El fin de semana del 21, 22 y 23 de febrero la comunidad de vida de Porto se unió a la parroquia de Grijó por otra animación misionera. La reunión se inició con una reflexión e intercambio sobre la encíclica Lumen Fidei donde pudimos reflexionar sobre la fe como la más hermosa expresión de amor a Dios. Pero una fe que camina firme en la verdad y el conocimiento, una fe arraigada en Dios y cuyo tronco fortalecemos nosotros con la verdad, con la reflexión diaria de la Palabra de Dios. Así, de hecho, “Como luz que es, la fe nos invita a penetrar en ella, siempre más para explorar el horizonte que ilumina, para conocer mejor lo que amamos. ” (LF 36).
Fue así que movidos por esta fe que siempre nos impulsa a aprender más compartimos el carisma de ser Laico Misionero Comboniano en el mundo, compartimos testimonios de experiencias misioneras, dejamos desafíos en una caminada de fe y de compromiso en un caminar de animación misionera para los jóvenes. De esta forma se dio voz al proyecto ZO KWE ZO – “Toda persona es una persona”, al proyecto de JIM (jóvenes con compromiso misionero) y compartimos con la comunidad parroquial el don del LMC. Pero para que todo esto fuese posible, muchos colaboraron con nosotros. Así pues, queremos dar las gracias a todos los que nos ayudaron, desde el párroco, el diácono, el sacristán, a todos los catequistas, el grupo de los jóvenes y el grupo de catequesis y a toda la comunidad parroquial entera que nos acogió tan bien y que generosamente contribuyeron al proyecto.
A lo largo de nuestra ruta intentamos interpelar a que cada persona en su vida, en su rutina y en su sencillez procurase seguir la llamada a la santidad, a amar a este Dios siempre clemente y misericordioso. Como nos desafió Jesucristo en el Evangelio “Sed, pues, vosotros perfectos, como es perfecto vuestro Padre que está en los cielos” (Mt 5, 48). ¡Así que también tratamos de desafiar a cada persona a seguir sin miedo la misión que le ha confiado el Señor Jesucristo y así responder con alegría a la llamada que Dios nos tiene con el evangelio!
En la despedida permaneció la gran alegría de nuestros corazones por poder compartir experiencias, alegrías y aprendizajes. ¡La alegría por la continuación de este camino en comunidad, este camino que sólo se hace caminando y en comunión con nuestros hermanos de todo el mundo!
Por Paula Sousa (Portugal)