Por las víctimas de los numerosos conflictos armados que tienen lugar hoy en día, especialmente los niños, las mujeres y las familias inocentes que sufren tanta violencia. Que el Señor de la paz toque el corazón de los responsables de tales males y los detenga. Oremos.
Dios transforme nuestro corazón de piedra y nos haga sensibles ante las injusticias para saber promover la paz en nuestros entornos; siendo fermento de luz en la oscuridad.