Laicos Misioneros Combonianos

Proyecto Memoria de África: María del Prado Fernández Martín

Hermana Prado

Continuamos esta serie de testimonios con la hermana Comboniana María del Prado Fernández Martín.

La hermana Prado Fernández, misionera comboniana, llegó a África en 1986 y vivió durante 30 años en distintos países del continente como la República Centroafricana, Chad o el Congo hasta el año 2016.

En esta entrevista, Prado nos habla de su trabajo como misionera en áreas cómo la sanidad, la educación o a pastoral dando a conocer a través de su recorrido. Sobre todo, el participar en las realidades de las comunidades y lo que le ha supuesto compartir con las personas.

(video en español)

¡¡André el chico al que le gusta soñar…!!

Mongoumba

Sus ojos brillan cristalinos de deseo.

Ojos que buscan el horizonte en el denso bosque.

Con la misma intensidad que ayer, su sonrisa está llena de esperanza y alegría.

Hoy, los días de escuela forman parte de un pasado cercano pero a la vez lejano.

Juega a sobrevivir con su familia

Sueña con ser algún día pasajero, conductor o simplemente observador del hermoso coche que pasa por delante de su casa.

Sueña con ropa limpia, siempre que el hombre blanco reluzca.

Sueña con el simple roce de la mano, con el saludo prolongado

Este niño descalzo de sonrisa fácil quiere ser algún día como “Tú”.

Dentro de su casa de papel verde y cola roja está el pequeño fuego que insiste en calentar el frío que se siente.

El manto rojo de esta tierra consumida por el sol, se pinta ahora con el calor incandescente de los cuerpos que se acurrucan unos con otros formando un gran lienzo, hecho de pintura humana.

Este niño quiere ser algún día como “Tú”.

Sueña con tener algún día un árbol propio, lleno de frutos para comer y compartir.

Sueña con poder entender lo que dicen los libros.

El sol asoma entre la bruma matinal, es hora de levantarse y escuchar lo que dice el viento.

El día está marcado por la pereza de la rutina diaria y repetitiva.

Hoy el pequeño André se adentra en el profundo bosque

Va al encuentro de los árboles majestuosos y antiguos, ellos son los amos de su mundo.

En esta época del año, se visten con sus más bellas y deliciosas mariposas.

Mongoumba

La familia está feliz, el perfume de las flores habla de abundancia.

En un acto rápido, todo está listo para el viaje.

Mamá, con un bebé atado al pecho, una cesta a la espalda y sobre la cabeza lo que se olvidó, serpentea por el camino ya trazado por el tiempo.

Papá, machete en mano, se abre paso, pues los árboles insisten en tapar lo que es suyo.

André imita a su padre con el pequeño cuchillo sin mango, rasga las densas hojas como un verdadero niño del bosque, hace vida con su alegría, puede soñar con cosas que no son suyas, pero su piel sudorosa brilla con el orgullo y el honor de ser pigmeo.

Cristina Sousa, Laica Misionera Comboniana

Bangui, República Centroafricana.

Un pedazo de corazón

Cristina Mongoumba

“El Amor es un fuego que arde sin ser visto…”

¡Tengo en mí este fuego que sofoca pero da vida!

¡Fuego que en lava fluye y brota en lo más escondido de mi ser…!

¡Él nos ha dado a comer Su Pan y a beber Su Vino…!

¡Y en esta sencillez nos ha hecho Sus Hijos más amados y deseados por todos los que buscan Vivir…!

Vivir de, con y para Su Amor…

Él está en mí, y yo en Él.

Mi corazón es el Tabernáculo, el Templo de la Resurrección.

Renace en las heridas más profundas de este Pueblo Hermano.

Pueblo que sufre de un Sagrario abierto a Todos.

Pueblo que clama en silencio a los oídos enfermos de ambición.

Pueblo de pies descalzos, de pies agrietados por la tierra seca y embarrada.

Cuerpos delgados, secos, fuertes, bien definidos, cubiertos por venas palpitantes cargadas de la misma lava que me sostiene.

La diferencia entre nosotros es ninguna, las lágrimas, las sonrisas, los dolores, los suspiros ahogados en las manos llenas de esperanza y deseo de Amor. Son iguales, los mismos, auténticamente los mismos…

Son muchas las veces que te veo en la carne roja y caliente de las heridas que intento cuidar con el tacto de mis manos.

Con ternura y dulzura arropo tu dolor en mi pecho y dejo que llore mi corazón, porque eres Tú quien te presentas ante mí en el rostro del papá, de la mamá, de los niños…

¡¡¡La desigualdad, la indiferencia, el egoísmo, los derechos humanos mutilados me dejan completamente desintegrada…!!!

El peso de mi realidad aumenta mi capacidad de discernimiento y resiliencia.

¡Con mucho cariño envuelvo con tela blanca impregnada de tu bálsamo de amor, tus heridas que también son mías…!

Muchas son las veces que en mi conciencia tengo presente el “No” a tu llamada.

Pero aquí estoy, Señor, a tu disposición, dame las herramientas para trabajar en la cosecha de tu vasto y gran Amor…”.

¡La misión se hace en “Cada” Lugar donde “Tú” estás…!

Cristina Sousa, Laica Misionera Comboniana en Mongoumba

25 años de presencia de Laicos Misioneros Combonianos en Centroáfrica

RCA LMC

“Ser con la gente y estar para la gente”

1 de junio de 2023. Misión de Mongoumba, Centroáfrica

El 1 de junio de 1998 llegaron a la misión de Mongoumba, Centroáfrica, las Laicas Misioneras Combonianas (LMC) Teresa Monzón y Montserrat Benajes, procedentes de España. Ellas vinieron a reemplazar a las laicas Italianas Marisa Caira, quien realizó 21 años de generoso servicio, y Lucia Belloti. Desde entonces han pasado por esta misión más laicos y laicas, incluyendo un matrimonio, provenientes de los países España, Portugal, Italia y Polonia. Y muy pronto llegará una laica de Brasil.

Actualmente son tres las LMC que desarrollan su labor misionera en Mongoumba: Marcelina (Polonia), Cristina (Portugal) y Teresa (España). Ésta última es la misma laica que inició aquí mismo la misión de LMC hace 25 años, y que esta vez vino a servir por una temporada.

El grupo de LMC, que junto con los padres combonianos conforman la comunidad apostólica de la misión, en todo este tiempo se han encargado de diversas tareas, como la atención a la salud, a la rehabilitación física, a la educación escolar y al pueblo aka (pigmeos). También han venido acompañando a grupos de pastoral de la parroquia. Su presencia y desempeño misionero buscan ser un testimonio para que los fieles de la parroquia se motiven a vivir su fe con mayor entusiasmo y dedicación.

A los LMC momentos de prueba no les han faltado, como cuando en el año 2000 tuvieron que atender, en unión con Médicos Sin Fronteras, a numerosos refugiados provenientes de República Democrática del Congo, a donde pertenece un pueblo vecino a la misión de Mongoumba que sufría de bombardeos. También cuando tuvieron que asumir la labor pastoral, ya que por dos años se quedaron sin la presencia de un sacerdote en la misión. Y cuando a la víspera del golpe de Estado del 2003 les tocó vivir el saqueo que de la misión hicieron soldados congoleses que apoyaban al presidente que fue depuesto. Sin olvidar el siguiente golpe del 2013, donde fueron testigos de la inseguridad y desolación en que se hallaba la población.

No obstante, esas mismas pruebas, como otros tantos desafíos, lejos de debilitar su ánimo misionero, les ha dado el valor y el coraje para resistir y hacerle frente a una misión que aún sigue en sus inicios, con la firme esperanza que el Señor es que el hará fructificar la semilla que ahora les toca sembrar. Una misión que la laica Cristina sintetiza en estas palabras: “Más allá de las actividades, lo más importante es ser con la gente y estar para la gente”.

Enhorabuena a LMC por sus 25 años de presencia en Centroáfrica.

P. Fernando Cortés Barbosa, Misionero Comboniano

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El pueblo pigmeo, guardián de la Casa Común

Laudato Si
Laudato

Jesús Ruíz, obispo de Mbaïki (R. Centroafricana) nos cuenta cómo sus comunidades del pueblo Aka (Pigmeos) han celebrado la Semana Laudato Si’. Jesús, que fuera inspirador del movimiento LMC de España, pasa estos días por España y tuvimos la alegría de compartir una tarde con él, en la que brilla su amor por sus comunidades.

La cuenca del Congo es el segundo pulmón del planeta, y tristemente escenario de similares crímenes ambientales a los que solemos escuchar de la Amazonía. Solo que menos voces nos cuentan de este escenario de destrucción masiva de la selva ecuatorial. Jesús Ruíz promueve la evangelización integral de los pueblos, en la que la Pascua del Señor se traduce en que el pueblo Aka se ponga en pie frente a los siglos de discriminación tanto de los colonizadores sino del resto de pueblos mayoritarios de Centroáfrica.

El Aka está acostumbrado a recibir golpes y agachar la cabeza. Por eso liderar una marcha con el lema Somos los guardianes de la selva es de gran valor. Es un signo claro del carisma comboniano. Como el resto de pueblos originarios en América, Asia, Oceanía… los Aka toman conciencia de que han guardado la Casa Común durante siglos, en la invisibilidad, y ahora su testimonio brilla porque su entorno corre grave riesgo de desaparecer. Estamos en deuda con todas estas comunidades.

Las hermanas combonianas Lucía Font (española) y Lucía Premoli (brasileña), trabajan actualmente con Monseñor Ruíz y los pueblos Aka, esta última como responsable episcopal de la comisión Laudato Si’. La experiencia de Amazonía impulsa a esta última a concretizar en África todo el trabajo que viene desarrollándose en Latinoamérica. En la cercana Mongoumba la comunidad LMC lleva más de 20 años acompañando a este pueblo. Nuestra LMC Tere Monzón, que participó 10 años en esta misión, regresa el próximo día 9 a España.

Laudato SI

El impulso de la encíclica Laudato Si’ está movilizando en todo el mundo un cambio de sistema, porque el actual modelo de desarrollo no respeta ni a las personas ni al resto de la Creación. «Necesitamos organizaciones que nos ayuden a documentar todo lo que está ocurriendo en nuestro territorio, para que se dé a conocer». El nivel de contaminación por mercurio en los ríos, la pérdida de especies autóctonas, el enriquecimiento salvaje de unas minorías gracias a los recursos nacionales de este «país pobre». Es la petición directa que Monseñor Ruíz nos hace.

LMC España