El grito de los excluidos, es un movimiento que sale a las calles el 7 de septiembre, día que se conmemora la independencia de Brasil.
Este grito es una manifestación del pueblo que denuncia como el gobierno no representa la voluntad popular, sino que, por el contrario, defiende los intereses de las élites.
Ya que no podíamos participar de esta manifestación simbólica y no pudiendo quedar indiferentes a esta causa, realizamos en la parroquia de Santa Luzia, una vigilia de oración por Brasil la noche del día 6. Fue un momento muy bonito y cargado de simbolismo, en el que unimos nuestros corazones a Cristo y recordamos el sufrimiento de los que son perseguidos y de todos los que ven negados sus derechos. Pedimos por un país más justo y una vida más digna. En este momento de encuentro con la comunidad y con Dios sentí mi corazón en alabanza, dando gracias por este pueblo:
… que se une en oración;
… que no baja los brazos ante las adversidades;
… que no sólo apunta el dedo, pero también se manifiesta ante los gobernantes corruptos;
… que no pierde la esperanza;
… que me enseña todos los días que parar es morir, que sufrir es vivir y que el amor es siempre posible.