Para celebrar la Pascua es necesario estar preparado, es eso lo que hemos hecho como grupo de Laicos Misioneros Combonianos en Sahuayo (México), hemos seguido trabajando desde nuestra realidad actual, no ha sido fácil el tener que adaptarnos a una modalidad donde tenemos que poner distancia para protegernos unos a otros, hemos cubierto nuestro rostro más no nuestro Espíritu y es así como hemos realizado las actividades que se necesitan para seguir caminando en nuestro caminar misionero. Favorablemente se llevó acabo nuestro retiro de información que ya había sido agendado por segunda vez, gracias a que Quique y Vero fijaron la fecha como coordinadores en consenso con el grupo, llegado el momento no participaron todos los que teníamos contemplados, más llegaron personas que nos cuestionaron nuestro Ser y Que Hacer del grupo.
En la Formación Juan José ha sido quien prepara nuestros temas de crecimiento, también se pide apoyo a los Misioneros Combonianos siempre han formado parte de nuestro crecimiento formativo y espiritual sumado a que en esta ocasión también estuvieron presentes las Hermanas Combonianas que nos compartieron el tema Familia Comboniana nos hicieron vivenciar la Riqueza de nuestro Carisma y los aspectos a trabajar para ser mejorados, estos momentos de crecimientos nos ayudaron a tener presente que Dios tiene una misión especifica para cada uno y que en el grupo podemos poner en común lo que cada uno posee para su mejor aprovechamiento.
Como momento culmen hemos podido celebrar la Jornada Misionera (JORNAMIS) donde los jóvenes tienen la oportunidad de compartir temas que les ayudan a su crecimiento, compartir sus sueños, expresar lo que piensan de lo que el mundo les ofrece hoy en día, conocer las vocaciones para descubrir su llamado y hacer el compromiso de ser servicial con el que lo necesita haciendo conciencia de que somos hermanos en Cristo. Este espacio a podido ser recuperado después de meses de parálisis por la pandemia y hoy vuelve a ser un apostolado para los LMC Mónica, Manuel y Ricardo que tienen la Gracia de trabajar con jóvenes.
Llegado su momento estaba ya en puerta la Semana Santa en donde tuvimos la oportunidad de celebrar en distintas formas, Familia, trabajando y algunos pudimos ir a una misión en las comunidades de Guerrero donde ya hemos trabajado como Laicos y también a comunidades cerca de nuestra ciudad más aisladas de lo común para nosotros. Nos llenó de fortaleza el vivir con personas que nos comparten lo que tienen sin esperar nada a cambio, abriéndonos las puertas de sus hogares para compartir los alimentos con cada uno de nosotros, apoyándonos en todo lo que necesitábamos y lo más importante compartiendo nuestra Fe. Fueron experiencias que nos permitieron vivenciar a Jesús Resucitado desde nuestro vivir particular moviendo aquello que debía ser purificado y transformado con su Amor.
LMC Beatriz Maldonado Sánchez