El 4 de noviembre tres Laicas Misioneras Combonianas comenzamos la última fase de formación para partir a misión.
Es un tiempo de experiencia comunitaria. Ahora formamos nuestra pequeña comunidad, viviendo en la casa de los Misioneros Combonianos en Cracovia. El objetivo de estos cuatro meses que estamos viviendo juntas, es prepararnos para salir a misión a Uganda, adonde iremos el próximo año.
La experiencia comunitaria es un tiempo para crecer en la fe y enriquecernos mutuamente. Será una experiencia muy interesante para nosotras, pues tendremos la oportunidad de conocernos los unos a los otros, aprender a vivir juntos, compartir las alegrías y las penas.
Esta última fase de la formación es muy activa y con muchas y diversas actividades – ¡así que tenemos muchos planes! Adquiriremos el conocimiento necesario, pero también nos comprometeremos en varias actividades. Lo primero de todo es continuar creciendo y profundizando en nuestra fe. Hemos comenzado un curso de Biblia y teología, que busca ampliar el conocimiento de la fe, la religión y la Biblia. La formación que recibamos nos servirá tanto para el trabajo en misión como aquí en Polonia.
También estamos conociendo mejor la figura de S. Daniel Comboni, su espiritualidad y carisma, aprendiendo cómo amar a la gente, los que están cerca de nosotros – los más pobres y abandonados. Hay cosas que sólo las puedes aprender mediante acciones o actividades específicas, por eso comprometernos en trabajos voluntarios es muy importante. Cada una de nosotras hará voluntariado en distintas instituciones, porque la ayuda comienza aquí, a nivel local. Debemos ser capaces de ver a aquellos que están cerca.
El aprendizaje de la lengua también es muy importante. El inglés es la lengua oficial en Uganda, así que estamos estudiándolo ahora en Polonia para evitar la barrera del idioma. También participaremos activamente en la animación misionera y en encuentros y retiros con los Misioneros Combonianos.
Los últimos meses antes de partir son una locura, porque tenemos que hacer un montón de cosas formales. Tenemos que encontrarnos cada una con nuestros obispos para informarles de nuestra partida. También estamos visitando un centro de Formación Misionera, donde podemos conocer a otras personas que se preparan para salir a misión (laicos, padres y religiosas).
Así que tenemos un montón de trabajo. Sabemos que cuatro meses pasan muy deprisa y tendremos que decir adiós. Esperamos que este tiempo de experiencia comunitaria sea bueno para todos – tiempo de trabajar, estudiar y crecer espiritualmente. Os pedimos a cada uno que recéis por nuestra comunidad y por cada una de nosotras.
Asia Owanek, Laica Misionera Comboniana