Ya llevamos una semana en Etiopía y parece que fue ayer cuando tomábamos el vuelo.
De momento ha sido una semana de bienvenidas y para comenzar a conocer.
Un primer día en Addis Ababa donde conocer la casa provincial, encontrarnos con el P Julio Ocaña con el que compartimos nuestro tiempo de preparación en comunidad cuando salíamos a Mozambique. Lo recordábamos como unos momentos muy especiales donde nosotros partíamos por primera vez a África y él también se preparaba de cara a la misión. Ahora tras casi 18 años nos volvemos a encontrar, en Etiopía, cada uno de nosotros con un poco más de historia.
También un momento especial para saludar el P Juan Núñez. Tras muchos años. Cuando le conocimos él era provincial de España y nosotros comenzábamos como LMC. Hasta ahí los viejos conocidos, a partir de ese momento muchos otros combonianos de la provincia que nos han acogido con mucho cariño.
Nuestro viaje a Awassa fue muy bueno, con parada en un precioso lugar junto a uno de los grandes lagos de la zona. Siempre es bueno viajar en coche pues te da una perspectiva del estado del país, sus carreteras, pueblos, cultivos. Inevitable comparar con nuestra experiencia en Mozambique o en otros países. Descubrir tantos campos arados con bueyes o la infinidad de burros que tiran de las carretas con las que muchos transportan el agua, las patatas y demás.
Por fin llegar a Awassa, capital de los estados del Sur. Conocer al P Mansueto, superior de la casa, que nos acoge muy bien, atento a las distintas necesidades, y el resto de la comunidad. Ésta es casa de paso para las diferentes comunidades del sur, así que de vez en cuando llega algún misionero para hacer compras, arreglar el coche o recoger correo.
Y cómo no, por fin encontrarnos con nuestra querida comunidad LMC. Mark fue el primero en llegar a casa de los combonianos al saber de nuestra llegada y sin deshacer maletas fuimos a saludar al resto de la comunidad (a poco más de 5 minutos de la casa). Allá nos encontramos con Maggie y sus tres hijos, Emebet, Isayas y Teibe, así como con Magda y Madzia. También con un bonito cartel de bienvenida que habían hecho los pequeños de la casa y una buena cena donde ir entablando conversación.
Es lo bonito de la internacionalidad, donde canadienses, polacas y españoles compartimos y nos encontramos como miembros de la misma familia.
Cada día vamos teniendo una actividad diferente. Cada miembro de la comunidad nos va acompañando y mostrando los lugares y actividades donde están empeñados y sacan tiempo para ir mostrándonos la ciudad y sus diferentes lugares (pero esto lo dejaremos para la siguiente entrada).
Siempre atentos a nosotros, con un nuevo plan cada día, y algo nuevo por descubrir en cada momento.
Una experiencia que como familia agradecemos y esperamos sacar el máximo provecho.
Un saludo a todos.
Bendiciones Alberto. Que Dios los cuide. Un abrazo!!
Gracias Andrea
Está siendo una experiencia muy buena como familia.
Estamos muy agradecidos por esta posibilidad y por la acogida que estamos recibiendo allá donde vamos.
Buen negocio hace quien dando la vida lleva balones y trae el alma llena de emociones y experiencia. Un abrazo.
La verdad es que es un negocio redondo. Estamos aprendiendo tanto… Un abrazo