Una casa pequeña, un patio amplio, una salita y una cabina azul fueron los espacios para el encuentro entre una mujer laica que fungió como conductora, una mujer anglicana, dos representantes de la comunidad Hare Krishna, una profesora agnóstica en línea, dos mujeres LMC, un sacerdote comboniano y el Coordinador de Asuntos Religiosos del Estado. ¿El asunto? Discutir si era posible hablar de un feminismo desde el punto de vista religioso. Crisol de la Alegría, Radio y Televisión fue el anfitrión gracias a la invitación del Padre Mario Escalera, Coordinador del Diálogo Interreligioso en Monterrey.
Se habló de la historia del feminismo, las principales representantes, las luchas que mujeres de antaño tuvieron que librar con el fin de obtener logros que hoy son una normalidad para quienes nos tocó vivir en esta época.
¿Se puede hablar de un feminismo desde la diversidad religiosa? A lo largo de la historia ha existido, sí,un patriarcado que oprime, sin embargo, las organizaciones religiosas hemos ido abriendo paso a hablar cada vez más de los derechos y responsabilidades que tienen las mujeres no sólo en el ámbito de las asociaciones que promueven distintas formas de fe, sino también en la cotidianeidad que ve a las mujeres cada vez más como pilares importantes de la dinámica de las sociedades.
¿Existe una Secretaría para la Igualdad e Inclusión? Sí, hay esfuerzos en el actual gobierno como la creación de la Secretaría de Inclusión y la Secretaría de la Mujer con el fin de impulsar una educación en el respeto de los derechos de las mujeres y la promoción de sus facultades como ciudadanas creativas, agentes de cambio y personas responsables de la vida productiva.
¿Qué pueden hacer las mujeres desde sus trincheras para lograr la no violencia contra la mujer? Definitivamente, la sororidad es una respuesta importante. Esa empatía y acompañamiento en el dolor de aquella que tiene en otras mujeres un apoyo que la llevará a descubrir formas nuevas de superar las barreras que, a causa de las desigualdades de género, se viven aún hoy en día, será lo que nos ayude a vencer no sólo a la violencia, sino también a las distintas formas de discriminación y desventaja.
¿Cómo podemos educar a los hijos para ver al Dios padre-madre sin patriarcalismo religioso? Comenzar a promover la imagen de un Dios que no sólo es padre sino también madre, es decir, un Dios que, así como él mismo se presenta, sólo “es”, sin distinción de género ni raza.
Como comunidad cristiana, ¿cómo podemos sumarnos a la lucha feminista? No es absurdo pensar en mujeres de fe que luchan desde sus trincheras por un cambio que beneficie no sólo a ellas mismas, sino a la sociedad en general; que se busque la integración de los esfuerzos femeninos y masculinos para la construcción de un mundo en paz, solidario, inclusivo, que defienda la vida digna y la cooperación para lograr avances tecnológicos, sociales, científicos, educativos, económicos, políticos y, por supuesto, un crecimiento en nuestras instituciones religiosas que comparten una fe liberadora que promueva el amor.
Definitivamente, sí es posible un feminismo desde la fe, entendiendo nuestras doctrinas como una fuente de sabiduría para la convivencia en armonía y teniendo como premisa que son las personas y no los géneros quienes deben importar, pues ante los ojos de Dios, la dignidad de cada uno y cada una es la misma.
Por: Silvia Tapia Jiménez (LMC de Monterrey, N.L., México)