El anuncio del Evangelio
Antes de comenzar os dejamos una canción que ayude a entrar
1. El protagonista principal de la evangelización:
El Papa Francisco retoma algo que decía el Papa Benedicto XVI: “Es importante saber que la primera palabra, la iniciativa verdadera, la actividad verdadera viene de Dios y sólo si entramos en esta iniciativa divina, podremos también ser con Él y en Él, evangelizadores” (112)
2. Los destinatarios:
“Esta salvación que realiza Dios y anuncia gozosamente la iglesia es para todos…
Me gustaría decir a aquellos que se sienten lejos de Dios y de la Iglesia, a los que son temerosos o a los indiferentes: ¡El Señor también te llama a ser parte de su pueblo y lo hace con gran respeto y amor! (113)
3. Evangelización y culturas:
El pueblo de Dios se encarna en los pueblos de la tierra, cada uno de los cuales tiene su cultura propia (115). Este pluralismo muestra “la belleza del rostro pluriforme” de la Iglesia.
Algunas culturas han estado muy ligadas a la proclamación del evangelio en el mundo (pensemos a todos los misioneros que han salido de Europa... a la evangelización en el tiempo de la colonia, a la historia de la presencia comboniana en el Perú y otros países...) pero el mensaje revelado no se identifica con ninguna de las culturas; el mensaje siempre tiene un ropaje cultural, pero nunca hay que caer en la vanidosa sacralización de la propia cultura. (117).
Tampoco podemos pretender que los pueblos de todos los continentes, al expresar la fe cristiana, imiten los modos que encontraron los pueblos europeos en un determinado momento de la historia, porque la fe no puede encerrarse dentro de los confines de comprensión y de la expresión de una cultura” (118)
4. Los Evangelizadores:
En virtud del bautismo recibido, cada miembro del pueblo de Dios “desde el primero hasta el último” se ha convertido en discípulo-misionero (cfr. Mt, 28,19)… Que nadie postergue su compromiso con la evangelización, pues si uno de verdad ha hecho una experiencia del amor de Dios que lo salva, no necesita mucho tiempo de preparación para salir a anunciarlo, no puede esperar que le den muchos cursos. (120)
5. Piedad popular
El Papa Francisco retoma un pensamiento de Pablo VI en la encíclica Evangelii Nuntiandi: “la piedad popular refleja una sed de Dios que solamente los pobres y sencillos pueden conocer” y que hace capaz de generosidad y sacrificio hasta el heroísmo, cuando se trata de manifestar la fe. (123)
Esta misma sensibilidad y convicción es retomada en el documento de Aparecida.
La piedad popular es un tesoro de fe... ”piensen en la fe firme de esas madres al pie del lecho del hijo enfermo, que se aferran a un rosario aunque no sepan hilvanar las proposiciones del credo… cuantos ejemplos podemos añadir… observando la vida y la fe de nuestro pueblo peruano…
La piedad popular es una fuerza evangelizadora, hay que acercarse a ella con la mirada del buen pastor que no busca juzgar sino amar. Nunca hay que menospreciarla, sino acompañarla, alentarla y fortalecerla. (125)
6. Se evangeliza:
a) Persona a persona: …hay una forma de evangelización que nos compete a todos como forma cotidiana. Se trata de llevar el evangelio a las personas que cada uno trata, tanto a las más cercanas como a las desconocidas. Es la predicación informal que se puede realizar en medio de una conversación y también es la que realiza un misionero cuando visita un hogar. Ser misionero es tener la disposición permanente de llevar a otros el amor de Jesús y eso se produce espontáneamente en cualquier lugar: en la calle, en la plaza, en el trabajo, en un camino. (127)
Esta y toda evangelización debe ser respetuosa, amable, humilde, creativa.
b) Como pueblo de Dios: No hay que pensar que el anuncio evangélico debe transmitirse siempre con determinadas formulas aprendidas, más bien el pueblo de Dios tiene innumerables signos y gestos para transmitir el anuncio del evangelio, tan diversos que sería imposible describirlos.
(En el documento sigue una parte muy extensa sobre la homilía (=predicación dentro de la liturgia) Son los números 135-159. Sería muy importante para todos meditar esta parte con calma, sobre todo los que celebran la palabra de Dios, en Pamplona Alta, en la misión.)
7. La evangelización como camino:
La evangelización no solo tiene como objetivo despertar a la fe, sino que se pone también al servicio del crecimiento de la fe y el crecimiento en el mandamiento del amor, síntesis y resumen del mensaje cristiano, en la vida de las personas y las comunidades. San Pablo presenta a sus comunidades la vida cristiana como un camino de crecimiento en el amor: “Que el Señor los haga progresar y sobreabundar en el amor de unos con otros y en el amor para con todos” 1 Ts 3,12 (161)
También la educación y la catequesis están al servicio de este crecimiento. En la boca del catequista siempre tendrá que volver a resonar el primer anuncio del evangelio (Kerygma): “Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte y ahora está vivo a tu lado cada día para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte” (164).
Este anuncio es lo más sólido, más profundo, más seguro, más sabio que tenemos, y toda formación es ante todo la profundización de este anuncio. (165)
8. Evangelización y acompañamiento personal de los procesos de crecimiento:
En una civilización paradójicamente herida de anonimato y a la vez obsesionada y enferma de curiosidad malsana por los detalles de la vida de los demás, la Iglesia tiene que enseñar a los ministros ordenados y a los demás agentes pastorales a “quitarse las sandalias ante la tierra sagrada del otro” (cf Ex 3,5). Tenemos que ser capaces de una mirada respetuosa y llena de comprensión para que sane, libere y aliente al hermano/a en su crecimiento en la vida cristiana (169). Ojalá nuestra mirada, nuestra manera de acercarnos al otro sea un reflejo de la mirada de Jesús y ayude a experimentar al cercanía de Jesús. Más que nunca necesitamos de hombres y mujeres capaces de acompañar con prudencia, comprensión, paciencia, docilidad al espíritu y comunicación del corazón. (171)
La propia experiencia de dejarnos acompañar y curar, capaces de expresar con total sinceridad nuestra vida ante quien nos acompaña, nos enseña a ser pacientes y compasivos con los demás y nos capacita para encontrar las maneras de despertar su confianza, su apertura y su disposición para crecer. (172)
9. Evangelización y palabra de Dios:
Toda la evangelización está fundada sobre la palabra de Dios, escuchada, meditada, vivida, celebrada y testimoniada. La iglesia no evangeliza si no se deja continuamente evangelizar. (174)
La evangelización requiere la familiaridad con la Palabra de Dios y esto exige a las diócesis, parroquias y a todas las agrupaciones católicas, proponer un estudio serio y perseverante de la biblia, así como promover su lectura orante personal y comunitaria.
Algo que ver... algo que pensar... para que podamos compartir en el grupo
Os dejamos un video, sobre Villa Ecológica en Arequipa, que pone imágenes a una canción de vida.
Vida compartida con la gente sencilla
Después de leer el texto y ver el video te invitamos a reflexionar:
- ¿En tu cotidianidad la palabra de Dios es una presencia viva o es algo eventual, accesorio?
- ¿Te has preocupado por tener una formación básica acerca de la lectura y de la oración con la Palabra de Dios?
- ¿A dónde te lleva? ¿A qué te llama esta Palabra?