Laicos Misioneros Combonianos

“¿Y tú María, que nos dices de la misión?”

Pedro LMC PortugalDurante los días 29 a 30 de abril de 2017, fuimos acogidos con mucho cariño en la casa de las Misioneras Seculares Combonianas en Oporto, donde se realizó la 8ª sesión formativa de los LMC, con el tema “Y tú, María, ¿qué nos dices de la Misión?”. Esta sesión tuvo como formador al LMC Pedro Moreira.

El encuentro comenzó el viernes por la noche con la llegada de los formandos. Para mí, en especial, fue un gran momento de reencuentro, que me llenó el corazón de alegría, por estar de nuevo con quienes me siento familia en camino. Cada uno somos una verdadera Gracia de Dios y prueba que “no hay lejanía ni distancia”.

El tema fue abordado durante todo el día de sábado y la mañana del domingo.
“¿Queréis ofreceros a Dios?” Esta es la misma pregunta que Nuestra Señora hizo a los Pastorcitos en Fátima, fue nuestra pregunta inicial para que supiéramos dónde nos dirigíamos y dónde volver siempre.

A través del “Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen” de San Luis María Grignion de Montfort y de la Encíclica “Redemptoris Mater” de San Juan Pablo II, Pedro Moreira nos fue guiando y dándonos su testimonio desde la sencillez, su hermosa relación de intimidad, devoción y amor con, en y por María, nuestra Madre.

“Cuanto más profundizamos en María, más misioneros somos”. Fue una de las afirmaciones que resuenan dentro de mí y que me inquietó durante el encuentro.

A través del trabajo en grupo meditamos la palabra de Dios buscando las virtudes misioneras en María, fue una oportunidad para redescubrir lo misionera que fue María, desde el momento de su “Sí” hasta el Cristo Crucificado, que allí en la cruz nos la entregó como Nuestra Madre, haciendo que así, ella renovase su “Sí” con gran obediencia, fidelidad y confianza a la voluntad de Dios. Todo para mayor gloria de Dios.

Tuvimos momentos de reflexión personal que nos permitieron profundizar nuestra relación con Nuestra Señora y ayudarnos a ser misioneros como María.

Al oír estas palabras ella se turbó“. Lc. 1, 29.

“Y yo, ¿cómo reacciono ante la voz de Dios que se manifiesta en mi conciencia? Especialmente cuando siento que sé cuál es el camino correcto pero no tengo el coraje para seguirlo…”.
“Ser misionero exige tener conciencia de nuestra pequeñez y fragilidad, porque es ahí donde Dios se manifiesta”.

Es desde dentro que María obra en nosotros la conversión. El anuncio de Jesús es profundamente íntimo, porque en él se expresa el amor de Dios hacia nosotros y nuestro destino eterno”.

“Feliz en aquella que creyó que se cumplirían las cosas que le fueron dichas por parte del Señor”.

Les dejo estas citas que me tocaron, o hasta perturbaron, al percibir cuánto tengo que crecer en mi relación con la Madre. María que es el camino de Amor hacia Jesús. ¿Quién mejor conoce al hijo que Su Madre? Y si seguimos lo que amamos, y sólo amamos lo que conocemos, éste el camino que estamos llamados a recorrer como misioneros.

En comunidad rezamos el rosario, entregando nuestras intenciones y entregándonos al Inmaculado Corazón de María, Reina de la esperanza y de la paz. Recordando la Consagración de África hecha por San Daniel Comboni a la Virgen de La Salette: “Oh María, muéstrate también reina y madre de los pobres negros, porque también ellos son tu pueblo. … Sí, buena madre de misericordia, tú eres la Madre de los negros. En este momento, yo, su padre y misionero, los pongo todos a tus pies, para que tú los metas todos en tu corazón; ¡muéstrate Madre!” (E 1639-1644).

El sábado por la noche asistimos a la película “María, hija de su hijo”, que mostró el papel fundamental de María en la obra de su hijo Jesús, que incluso sin comprenderlo, confió y esperó con fidelidad, uniendo su vida a la misión y realidad divina de su hijo.

El domingo fue una ocasión más para reflejar la dimensión “Nosotros y (en) María”, como hijos de María, a través de la meditación sobre la historia bíblica de Rebeca y Jacob.

Terminamos nuestro encuentro con la participación en la Eucaristía en la parroquia de Nuestra Señora de la Areosa, donde tuvimos la oportunidad de practicar durante la sagrada comunión la devoción sugerida por San Luis María Montfort, porque cuanto más dejemos a María actuar en la comunión, más será glorificado Jesús.

¡Muy agradecida por estos momentos y por la dedicación de cada uno!

“Quien no tiene María por Madre, jamás tendrá a Dios por Padre.” San Luis María Montfort

Que el carisma y la fe de San Daniel Comboni siga siendo nuestro ejemplo en esta caminata como Familia Comboniana, para que seamos humildes misioneros. Os dejo este extracto de Comboni, en el Acto de consagración del África Central, a Nuestra Señora del Sagrado Corazón, el 08 de diciembre de 1875, recemos juntos:

“Y Vos, oh María, oh Virgen del Sagrado Corazón de Jesús, cuida de nosotros pobres hijos, guardadnos como herencia y propiedad vuestra.

Sed nuestra guía en los viajes, nuestra maestra en las dudas, nuestra luz en las tinieblas. Sed nuestra salud y vigor en la enfermedad, nuestra abogada, nuestra madre cerca del Corazón de vuestro bendito Hijo Jesús en toda nuestra vida.

LMC Portugal

Por: Vanessa Sofia Pedro

LMC Portugal

Con María, peregrinas del Amor

LMC comunidadAl igual que el que se pone en camino y sale de la comodidad de su casa, también nosotros, mochila a la espalda y con el corazón repleto de certezas y dudas, nos pusimos en camino… Peregrinas, en una carretera que no tiene inicio ni fin, por caminos ya recorridos y otros que jamás serán recorridos. Avanzamos por terrenos descubiertos, por suelos llenos de historia, por calles cubiertas de amor, avanzamos con Él, y plenas de María.

En el alma la certeza de que somos eternos peregrinos, de que somos a ejemplo de Jesús, simples refugiados en busca de Dios, en busca de plenitud y libertad…

Partimos y nacemos como comunidad en el mes de María, en el mes del centenario de las apariciones de Fátima. Nos sentimos enviados por María. Nos inspiramos en ella, misionera del sí. Buscamos seguir sus pasos. Ser misionero es sentirnos como María, embarazadas de Jesús, es ser sagrarios vivos de Jesús, es llevar a Jesús.

Estamos lejos pero nos sentimos peregrinos del Amor y nos sentimos en camino con todos los que se reúnen en Fátima festejando la gracia y la misericordia de las apariciones de Nuestra Señora junto al Papa. Sentimos que hoy, y tantos otros días, María aparece en nuestro corazón revistiéndonos de Gracia, Amor y Misericordia. Todos estamos llamados a seguirla. Todos estamos llamados a ser misioneros, como ella.

No tengas miedo. Pues hallaste gracia delante de Dios – dijo el ángel a María. Dios creándonos a su imagen nos mira constantemente con una ternura inmensurable, encuentra en cada uno de nosotros un refugio donde habitar. Nos llama. Nos envía continuamente ángeles para decirnos que no tengamos miedo, que Dios ha hallado gracia en nosotros y nos llama a ser misioneros del amor. Y nosotros le respondemos tantas veces con un ¿Yo? Pero… ¿yo, Señor? Nosotros, mirando a un lado y a otro lado, pensando que se equivocó. Nosotros, que tantas veces quedamos atrapados por las heridas que tenemos dentro, en nuestras angustias y en los caminos ya recorridos, prisioneros de las heridas e imperfecciones que tenemos. Nosotros que tantas veces dudamos de la llamada de Dios. Impidiendo recibir la llamada. ¡Confiemos! Seamos como María, respondamos SÍ, llevémoslo dentro de nosotros, donde quiera que vayamos.

La misión nos necesita. La misión nos convoca. La misión es difícil, pero si vamos juntos, cogidos de la mano, nos unimos a Dios, convirtiéndonos en instrumento de Dios, permitiendo que Él nos ame y trabaje en nosotros.

Digamos como María: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador“.

Familia Comboniana
Comunidad “Lisanga”
Aitana, David, Neuza y Paula

Nueva comunidad de formación en Granada-España (entre LMC de Portugal y España)

Noticias de Misión desde República Centroafricana

LMC CentroafricaLa Laica Misionera Comboniana María Augusta Pires, que está en misión en Mongoumba, República Centroafricana, nos envía noticias siempre que pasa por la capital (Bangui), el único lugar donde tiene acceso a Internet. Aquí están las últimas noticias que envió el pasado mes de abril:

Esta vez regresé antes a Bangui después de un mes. Cómo me sentía cansada, me hice el test de malaria y dio positivo. He empezado a hacer tratamiento mientras que los síntomas son todavía pocos, ya que, de este modo, la reacción a las medicinas son menos fuerte, se sufre menos.
Ana tuvo malaria hace dos semanas y se siente cansada, porque ha estado con nosotras una dentista polaca y la acompañó siempre durante casi tres semanas. Fueron muchos dientes extraídos en cada pueblo; para el tratamiento de la caries no hubo posibilidad porque no se puede mover con las máquinas. Gracias a Dios ayudó a muchas personas que estaban sufriendo. Sólo en Bangui se pueden extraer y es muy caro, cada extracción: 10.000 francos (16€). Hubo personas que tuvieron que extraer dos e incluso tres dientes. Pagan una suma simbólica de 500F (menos de un euro).

El P Fernando así como el P Jesús están bien, gracias a Dios. El P Samuel tuvo malaria a principios de marzo y de nuevo la semana pasada. Ahora tiene fiebre tifoidea (Salmonella). Tendrá que tomar uno o dos antibióticos. El Señor le ayude a recuperarse pronto… está un poco desanimado… Por favor, recen por él.

María, una mujer pigmea que tiene cáncer, se sentía un poco mejor. Pero la semana pasada comenzó con una gran diarrea. Le dimos medicamentos para combatirlo, pero no pasaba. Así que empezamos el tratamiento de la malaria con un medicamento inyectable y pronto comenzó a pasar. Adelgazó mucho, ahora necesita comer mejor. Compartimos con ella nuestros alimentos, así es más variada y esperamos que se recupere más rápido. Continuemos rezando a María y su hijo Jesús.

La semana pasada, nacieron dos gemelos cuya madre no da leche y necesita ayuda; en este momento son 9 los bebés que atendemos. Con la gracia de Dios y la generosidad de todos los que comparten para ayudar a los más necesitados, podemos trabajar con alegría y así compartir con todos los que nos rodean.

Hace dos semanas, cuando estaba visitando a los enfermos del hospital, me encontré con una señora que le realizaron una cesárea y que la leche no le quería venir (después de tres días). Me pidieron leche, pero insistí que tenía que hacer todo lo posible para que viniese. Así que le hice una infusión de menta, y el segundo día comenzó a venir un poco; lo repetimos un par de días más, y Patrice empezó a mamar bien, gracias a Dios. Es siempre mejor la leche materna y aquí aún más, porque es demasiado cara y las condiciones de higiene son muy escasas (el cuidado higiénico de los biberones y el agua para preparar la leche). La leche para un bebé durante un año cuesta alrededor de 400€. Muy pocas familias tienen la oportunidad de comprarla.
Durante la Cuaresma, la misa de los miércoles se realiza en el barrio; y los viernes también se hace el via crucis en el mismo barrio. El viernes serán los jóvenes de toda la parroquia los que participarán en la JMJ. El sábado habrá formación y el Domingo de Ramos será una gran fiesta. La semana pasada, los catecúmenos [personas que se preparan para recibir el bautismo] de 3er año tuvieron tres días de retiro y el domingo han recibido el óleo del bautismo; como son muchos se vuelve más fácil hacer los ritos del bautismo por etapas.

Ha llegado nuevo LMC, Simone, que es italiano. Está aquí aprendiendo francés en Bangui y aún no se sabe dónde va a estudiar el Sango [idioma local].

He leído todos los Astrolabios con gran alegría [ella los recibe por e-mail] y reza para que la visita de D. Virgilio, dé mucho fruto en el futuro. Que la visita pastoral corra bien.

Que los corazones de todos sus feligreses acojan con alegría las palabras del señor obispo. Les deseo que mejoren sus vidas como cristianos y sean verdaderos testigos de Cristo.

LMC Centroafrica

Los mejores votos de una Santa Pascua a todos.

Unidos en Cristo por la oración.

Un abrazo misionero del tamaño del mundo.

María Augusta Pires,

Publicado en Diario Astrolabio

Tercer Encuentro de Formación de la FEC – Misión, Culturas y Religiones

Curso fec PortugalEl pasado 11 y 12 de marzo se llevó a cabo la tercera sesión de formación de la FEC – Fundación Fe y Cooperación – con el tema Misión, Culturas y Religiones. Esta vez, la formación se realizó en la Casa de los franciscanos capuchinos en Fátima. El formador fue el hno. Vítor Lameiras, de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.

Sólo nos enfrentamos a nuestra cultura, cuando conocemos otra.

El sábado comenzó con el tema de la inculturación, como reto de aproximación. El orador hizo una breve aclaración sobre el concepto de inculturación. Dijo que la inculturación supone la capacidad de entrar en diálogo con otras culturas y no la imposición de nuestra propia cultura. Está estrechamente ligada a los valores de la fe cristiana, y a su adaptación a un contexto cultural diferente.

La tarde continuó después de una comida compartida. Hablamos de la Misión y culturas en diálogo. Y aquí tuvimos la oportunidad de reflexionar sobre muchos preconceptos que puedan existir sobre las otras culturas y, sobre todo, de los valores Evangélicos patentes en todo el mundo y en todas las culturas, que son iguales. No son valores “sólo de cristianos”, sino más bien valores universales. Y ¿qué valores del Evangelio son estos? Son los valores que nos permiten el diálogo entre las culturas: por encima de todo, el amor (“amar hasta el límite de amar al enemigo y dar la vida”), la tolerancia, la humildad, el espíritu, la donación, la aceptación, el sacrificio, la confianza, la fe, el ser fiable, la capacidad de escucha activa, la apertura al “diferente”, el desapego. A nosotros nos corresponde sembrar, no recoger.

Sabiendo que, la misión no existe como mecanismo de escape y partida, esto requiere una gran entereza de nuestra parte, requiere un corazón abierto a lo nuevo, disponibilidad total de nuestra alma, requiere honestidad y humildad, valores arraigados en mandamiento mayor: “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”.

La única certeza que nos acompaña es la certeza del amor, un amor gratuito, este es el valor principal que dará vida a la misión.

Luego vimos un video sobre la experiencia de misión de Catarina Lopes (del equipo FEC) Timor-Oriental. Y de este video, nos queda la imagen de una gran misionera. La verdad sea dicha: en todas las formaciones Catalina nos sorprende y nos hace pensar sobre algo, sobre su experiencia misionera y sobre los frutos que en ella se produjeron. Del video nos quedamos con algunas frases que escribía en su diario durante la misión allí y que compartió con nosotros:

“Aquí (en Timor Oriental) se llora la muerte porque se celebra la vida”.

“Nuestra tarea es sembrar. No recoger”.

“Pensé que iba a salvar el mundo (…). He descubierto que el mundo me ha salvado”.

Y después de este emocionante video, nos pusimos a trabajar: procedimos con una actividad práctica “Tú a tú”. Es decir: el hermano Victor nos lanzó el reto de hablar en pareja sobre nuestros valores a través de las manos. Y aquí se desarrolló una interesante actividad de conocimiento del otro y de su manera de darse a conocer a través de las manos. Lo que, por encima de todo, requiere una actitud de escucha activa y de “no juzgar” al otro. Al final, cada uno contó al grupo lo que el otro le había hablado, ya sea con palabras o con las manos. Llegamos a la conclusión de que las manos y la forma en que se relacionan con el mundo dicen mucho de nosotros y es necesario mirar hacia el otro sin prejuicios. Un aspecto que es ciertamente necesario cuando estamos en relación con otras culturas, en inculturación, involucrados, dentro de otra cultura.

Otra actividad práctica en grupos nos fue propuesta por el hermano Victor. Había un grupo (que interpretó a una población específica portuguesa) con necesidades específicas y otro grupo de misioneros. El objetivo era que el grupo con necesidades informase al grupo de misioneros lo que necesitaba, y de esta manera, el grupo de misioneros primero identificase qué habilidades/capacidades/dones tenían, cómo podrían responder las necesidades requeridas, cuáles eran las características de la población en cuestión (ritmo de vida, cultura, tradición, costumbres, educación, etc.) y, en segundo lugar, junto con el otro grupo concretaran un plan de acción/misión con objetivos, metodología y temporalización. De esta actividad surgieron varias conclusiones, a saber: la existencia de una dificultad de comunicación entre los grupos y dentro de los propios grupos, la importancia de la actitud de humildad para aprender a decir “no puedo”.

Ya en la noche oímos el testimonio misionero de Daniela Pereira de la Juventud Hospitalaria, que compartió su experiencia misionera de un año en Mozambique. Una experiencia que lo marcó de por vida, al menos eso era lo que reflejan sus ojos y la fragilidad de su voz. El sábado terminó con la oración en el Santuario de Fátima. Así junto a María, hubo oportunidad de reflexionar sobre todo lo que habíamos oído, y ofrecerle el día siguiente.

El Domingo se inició con el trabajo en grupo, como lo había hecho el sábado: un trabajo donde se nos propuso una dinámica en la que también había dos grupos – un grupo de misioneros que se preparaban para la misión y del que fueron seleccionados cuatro candidatos para salir; otro grupo que encarnó un pueblo de África a su elección. El grupo de los “africano” seleccionó la República Democrática del Congo, identificando como problemáticas las condiciones de explotación infantil y las condiciones de salud. Presentando el problema a los misioneros “candidatos”, ellos se presentaron a sí mismos y sus motivaciones / habilidades / dones. Esta fue una dinámica activa que nos permitió, entre otras cosas, tener una perspectiva de las dificultades que implica la formación, entre otras cosas: la dificultad para cumplir con las necesidades específicas del país, ya que no sabemos muchas cosas específicas de otras culturas; hay muchos candidatos, pero no todo el mundo puede ir: un momento difícil en la formación – aceptarse frágil, incompleto, en camino, incapaces y que no eso no es malo. Cuando perdemos la capacidad de preguntar, perdemos la capacidad de vivir intensamente el don de la vida. Quien ama, se equivoca.

La reunión terminó de la mejor manera, con la Eucaristía en el Santuario de Fátima.

Curso fec Portugal

Por: Carolina Fiúza y Neuza Francisco.

LMC Portugal

Un retiro que nos lleva a saborear la vida

El silencio es un don de Dios, un don capaz de dar mucho fruto a los que se atreven a "perder" tiempo para ganar calidad de vida, una vida plena que sólo Jesús puede darnos. Todavía estoy saboreando todo lo que escuché, medité y sentí en el retiro de Cuaresma organizado por los Laicos Misioneros Combonianos y orientado por el Padre Horácio Rossas, MCCJ. Como hemos mencionado anteriormente, este tiempo de Cuaresma y, en particular, el tiempo que estuvimos en el retiro, es un tiempo que Dios nos ha regalado para "perder" tiempo con Jesús. Pero en el fondo, quien quiso pasar tiempo con nosotros fue el mismo Jesús. Es increíble, ¿no? Jesús quiso pasar tiempo conmigo y con todo el que se atrevió a salir a su encuentro. Alguien tan importante como Jesús, alguien que es Dios, no sólo quieren saber de mí y quiere estar conmigo, ¡es él quien quiere pasar tiempo conmigo! Se nos invitó a reflexionar sobre varios pasajes bíblicos que nos propusieron. ¡Fue intenso! ¡Fue emocionante! Como ya he mencionado, ¡la vida espiritual necesita momentos de gran silencio exterior y gran trabajo interior! Y este retiro fue muy fértil en momentos de reflexión, en momentos de encuentro personal con Dios y en momentos donde sentir Su amor puro, de una manera tan grande, como aquel momento en que dejó nuestro corazón limpio, después de que el sacramento de la reconciliación. Nada es por casualidad y seguro de que no fue un accidente empezar escuchando al comienzo del retiro, las palabras del Salmo 63: "¡Oh Dios, tu eres mi Dios mío! ¡desde el amanecer ya te estoy buscando! Mi alma tiene sed de ti". Recuerdo como reflexionamos sobre nuestra insistencia en querer hacerlo todo por nosotros mismos. ¡Los discípulos echaron sus redes y no pescaron nada! Pero cuando Jesús aparece... Ah, cuando Jesús aparece, ¡todo cambia! Después de todo, ¡es Él que hace todo posible en nuestras vidas! Qué bueno es entender que todos mis miedos, mis inseguridades, todos los obstáculos pueden ser superados si confío en Dios, un Dios que es amor y que nos ama hasta la última gota de amor. Por otro lado, fuimos invitados a meditar en qué medida permitimos que Dios nos ame... El discípulo amado puedo ser yo, ¡puedes ser tú! ¡El discípulo amado es todo aquel que permite que Dios entre en su vida y se deja amar por Él! ¡El amor de Dios es un regalo gratis! ¡Él no nos ama porque seamos guapos o porque sólo hagamos el bien! ¡Él nos ama tal como somos! ¡Él nos ama con nuestras limitaciones! ¡Él nos ama con nuestros errores! Honestamente siento que Dios me ama a pesar de todas mis debilidades y todos mis errores, me da una alegría y una paz interior que sólo puede venir de Dios... ¡Nunca nos debemos resistir al amor de Dios! ¡Debemos dejarnos amar como somos! También nos invitaron a reflexionar sobre el Cristo resucitado porque quien no hace la experiencia de Cristo resucitado todavía no dio un saltó de fe. La fe en la resurrección nos da una nueva mirada a la realidad. ¡Llegamos a ver la vida de otra manera! ¡Creo, sinceramente que este retiro me ha ayudado mucho en el crecimiento de mi fe! Yo, en realidad, me encontré con Dios varias veces este fin de semana: en las diferentes explicaciones de la palabra de Dios; en las meditaciones personales; en misa; en la reconciliación; en la contemplación de la naturaleza... Terminamos el retiro con la celebración de la Eucaristía dominical. Como la mujer samaritana, todos pedimos a Jesús: "Señor, dame de esa agua". ¡Al final todo es por Él! ¡Gracias Jesús por invitarnos a pasar este hermoso retiro contigo! ¡Eres importante para mí, Eres importante para nosotros, Laicos Misioneros Combonianos! ¡Te queremos! También en la Eucaristía del domingo, la LMC Cristina Sousa, con la familia LMC, declaró su compromiso. También ella hace parte del plan que Comboni soñó, también ella es una de las mil vidas para la misión. LMC PortugalEl silencio es un don de Dios, un don capaz de dar mucho fruto a los que se atreven a “perder” tiempo para ganar calidad de vida, una vida plena que sólo Jesús puede darnos. Todavía estoy saboreando todo lo que escuché, medité y sentí en el retiro de Cuaresma organizado por los Laicos Misioneros Combonianos y orientado por el Padre Horácio Rossas, MCCJ.

Como hemos mencionado anteriormente, este tiempo de Cuaresma y, en particular, el tiempo que estuvimos en el retiro, es un tiempo que Dios nos ha regalado para “perder” tiempo con Jesús. Pero en el fondo, quien quiso pasar tiempo con nosotros fue el mismo Jesús. Es increíble, ¿no? Jesús quiso pasar tiempo conmigo y con todo el que se atrevió a salir a su encuentro. Alguien tan importante como Jesús, alguien que es Dios, no sólo quieren saber de mí y quiere estar conmigo, ¡es él quien quiere pasar tiempo conmigo!

El silencio es un don de Dios, un don capaz de dar mucho fruto a los que se atreven a "perder" tiempo para ganar calidad de vida, una vida plena que sólo Jesús puede darnos. Todavía estoy saboreando todo lo que escuché, medité y sentí en el retiro de Cuaresma organizado por los Laicos Misioneros Combonianos y orientado por el Padre Horácio Rossas, MCCJ. Como hemos mencionado anteriormente, este tiempo de Cuaresma y, en particular, el tiempo que estuvimos en el retiro, es un tiempo que Dios nos ha regalado para "perder" tiempo con Jesús. Pero en el fondo, quien quiso pasar tiempo con nosotros fue el mismo Jesús. Es increíble, ¿no? Jesús quiso pasar tiempo conmigo y con todo el que se atrevió a salir a su encuentro. Alguien tan importante como Jesús, alguien que es Dios, no sólo quieren saber de mí y quiere estar conmigo, ¡es él quien quiere pasar tiempo conmigo! Se nos invitó a reflexionar sobre varios pasajes bíblicos que nos propusieron. ¡Fue intenso! ¡Fue emocionante! Como ya he mencionado, ¡la vida espiritual necesita momentos de gran silencio exterior y gran trabajo interior! Y este retiro fue muy fértil en momentos de reflexión, en momentos de encuentro personal con Dios y en momentos donde sentir Su amor puro, de una manera tan grande, como aquel momento en que dejó nuestro corazón limpio, después de que el sacramento de la reconciliación. Nada es por casualidad y seguro de que no fue un accidente empezar escuchando al comienzo del retiro, las palabras del Salmo 63: "¡Oh Dios, tu eres mi Dios mío! ¡desde el amanecer ya te estoy buscando! Mi alma tiene sed de ti". Recuerdo como reflexionamos sobre nuestra insistencia en querer hacerlo todo por nosotros mismos. ¡Los discípulos echaron sus redes y no pescaron nada! Pero cuando Jesús aparece... Ah, cuando Jesús aparece, ¡todo cambia! Después de todo, ¡es Él que hace todo posible en nuestras vidas! Qué bueno es entender que todos mis miedos, mis inseguridades, todos los obstáculos pueden ser superados si confío en Dios, un Dios que es amor y que nos ama hasta la última gota de amor. Por otro lado, fuimos invitados a meditar en qué medida permitimos que Dios nos ame... El discípulo amado puedo ser yo, ¡puedes ser tú! ¡El discípulo amado es todo aquel que permite que Dios entre en su vida y se deja amar por Él! ¡El amor de Dios es un regalo gratis! ¡Él no nos ama porque seamos guapos o porque sólo hagamos el bien! ¡Él nos ama tal como somos! ¡Él nos ama con nuestras limitaciones! ¡Él nos ama con nuestros errores! Honestamente siento que Dios me ama a pesar de todas mis debilidades y todos mis errores, me da una alegría y una paz interior que sólo puede venir de Dios... ¡Nunca nos debemos resistir al amor de Dios! ¡Debemos dejarnos amar como somos! También nos invitaron a reflexionar sobre el Cristo resucitado porque quien no hace la experiencia de Cristo resucitado todavía no dio un saltó de fe. La fe en la resurrección nos da una nueva mirada a la realidad. ¡Llegamos a ver la vida de otra manera! ¡Creo, sinceramente que este retiro me ha ayudado mucho en el crecimiento de mi fe! Yo, en realidad, me encontré con Dios varias veces este fin de semana: en las diferentes explicaciones de la palabra de Dios; en las meditaciones personales; en misa; en la reconciliación; en la contemplación de la naturaleza... Terminamos el retiro con la celebración de la Eucaristía dominical. Como la mujer samaritana, todos pedimos a Jesús: "Señor, dame de esa agua". ¡Al final todo es por Él! ¡Gracias Jesús por invitarnos a pasar este hermoso retiro contigo! ¡Eres importante para mí, Eres importante para nosotros, Laicos Misioneros Combonianos! ¡Te queremos! También en la Eucaristía del domingo, la LMC Cristina Sousa, con la familia LMC, declaró su compromiso. También ella hace parte del plan que Comboni soñó, también ella es una de las mil vidas para la misión. LMC PortugalSe nos invitó a reflexionar sobre varios pasajes bíblicos que nos propusieron. ¡Fue intenso! ¡Fue emocionante! Como ya he mencionado, ¡la vida espiritual necesita momentos de gran silencio exterior y gran trabajo interior! Y este retiro fue muy fértil en momentos de reflexión, en momentos de encuentro personal con Dios y en momentos donde sentir Su amor puro, de una manera tan grande, como aquel momento en que dejó nuestro corazón limpio, después de que el sacramento de la reconciliación.

Nada es por casualidad y seguro de que no fue un accidente empezar escuchando al comienzo del  retiro, las palabras del Salmo 63: “¡Oh Dios, tu eres mi Dios mío! ¡desde el amanecer ya te estoy buscando! Mi alma tiene sed de ti”.

Recuerdo como reflexionamos sobre nuestra insistencia en querer hacerlo todo por nosotros mismos. ¡Los discípulos echaron sus redes y no pescaron nada! Pero cuando Jesús aparece… Ah, cuando Jesús aparece, ¡todo cambia! Después de todo, ¡es Él que hace todo posible en nuestras vidas! Qué bueno es entender que todos mis miedos, mis inseguridades, todos los obstáculos pueden ser superados si confío en Dios, un Dios que es amor y que nos ama hasta la última gota de amor.

Retiro LMC PortugalPor otro lado, fuimos invitados a meditar en qué medida permitimos que Dios nos ame… El discípulo amado puedo ser yo, ¡puedes ser tú! ¡El discípulo amado es todo aquel que permite que Dios entre en su vida y se deja amar por Él! ¡El amor de Dios es un regalo gratis! ¡Él no nos ama porque seamos guapos o porque sólo hagamos el bien! ¡Él nos ama tal como somos! ¡Él nos ama con nuestras limitaciones! ¡Él nos ama con nuestros errores! Honestamente siento que Dios me ama a pesar de todas mis debilidades y todos mis errores, me da una alegría y una paz interior que sólo puede venir de Dios… ¡Nunca nos debemos resistir al amor de Dios! ¡Debemos dejarnos amar como somos!

También nos invitaron a reflexionar sobre el Cristo resucitado porque quien no hace la experiencia de Cristo resucitado todavía no dio un saltó de fe. La fe en la resurrección nos da una nueva mirada a la realidad. ¡Llegamos a ver la vida de otra manera!

¡Creo, sinceramente que este retiro me ha ayudado mucho en el crecimiento de mi fe! Yo, en realidad, me encontré con Dios varias veces este fin de semana: en las diferentes explicaciones de la palabra de Dios; en las meditaciones personales; en misa; en la reconciliación; en la contemplación de la naturaleza…

Terminamos el retiro con la celebración de la Eucaristía dominical. Como la mujer samaritana, todos pedimos a Jesús: “Señor, dame de esa agua”. ¡Al final todo es por Él! ¡Gracias Jesús por invitarnos a pasar este hermoso retiro contigo! ¡Eres importante para mí, Eres importante para nosotros, Laicos Misioneros Combonianos! ¡Te queremos!

También en la Eucaristía del domingo, la LMC Cristina Sousa, con la familia LMC, declaró su compromiso. También ella hace parte del plan que Comboni soñó, también ella es una de las mil vidas para la misión.

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