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Universalidad - La Cruz

Universalidad

Asamblea 2006Otro rasgo de la espiritualidad comboniana sobre el que nos gustaría reflexionar es sobre la universalidad. Decía Comboni en carta al presidente de la Sociedad de Colonia  que “La obra tiene que ser católica, no francesa, alemana ni italiana. Todos los católicos deben ayudar a los pobres negros, porque una nación sola no puede lograr socorrer a toda la raza negra… Y para conseguir esto, me parece que se deberán unir todas las iniciativas existentes hasta ahora, las cuales, teniendo desinteresadamente entre sus ojos el noble objetivo, deberán prescindir de sus intereses particulares”. Por tanto, dentro de nuestra espiritualidad y carisma se encuentra la importancia de colaborar con todos/as aquellos que estén dispuestos a trabajar por la Misión del padre, por los más pobres y abandonados, por las nuevas situaciones de “nigrizzia”. Buscar una apertura que no nos encierre en particularismos o exclusivismos. Debemos salir a las calles y promover los que justo con la colaboración de todos y todas aquellas que se sientan llamadas.

En esta apertura y búsqueda de colaboración podeos iniciar el encuentro entre todos aquellos miembros de la familia combonianas (religiosos/as, seculares y laicos/as) que sienten esa llamada del Señor bajo el espíritu de Comboni. Atravesamos ahora un momento de profunda reflexión sobre los frutos y la necesidad del carisma en la Iglesia y la sociedad. Formar una gran familia donde cada uno desde su especificidad y vocación pueda desarrollar esta expresión del carisma por el bien de los hermanos/as que el Señor pone en nuestras manos, en todos los lugares y continentes del mundo Pero también nos impulsa a la colaboración con otros creyentes y no creyentes para la consecución de la Misión. Nuestra presencia en el mundo como cristianos y combonianos nos impulsa a la creación de redes entre todas las personas de buena voluntad y como combonianos a crear redes donde los protagonistas sean los propios necesitados, salvando África con África. Una bocanada de fraternidad universal para contrarrestar el individualismo y el interés personal que a veces encontramos en el mundo que nos rodea.

Te invitamos a escuchar: Cristo también era negro 

La cruz

Curiosa e incomprensible parte de nuestra espiritualidad es la centralidad de la cruz en Comboni, su plena convicción que las obras de Dios nacen y crecen al pie de la cruz, el árbol de la vida.

La dedicación a los más pobres y abandonados tiene consecuencias, la entrega en situaciones de miseria, las denuncias de injusticias, el compromiso por los perseguidos tiene, como las tuvo para el Maestro, consecuencias. El Señor fue claro al decirnos que el que quiera seguirlo que tome su cruz y le siga. Es este aspecto tan difícil de comprender como cristianos el que Comboni exalta: “Que oren por la conversión de mis queridos infieles y para que consigamos los recursos necesarios para todas las obras del Vicariato. Pero que no oren para que nos veamos libres de la cruz, de los sufrimientos, de las penas y privaciones extraordinarias a que estamos sometidos, puesto que la cruz y las mayores tribulaciones son necesarias para la conservación, la estabilidad y el progreso de las obras de Dios, que siempre nacen, crecen y prosperan al pie del calvario”.

Esta convicción es fruto de la experiencia personal, no del masoquismo o un falso victimismo. Cuando Comboni dice: “¡Qué hermoso es sufrir mucho por Jesús y por las almas más abandonadas de la tierra, que nos han sido confiadas por el Vicario de Cristo! El corazón divino y adorable de Jesús nos ayuda extraordinariamente y nos fortalece en la cruz.” Hace referencia a sus vivencias personales. El encuentro con el Señor resucitado y crucificado de nuevo en los más pobres. La experiencia  de su presencia y compañía en estos momentos es la que fortalece esta certeza de su presencia cuando portamos su cruz. No es una experiencia comprensible por ojos humanos, pero una vez experimentada, vivida en los más momentos de mayor oscuridad, sentida en la entrega y fortalecida por el mismo Jesús, porque si no sería imposible  que uno pudiera permanecer en esa situación, sacar fuerzas para los demás… cuando uno reconoce al Señor en esos momentos de manera mucho más intensa que en otros momentos de su visa, entonces ve en la cruz el lugar privilegiado de encuentro. 

Entonces la oración como la de Comboni no es por salir personalmente de esa situación, sino que “Las oraciones, por tanto, deben hacerse para que crezca y prospere la obra de la redención de mis cien millones de infieles y la carencia de recursos no impida su desarrollo”.

Esta vivencia es difícil de formular. Como decía Comboni: “Ud. Comprende bien mi pensamiento, aunque soy incapaz de expresarlo correctamente”.

Te invitamos a ver la danza “Metanoia”.

Tarea 3: 

No sé qué habrás sacado de esta danza que nos propone Siro. Puede ser un buen momento para mirar la presencia de la Cruz en tu vida. Comboni la abrazó con fuerza y entendía la centralidad en su vida, nosotros como seguidores de Jesús no podemos vivir al margen, no es por búsqueda sino como consecuencia de la entrega a los más necesitados y oprimidos, aquellos que sufren las injusticias de este mundo. Si nos colocamos a su lado sabemos que es inevitable. ¿Entendemos como Comboni la fuerza de la Cruz? ¿Somos capaces de abrazarla? ¿Somos capaces de tomarla y seguir al Señor?... quizás podamos ser bienaventurados.