Tal como se decidió en la reunión anterior, tuvimos nuestro retiro el pasado 21 en Mafi-Kumase donde reside nuestro capellán. El tema del retiro fue la reconciliación. El horario de la jornada fue de la siguiente manera: en primer lugar la charla, el desayuno, la confesión y la oración personal, el almuerzo, la meditación personal, la segunda charla y la misa.
El desarrollo del tema se hizo en tres partes principales: la definición de la reconciliación, un terreno fértil para la reconciliación y los obstáculos para la reconciliación.
La reconciliación es un don de Dios. Él es el iniciador que busca a los perdidos para restaurar la armonía. La reconciliación es necesaria para mejorar nuestra relación con Dios, los demás y con nosotros mismos. El padre dijo que los pecados nos separan de Dios. Entre las tierras fértiles, nuestro Capellán mencionó la admisión de responsabilidad, el construir relaciones, la necesidad de que el ofensor y el ofendido vean la necesidad de mejorar su relación, la paciencia, la tolerancia y la humildad. El ofendido tiene que dar al ofensor el beneficio de la duda. Esas son algunas de las actitudes que llevan a la reconciliación. Para los obstáculos, mencionó la terquedad del ofensor, el orgullo de ambos, la vergüenza, el sentido de la justicia, la intolerancia, la ira, adivinando los motivos ocultos de la gente y el hecho de tomar represalias.
A veces, la cultura también no crea un ambiente propicio para la reconciliación. Es un hecho, por ejemplo, que en algunas culturas se cree que la persona de edad avanzada no puede estar equivocada. Para un joven que tienen razón aceptar esta parte de la cultura hasta reconciliarse con su ofensor es un gran desafío.
Antes de la misa, decidimos poner la próxima reunión el 11 de abril. También elegimos Vivian Mackenzie como nuestro tesorero. Justo después de la misa partimos para casa.
Justin Nougnui, coordinador.