber amárico, eso es casi imposible o incluso imposible.
Estoy enamorado de Etiopía. Sé que voy a tener momentos difíciles y duros, de duda y de desesperación. Pero ahora estoy enamorado. Y quiero vivir este momento con intensidad, porque es único.
Vivo en comunidad con los MCCJ en Addis Abeba y me siento comunidad. Desde el principio me han acogido maravillosamente. Nuestro día comienza con la Eucaristía y las laudes a las 6:30; después del desayuno, voy a las clases, que empiezan a las 8:30 y terminan a las 12:00 y, después de almorzar, inicio el tiempo de estudio. A las 18:45 rezamos vísperas y, después de cenar, normalmente, convivimos un poco.
Nuestra casa está casi siempre llena. Por aquí pasan muchos misioneros camino a sus misiones en África. Ya tuve la oportunidad de conocer a algunos sacerdotes y hasta obispos. Ya encontré historias lindas y escalofriantes. Cuán dura es a veces la misión… Pero siempre bella. Nuestra vida está en manos de Dios.
Ya tuve la oportunidad de estar unos días en Hawassa con los LMC aquí en misión. Qué bonito fue. Hasta tuvimos un pastel para conmemorar mi llegada. En la formación aprendemos que debemos recibir bien a los nuevos LMC. Pero recibir esa calurosa acogida y cariño es, de hecho, extraordinario. Estoy agradecido a nuestros LMC en Etiopía por eso.
En Hawassa, durante un paseo en bicicleta, pinché las dos ruedas. Fue un buen bautismo. Este fin de semana participé en un retiro de los Comboni Friends. Fue muy bonito.
La celebración de la Pascua, aquí, será una semana después de la celebración de la Pascua en Portugal. Aprovechando una semana de vacaciones, voy a conocer la misión con los Gumuz, el pueblo con quien, si Dios quiere, voy a trabajar. Estoy entusiasmado. Después os contaré cómo fue.
A todos vosotros y a vuestras familias os deseo una santa Pascua y no se olviden de que Dios nos ama.
Estamos juntos en el amor de Dios.
Pedro Nacimiento, LMC