En los pasados días 19, 20 y 21 de mayo se desarrolló la 9ª unidad Formativa LMC en Viseu, con el tema “Releer y releerme – la familia y el proyecto de vida”, orientado por el psicólogo Dr. Miguel Villas Freitas.
La formación comenzó al final del viernes tarde, día 19. Después de una calurosa acogida, nos fuimos juntando, con intercambio de sonrisas, besos, abrazos y novedades. ¡Sí, son abrazos al estilo LMC, como yo les llamo, por ser bien apretados y genuinos de quien anhela encontrarse para compartir momentos únicos y muy enriquecedores!
Comenzamos el sábado con una breve introducción del formador, para que entendiésemos mejor lo que es releer: hacer una lectura detallada de los acontecimientos pasados y de mis características; Tomar conciencia de que nadie lo hace por mí; ¡Es un hacerme presente ante la “Presencia” para un encuentro conmigo mismo! Y como “cada uno de nosotros se define por las relaciones que mantiene con el otro”, este encuentro se hizo en grupo y así encontramos juntos los signos de esta “Presencia” en nuestras vidas.
A continuación, con la orientación del formador, cada miembro del grupo fue incentivado a hacer un viaje a su pasado, buscando un período de su vida donde fuera muy feliz. Después de un breve análisis sobre los motivos motivadores de esta felicidad, se nos pidió trasladar ese estado de espíritu de paz, éxito, bienestar, alegría, realización y felicidad, para el momento presente. Cada uno fue al encuentro de su perla de sabiduría que desencadenó tanta felicidad en ese período que cada uno revivió. Es necesario recuperar esta perla, traerla para el hoy, cuidar de ella…
Analizamos experiencias bíblicas de un releer interior como por ejemplo el encuentro de Jesús con los discípulos de Emaús y el encuentro de Jesús con Nicodemo. Son experiencias donde se pasa inevitablemente por las siguientes etapas: (1) Reformar; (2) Conformar; (3) Transformar; (4) Confirmar.
Quien pasa por ellas analiza las zonas de su ser que necesitan ser convertidas, busca tomar la forma de Jesús, se transforma y pasa a vivir en conformidad con esta transformación. Así, sale de sí, abandona las falsas seguridades y va hacia una lógica de entrega y servicio. ¡Pasa a buscar no sólo lo que da bienestar, que satisface, sino sobre todo lo que realiza y deja marcas más profundas en su carácter!
A lo largo de la mañana se nos proporcionaron momentos de reflexión individual, seguidos de la posibilidad de compartirlos de dos en dos y luego con todo el grupo.
Concluimos la mañana de reflexión viendo el documental “Celebrando lo que el mundo tiene de bueno” de National Geographic, riquísimo en mensajes relacionados con la búsqueda de lo más bello en este mundo.
Durante la tarde reflexionamos sobre las 24 fuerzas de carácter, eligiendo cada uno, aquellas que lo impulsan a la acción con toda naturalidad. Nos preguntamos, individualmente, sobre qué energías necesitan ser más trabajadas en nosotros mismos y cuáles son las más indispensables en la Misión como LMC.
Luego hicimos la reflexión individual, con preguntas muy específicas para responder y compartir sobre dos puntos: (1) Mi pasión; (2) Mi propósito.
En la oración de la tarde tuvimos momentos de gran interioridad y compartir. Él, Jesucristo, está allí con nosotros y su Espíritu habla en cada uno. ¡Qué bueno es estar allí reunidos en el cenáculo!
Por la noche, y para relajarnos, sin perder el espíritu de interiorización, vimos la película: “El Mordomo”.
El domingo surgieron más momentos de oración y compartir.
Se nos presentaron 3 cuadros alrededor de los cuales, deberíamos poner nuestra atención y reflexión:
1) “Jesús muestra sus heridas a Tomás”
– ¿Cuáles son mis heridas? ¿Cómo asumirlas en lugar de ocultarlas?
2) “Huellas en la arena”
– Releer momentos de mi vida en que Jesús me cogió en brazos. ¿Con quién y por quién?
3) “Reducir el tamaño de mi cruz no es solución.”
– ¿Soy consciente de que siempre que intento disminuir mi cruz pierdo la oportunidad de crecer a nivel humano y espiritual?
Buscamos un propósito individualmente para llevar a casa como desafío y punto de esfuerzo, teniendo en cuenta que sólo comprometiéndonos con el cambio podremos ser felices.
En conclusión: Sólo encontrándome conmigo, viendo cómo soy realmente, cuáles son mis heridas, qué cruz llevo y poniendo todo en las manos de Dios, dejándome transformar, aprenderé a sacar lo mejor de mí mismo para el mundo, recorreré el camino que me llevará a la misión siendo feliz en esta misión a la que estoy destinada.
Gloria Rocha