Laicos Misioneros Combonianos

La tierra, regalo de Dios

Cuando Dios creó el mundo y se lo entregó al ser humano,

pensó en su bienestar, no en el caos que el hombre causó.

En una vida plena para todos, a la que se dedicó con mucho amor.

La tierra es un regalo divino, sin ella no hay vida.

Necesitamos cambiar el destino, transformar la realidad.

Saber que somos responsables de que la vida continúe.

Preservar lo que Dios creó, reforestar el lugar.

Limpiar ríos y lagos, respetar el océano.

Cuidar de los animales y las plantas y preservar la vida.

Cambiar nuestro estilo de vida, reciclar y reutilizar.

Usar abono orgánico y plantar nuestras hortalizas.

Cambiar nuestra agricultura y evitar las enfermedades.

Exigir a nuestras autoridades políticas públicas para mejorar.

La vida del ciudadano y el lugar donde vive.

Tener el valor de asumir que la política es para trabajar.

Mejorar la vida de las personas y respetar el planeta.

Esta es la conciencia que todo ser humano debe tener.

Que no estamos solos, que fuimos creados para vivir juntos.

Respetando a cada uno, por pequeño que sea.

Todos tienen su utilidad, todos tienen derecho a vivir.

La Laudato Si nos enseña que es posible transformar.

El papa Francisco nos muestra prácticas que podemos utilizar.

La encíclica es el camino en el que el cristiano debe inspirarse.

Regimar Costa – LMC Brasil en Mozambique

Deja un comentario

Acepto la Política de privacidad