El pasado 5 de marzo, en la casa de los Misioneros del Verbo Divino en Lisboa, pudimos participar en el Seminario sobre “Trata de personas”, organizado por CAVITP y guiados por la hermana Gabriella Bottani, misionera comboniana italiana.
La trata de personas es una realidad compleja que violenta la vida de personas concretas, de sus familias y comunidades. Se requiere un enfoque, inteligente, con corazón, coraje, estructurado, profesional y sobre todo en red.
No fue casualidad que la frase elegida para la apertura de la reunión fuese ” Lleva la barca hacia aguas más profundas, y echen allí las redes para pescar” (Lc 5,4).
Por eso nos preguntamos: ¿Cuáles son estas aguas más profundas en nuestras vidas: nuestra confianza en Dios, nuestros miedos y debilidades, nuestra mirada a las heridas de nuestros hermanos, el amor a Dios y al prójimo…?
La red presentada, esa ya era concreta. Fundada en 2009, la red “Talita Kum” es la Red Internacional de la Vida Consagrada Contra la Trata de Personas. En el fondo una red internacional de redes, que reúne deseos y conocimientos en la lucha contra este flagelo que destruye tantas vidas.
El enfoque de este problema tiene muchas facetas.
En la prevención más que advertir de los peligros que pueden acechar detrás de una oferta de trabajo atractivo al otro lado del mundo, importa dar perspectivas de vida feliz en el medio donde las personas viven, proponer alternativas que enganchen positivamente a las personas en un proyecto de vida con sentido.
La advertencia debe ser lanzada en varios niveles, especialmente en la educación. Porque todos podemos tener que ver con esto, en comunidad, desde avisar sobre las situaciones, la denuncia, la protección de las víctimas y familiares (dos caras de una realidad que pueden estar separadas por miles de kilómetros).
El estudio y la investigación del fenómeno también son cruciales para una lucha metódica y cada vez más coordinada y eficaz, multidisciplinar… porque la resolución de los problemas causados a la vida de las personas nunca se limita al ámbito policial. Se requiere un punto de vista psicológico, sociológico, espiritual, una atención integral que no puede estar limitada a corto plazo.
Durante la reunión también se presentaron algunos testimonios reales de personas rescatadas de las redes de tráfico. Historias reales que relatan la grandeza de las víctimas que atravesaron océanos de dolor y miedo y fueron capaces de volver enteras a la vida… sin duda con muchas cicatrices, pero de pie, ejemplos de coraje y signo de esperanza para todos nosotros.
Me llamó la atención especialmente el testimonio de una madre que al ver como a su hija al regresar a casa seguía siendo etiquetada y estigmatizada por la propia comunidad de origen exclamaba de dolor: ¡…pero ella es mi hija!
Cuan diferente será el mundo, cuando seamos capaces de mirar así a todas las víctimas… con una mirada de amor. Seremos entonces verdaderos contemplativos porque, como dice el Papa Francisco, quien ama contempla (cf. EG 199).
Por último, como un desafío, comparto aquí el reto de la red Talitha Kum sobre lo que cada uno de nosotros puede hacer para unirse a esta causa. ¡Manos a la obra!
¿Qué puede hacer para ayudar?:
- Informarse sobre la trata de personas en el mundo y en su país.
- Contactar y conocer organizaciones en su país que comprometidas contra la trata de personas.
- Participar como voluntario en las actividades de prevención y denuncia política.
- Para apoyar esta causa con la oración.
- Apoyar y participar en las campañas contra la trata de personas.
- Comprar productos de centros de reinserción socioeconómica de sobrevivientes de trata.
- Apoyar económicamente.
“Si quieres ir rápido, ve solo.
Si quieres llegar lejos, ve acompañado”.
(Proverbio africano)
Pedro Moreira, LMC